Capítulo 8 ✝ Ducha ✝

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Un día después:

-¿Me llamaste, Ryuzaki?

-Teniamos una conversación pendiente, ¿No es así?

El corazón de ____ saltó de alegría. Habría creído que con todo el drama alrededor del reciente paro cardíaco del jefe Yagami, algo tan irrelevante cómo una charla con ella le parecería a L una perdida de tiempo. Y aún así, en cuanto le oyó decir esas palabras, su mente empezó a pensar en todas las cosas que deseaba decirle.

Sin embargo, él fue el primero en hablar.

-¿Hay algo que te falte, ___-san?

-¿Eh?

-Ya no somos los niños que fuimos, así que no tienes por qué seguir viviendo de forma modesta como hacías en el orfanato, ni con restricciones de ningún tipo, como en ese manicomio. Estoy a cargo de ti. Cualquier cosa que el dinero pueda comprar, puedo conseguirtela para hacer tu estancia aquí más agradable. Solo tienes que pedirlo.

-Pero ¿Que cosa podría querer?

-A ti siempre te han gustado las cosas bonitas.- dijo L encogiéndose de hombros. -Puedo vestirte con los atuendos más costosos, los perfumes más refinados, comprarte alguna residencia para que no tengas que estar encerrada siempre aquí. Puedes tener lo que tú quieras. No tienes que preocuparte por el precio

-Yo solo quiero una cosa.- dijo la chica extrañada y sus ojos se encontraron con los del detective. Pareció plantearse si era cierto que él no la sabía. -Siempre he querido solo una cosa.

Como si ya hubiera esperado esa respuesta, las facciones del rostro del pelinegro se endurecieron.

-No. Me temo que no puede ser.

-¿Sabes qué es gracioso? Aun si Kira matara a toda la población del mundo, mientras tú estuvieras a salvo no me importaría.

-No hagas esto, ___-san. No lo hagas más difícil.

-¿Yo? ¡He hecho todo lo que me has pedido desde que llegué aquí! ¡Y aún así me tratas como si fuera una serpiente venenosa! ¿Crees que me importa que ahora tengas una fortuna? Te quería incluso cuando no tenías un centavo en el cual caer muerto. ¡Si vas a decirlo, hazlo! ¡Deja de enlistar las cosas que puedes darme y dime la única cosa que no puedo tener!

L tragó saliva y pareció encogerse en su sitio, abatido.

-No puedes tenerme a mí. No como me tuviste antes.- se relamió los pálidos labios, buscando fuerzas para continuar. -Legalmente soy tu esposo, así que cubriré cada necesidad tuya hasta que el matrimonio llegue a su fin. Pero no habrán sentimientos de por medio. Aquel beso... Fue un error y no se repetirá.

-Idiota.

El detective huyo de su mirada, incapaz de resistir que esos ojos lo vieran como a un traidor. No obstante, con Soichiro en el hospital y Light Yagami a punto de ser reclutado al cuartel, había tenido que reorganizar sus prioridades. No podía encariñarse demasiado. No cuando todo el equipo estaba en peligro de muerte en cualquier momento. Aún sí todos sus impulsos le suplicaban que enviara a ____ lejos a un lugar seguro, la necesitaba ahí para resolver el caso. Aún si eso le costaba la vida a él mismo o a la chica. Todo tenía que hacerse por el bien mayor.

-¿A dónde crees que vas?

-Tomaré un baño. Al menos puedo tomar un baño cuando me place, ¿No es cierto, tutor legal?

L sintió arder la sangre de sus mejillas al comprender que ___ estaba burlándose de su lenguaje tan propio.

-No tardes demasiado.

🍥🍡🍧🍬

____ odiaba que la vieran llorar. Por eso decidió marcharse de ahí antes de estallar en llanto frente a L.

No fue hasta pasados alrededor de cinco minutos metida en la bañera, cuando notó que le costaba respirar. Los pensamientos más terribles la abrumaban. ¿Y si L decidía que tenerla ahí era un obstáculo para la investigación? ¿Y si la mandaba de vuelta al manicomio? Antes había tenido la leve esperanza de que él la quisiera al menos un poco, en resultado del tiempo que pasaron juntos cuando eran niños, pero ahora se daba cuenta de su error.

L no era como ella. No pondría a un solo individuo por sobre el bien general del mundo, aún si D lo hubiera hecho por él. Las cosas no volverían a ser como eran antes, y ____ comprendió de súbito una cosa al hacer cuentas: Ya no quedaba nadie vivo que se preocupara por ella. Ya no quedaba nadie vivo que la amara.

Descubrió que estaba hiperventilando.

"Debió de dejarme en ese manicomio. Así, al menos no tendría que extrañar este lugar después."

Extraños sonidos ahogados escapaban de sus labios y su pecho subía y bajaba con violencia en su intento de atrapar aire. Eso no podía estar sucediendo. Ni siquiera en su larga estadía en ese manicomio tuvo jamás un ataque de pánico. Su propio cuerpo jamás la había traicionado así.

"Cálmate. Cálmate."

Pero no podía hacerlo por más razonamientos lógicos que acudían a su mente. Entonces se asustó. Sus respiraciones cortas y agitadas no bastaban para extinguir esa sensación de asfixia. Unos puntos negros comenzaron a aparecer ante sus ojos.

-A-A-Ayu... da...

Intentó ponerse en pie y resbaló. Un intenso dolor, provocado por el extremo de la tina nació en su costado al caer. Tenía la vista completamente nublada. A tientas, estiró el brazo hasta la tapa del baño sobre la cual había colocado sus ropas y tiró de ellas con fuerza hasta el agua. No podía respirar y la perspectiva de perder el conocimiento en una bañera, era fatal.

Rebuscó entre las burbujas del baño hasta sentir la hebilla del cinturón especial que encargó Ryuzaki para todos los agentes. Con presionar en el centro, una llamada se conectaría automáticamente con Watari. Pero si le decía lo que sucedía ¿Se lo diría a L? La última vez simplemente mintió, diciendo que D estaba muerta. ¿Y si volvía a hacerlo?

Sin embargo su miedo superaba sus precauciones. No quería morir, ahí ahogada, sin poder ver nada, sin poder hablar, sin poder haberse asegurado de que el caso Kira estaba resuelto y L a salvo.

Presionó el botón.

De inmediato, Watari, en la sala a pocos metros del cuarto de baño, respondió.

-¿D?

-E-Estoy... b-bañera... N-No puedo... Respirar... No puedo... le-le-levantarme... - sus balbuceos eran casi ininteligibles con sus resoplidos. -No... veo... nada.

El anciano al otro lado de la línea guardó silencio. ____ se estremeció y se dió cuenta de que estaba llorando.

-Si... Desmayo... M-Me... ahogaré... N-No estoy... muerta... D-Dile que...aún no estoy... muerta... P-P-Por favor...

En la sala de investigación, el detective levantó la cabeza.

-¿Watari, hay alguien en la línea?

El viejo se giró hacía él con el teléfono contra su oído, dudando. Fugaces imágenes de aquel día hace tantos años aparecieron en su cabeza. Todo era tan parecido... Y sabía que Ryuzaki no soportaría un dolor como ese otra vez.

-____-san, parece tener un ataque de pánico, pero, no sé si se trate de una artimaña.

Los ojos grises de L se abrieron en par en par, y se puso en pie sin perder un segundo.

-¡Está en la bañera! ¡Si pierde el conocimiento dentro se ahogará!

Atravesó corriendo la estancia en tiempo récord, y golpeando el hombro con todas sus fuerzas contra la puerta cerrada, logro que el seguro cediera para entrar.

-¡____!

¡Bang! ¡Bang! You're deadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora