Capítulo 27 ✝ Melancolía ✝

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L no estaba en condiciones de dar órdenes; en realidad, estaba destrozado.

No lo parecía, claro. Pero _____ lo sabía. Le conocía, ahora sí, mejor que nadie en el mundo, pues con la muerte de Watari, ella era la única que podía decir que sabía lo que L estaba sintiendo.

Había dado ordenes de que mantuvieran a Light con vida el mayor tiempo posible, pero de cualquier modo había muerto desangrado de camino al hospital. Desangrado o... asesinado, puesto que al fin y al cabo, murió a causa de un ataque al corazón.

Tal vez había sido el otro shinigami, el que quedaba y que todos pudieron ver al tocar la death note del fallecido Light. Tal vez Ryuk lo había hecho. Sin embargo, lucía pacífico, y no parecía querer interferir en el desenlace de la historia.

_____ se había encargado de todo a partir de ese momento. De atar cabos sueltos, de dar la cara a los gobiernos del mundo, de comunicar la existencia de las death notes y el mundo de los dioses de la muerte, y de cualquier otra cosa que se le presentó en las horas consiguientes.

Cuando entró a la habitación de hotel en que ella y el detective estaban hospedados a la madrugada del día siguiente, encontró a L en la misma postura en que lo había dejado al irse. Solo y de cuclillas, abrazándose las rodillas en un vacío sillón.

-Hola...- lo saludó azorada.

-... Lamento haber dejado que tu lo solucionaras todo.- dijo el detective de inmediato. -Es solo que...-

-No tiene importancia. Me gusta la gente. Además, pude practicar varios idiomas que no había pulido en años al hablar con los primeros ministros de ciertos países...- sonrió Craven.

L la miró como un cachorrito triste.
-No había tenido la oportunidad de agradecerte hasta ahora... Así que gracias, ____- san. Por salvarme la vida y por todo lo que has hecho desde que llegaste aquí...

Esta asintió con tristeza.
-Creí que estarías en su funeral.- confesó -Sería el día de hoy ¿no es cierto? En el wammys. Todos los niños asistirían.-

-Oh...- L pareció pensarselo. - Lo he olvidado, supongo.-

La chica se abrazó a si misma.
-... Sé que era tu mejor amigo en todo el mundo, L. No tienes por que fingir que no te importa... Dime ¿Has comido algo hoy?-

Este negó levemente con la cabeza.

-Bien, tomaré algo de tu dinero para comprar víveres para toda la semana. ¿Esta bien?-

No hubo respuesta, ni siquiera el mas imperceptible asentimiento. ____ estaba por darse la vuelta para salir, cuando un suave susurró la detuvo.

-No te vayas otra vez... Por favor.-

-L...-

-Pide una pizza. O sushi. No importa. No quiero quedarme solo...-

-Pero eso es... Ya sabes... Comida salada.-

-No me moriré por comer algo salado.- murmuró el pelinegro con suavidad. - No te vayas, ____-san. Te lo ruego.-

-Bien...- la chica tomó asiento a lado del pelinegro en el sillón y lo miró de reojo. -L hay algo que tienes que saber antes...

Este negó con la cabeza.
-No tienes que decirlo.

-Watari murió por mi culpa. Yo se lo pedí... Sabía que su muerte te pondría en este estado, pero no lo evité. No por qué lo odiara, al final incluso creo que llegamos a entendernos. Tenía que hacerse. Su sacrificio era lo único que salvaría tu vida. Es por eso que me ayudó. Al final... Confió en mí. Confió en mí palabra. Por fin... Por fin me dió la oportunidad de probar que no era un monstruo. Que te quería de verdad. Y a-aún sí ahora me odias no habría hecho na-nada distinto. No me importa que me odies mientras estés a salvo.-____ se abrazó a si misma, tratando de controlar los temblores de su cuerpo.

-¿Odiarte?

-Él era como tu padre... Y está muerto por mi culpa. Te he arrebatado a tu familia.- La chica se limpió bruscamente una lágrima.

L la miró, con los ojos grises cansados y abatidos. -Jamas podría odiarte. No me arrebataste a mi familia. Me diste una.- susurró, mientras ríos de lágrimas saladas surcaban sus pálidas mejillas.

-N-No lo entiendo.

-Eres mi esposa.- el detective colocó casi con timidez su mano sobre la de ella -Mi familia. Desde que era un niño no tenía una familia de verdad.

-¿No quieres abandonarme?

-¿Que dices?- se apartó sorprendido.

-Creí... creí que después de lo que hice no querrías volver a verme.

L suspiró.

-Me he sentido terriblemente solo durante una década, hasta que volví a encontrarte. Todos estos años me prohibí de sentir como el resto de la gente. Me negué a olvidarte incluso cuando creí que jamás podría tenerte de nuevo. Y luego, por algún milagro tú volviste a mi vida... Mientras tú aún me quieras, no dejaré que ningún poder en este mundo me separé de ti.

____ no pudo evitar abrazarse a su cuello con anhelo.

-¿Sabes... Sabes lo último que me dijo esa vez? Dijo que esperaba que tuviéramos una buena vida juntos.

-No te haces una idea de lo feliz que me hace que pudieran llevarse bien, al menos en el final.- hundió el rostro en el hueco entre su cuello y su clavícula. -Esta muerto...- susurró el pelinegro, y miró al suelo para que la chica no viese que lloraba. -¡oh, ____! ¡Esta muerto!-

-Lo hizo sabiendo que así salvaría tu vida.- dijo ella y besó sus mejillas húmedas. -Te amaba.

-No quiero estar solo...- confesó L derrotado. -Por favor, ___, no me dejes solo. No lo soportaría.

-No lo haré.

-¿Puedo... ¿Puedo pasar la noche contigo? No lo digo con segundas intenciones, es solo... Es solo que hay demasiado silencio aquí.

🍬🍥🍡🍧

Aquella noche no pasó nada entre ambos, sin embargo, ___ nunca se sintió tan cercana al detective. Envuelta entre sus brazos, podía escuchar sus suaves respiraciones detrás de ella, y sentía la calidez de su cuerpo contra el suyo a través de las ropas.

En su vida, la chica nunca había dejado de estar a la defensiva. Desde la muerte de sus padres había pasado por familias temporales que solo la tenían por el dinero del gobierno, por el Wammy's House, dónde los otros alumnos la odiaban, El club, dónde tenía que luchar para sobrevivir, el manicomio, dónde no podía dormir con ambos ojos cerrados en caso de que algún otro paciente quisiera herirla, el caso Kira, dónde los enemigos estaban infiltrados en la investigación y la matarían si daba un paso en falso...

Y por fin, en esa habitación de hotel, en la cama con su mejor amigo de la infancia y ahora esposo, lo había encontrado. El lugar seguro que siempre imaginó.

¡Bang! ¡Bang! You're deadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora