Capítulo 46- Criminal

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2 semanas después

L se plantó frente a la puerta de aquella casa, en aquel vecindario de mala muerte, y a su lado, el arrepentido Matsuda preparaba su arma. Había dado órdenes a Near, Mello y Matt de quedarse en la limusina, aunque dudaba que de haber problemas le hicieran el menor caso. Era inevitable alguna clase de daño colateral en una empresa de tal magnitud.

"Además" pensó para sus adentros el detective "No quisiera que me vieran asesinarlo"

Para aquel instante ya se encontraba tan cegado por el odio y los malos pensamientos que tenía incluso un plan para hacerse con la pistola de Matsuda para volarle los sesos a Aoyama.

Oh... ¿que diría Watari de deducir lo que tenía en mente?

Pero no, eso no importaba. Si el hijo de puta le había tocado un sólo cabello a _______... Él le haría pagar todo con creces... Sé convertiría en malvado si así lograba vengarla...

Matsuda voló la cerradura de la puerta tras una indicación suya. Y ambos hombres se adentraron al territorio enemigo.

Apestaba. Eso era lo primero que sus sentidos determinaron. No como a comida podrida, sino como a... cadáver. Apestaba a cadáver.

-Preparate para disparar- advirtió a Matsuda, quien asintió dubitativo.

No obstante, no tuvo que hacerlo. Pues en cuanto se adentraron a examinar la sala de estar, los vieron. Si es que se podía decirse así.

Estaban sentados en un sillón frente a un viejo televisor que transmitía el canal de las noticias. _____ llevaba una libreta rosa con dibujos caricaturescos en la que no dejaba de anotar y anotar al tiempo que hablaba y hablaba de cosas irrelevantes, y sonreía, y hasta parecía estar pasandosela de maravilla. Parecerían un par de amigos pasando el tiempo con normalidad.

El único problema visible era que Keita Aoyama no participaba en la platica. Ni se movía.

"En realidad" pensó L con un escalofrío recorriendole la espalda "En realidad parecer estar..."

-Muerto- murmuró Matsuda paralizado a su lado. Aoyama estaba muerto, con el cuello cortado como por un cuchillo muy fino, y L casi soltó una carcajada.
¿Como pudo haberla subestimado de nuevo?
¿Cuanto habría durado el pobre tipejo con vida?

Tal vez, no más de una tarde a partir de haber secuestrado a _____-san. Por lo descompuesto que estaba su cadáver, ya debería tener unos doce o trece días muerto. Y llevaban solo catorce días buscándolos.

Sólo entonces los ojos de la chica se dirigieron a ellos.

-¡Ah! ¡Así que han venido a hacernos compañía! Estaba esperándolos.- plegó las piernas sobre el sofá y sonrió amigablemente.

-______-san...-

-¿Quieren sentarse a beber algo? ¿Vino, cerveza, té? Keita estará encantado de tener compañía. -

Matsuda dudó un instante, y justo cuando se disponía a dar un paso al frente, L alargó una mano para alcanzarlo y detenerlo.

-Es posible que sea veneno, así que ni se te ocurra.- Le advirtió.

-¿Qué?- Matsuda estaba perplejo. ¿Como podía L desconfíar de su chica?

-Ella misma lo dijo. "Keita estara encantado de tener compañía".- y el detective miró tristemente a la muchacha que empalidecía al sentirse descubierta. -¿No es así, _____-san?-

¡Bang! ¡Bang! You're deadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora