Capítulo 42- Llegada

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Flashback:

-¿Es que no tiene más amigos?- preguntó Matsuda, mirando al solitario detective apartarse del resto del equipo.

-No en realidad.- murmuró Watari, suspirando con resignación. -Enemigos sí, tiene muchos. Pero amigos... me temo que solo me tiene a mi.-

-¿Y chicas? ¿Algún romance? ¿Una novia? ¡Debió de haber alguna en cierto momento de su vida!-

Matsuda observó a Watari en silencio.

-Sí, ha habido sólo una chica en la vida de L...- dijo este después de un largo rato de mutismo.

Siempre hubo sólo una.

Pero esta una era un demonio.

Fin del flashback.

Narrador omnisciente:

______ Craven abrió los ojos lentamente, siendo despertada por los incesantes timbres a la puerta.

-L...- Le llamó al detective que dormitaba pesadamente en el lado izquierdo de su cama, ajeno a lo que ocurriese a su alrededor. -L... La puerta... Alguien llama...-

Pero este no daba señal de despertarse pronto.

Había sido una noche larga. Larga y placentera, pensó la chica ruborizandose un tanto. Y en el fondo, no le culpaba por haberse quedado sin energías.

Dio a su compañero un empujón pero este siguió inconciente.

Y el timbre, mientras tanto, no dejaba de sonar.

-Maldición- gruñó, y se reincorporó notando un incómodo dolor en las caderas conforme se sentaba, buscando sus ropas entre el torbellino de prendas que se enredaban contra las sábanas. No las veía por ninguna parte.

Al cabo de un rato se dio por vencida y se vistió únicamente con la camiseta blanca del detective, jurandose a si misma conforme bajaba con trabajos las escaleras, que si la persona que llamaba la puerta no tenía un mensaje importante, le arrancaría los ojos.

Al otro lado de la puerta, se encontraba el albino que les había visitado antes.

-D-

-Eh... Hola, Near...- se removió incómoda en el umbral. Dios, ni siquiera llevaba ropa interior ¿Y si el niño lo notaba? -¿Buscas a L?-

-En realidad, a ambos.-

-Ya... Ya veo. ¿Quieres pasar? Iré a despertarlo...- se interrumpió. ¿Estaba siendo muy obvia respecto a que había dormido con L? ¡Oh, llevaba puesta su ropa, maldición! - ¿P-Por qué no vas a la cocina y te sirves algo en lo que vuelvo?-

-Por favor apresurate, D. Es algo muy importante.-

______ asintió y corrió escaleras arriba, olvidándose por un instante de que le dolía cada músculo del cuerpo como si la hubiese arrollado un camión. Y al llegar junto al detective le dió un empujón de tal magnitud, que el joven terminó por los suelos.

-¿_____-san?- este se reincorporó con la expresión que tendría un niño si le arrebataran su juguete. -¿Es que uno no se puede dormir en paz ni en su propia casa?-

-Near vino. Dice que es importante. Así que irás inmediatamente a ver que ocurre, en lo que yo busco mi ropa y me pongo algo decente.-

-¿Me estas diciendo que uso ropa atrevida?- preguntó el pelinegro analizandola de arriba a abajo.

-¡Sabes a lo que me refiero!-

L soltó un sonoro bostezo. Y finalmente se reincorporó con dirección a la puerta.

-Bien, bien- murmuró desganado. -Y si te sirve de algo, la mayor parte de tu ropa se encuentra en la cocina.-

_______ empalideció. Acababa de enviar al albino en dirección a ese sitio. -¡Oh, maldición!-

Pero antes de que pudiese llegar corriendo a las escaleras, L la detuvo del brazo y le dedicó una fría sonrisa.

-Es sólo una broma, ______-san. Tenía que cobrarte lo del empujón. -

Narra L:

Minutos más tarde, y con ______ vestida ya de forma decente, Near nos revela las noticias tan preocupantes que lo instaron a venir.

Keita Aoyama sobornó a varios guardias en prisión, y por ende, una serie de convenientes eventos le beneficiaron para escapar de su celda está mañana.

______ mira el suelo con preocupación, y creo verla murmurar algo parecido a "Ryuk trató de advertirme"

-No encontrará este sitio, Near. Agradezco que en el wammys se hayan preocupado, pero no hay motivos para creer que alguien como Aoyama pudiese encontrar está casa con tanta facilidad. Aún así, tomaré las precauciones que sean necesarias. Lo prometo.-

Narrador omnisciente:

Near deja escapar un suspiro, y finalmente, mirando a ______ murmura: -Bien, quizás ahora te tome la palabra de servirme algo de la cocina, D, he venido sin desayunar nada. Mello estaba vuelto loco y no me ha dejado probar bocado hasta que se aseguró de que vendría.-

-Adelante.-

Near se dirigió a la inmensa cocina y un instante después, el teléfono de la mesita a lado del sillón en que se encontraban el detective y la chica comenzó a soñar estruendosamente. Al contestar, una conocida voz llegó a oídos de L.

-¿Matsuda?-

Hubo una pausa y continúo.

-¿Se trata de una emergencia?...Sí, ella está conmigo... ¿Para qué?... No, no me enojaré si me lo dices a mi... No, ella no es más comprensiva que yo... Bien, te la paso...-

Le tendió de mala gana el teléfono a Craven y está sonrió con entusiasmo.

-¡Matsuda! ¿A que se debe el honor de tu llamada?-

-Solo quería avisarles que un joven irá a visitarlos en un rato. Sé que Ryuzaki ordenó a los miembros del equipo que no revelaran su dirección a nadie, pero el pobre estaba destrozado. Al parecer, metieron a prisión a su padre injustamente y me vi obligado a revelarle que yo sabía en donde vivía L. No vayan a enojarse conmigo, necesita tu ayuda y la de L para que resuelvan el caso. Pobrecillo. Parecía en verdad preocupado.-

Los ojos de _____ perdieron el brillo. L lo notó enseguida. Pero ¿que pudo haberle dicho Matsuda para hacer despertar su otro rostro? ¿Qué podía ameritar que _____ se perdiese en su propio mundo de una forma tan instantánea?

-Y supongo...- la escuchó decir, con una voz gélida, calculadora, y siniestra -...que el nombre de dicho joven era Keita Aoyama.-

Todo el cuerpo del pelinegro se tensó al instante.

-¡Vaya que eres buena, _____! ¿Cómo es que lo supiste?-

-¿Hace cuanto que le dijiste de nuestra dirección? ¿En donde se encontraban?-

-mmmm.... hace un buen rato, supongo. Estará llegando ya.-

-Oh, Matsuda. No eres más idiota por que no entrenas.- y colgó.

Miró a L con una mirada vacía, y luego a Near, que acribillaba un plato con tiras de pollo en la cocina, y con voz modulada, sin prisa ni calma, murmuró:

-Ambos, al suelo, ahora.- justo cuando la cerradura de la puerta volaba por los aires gracias a un estruendoso balazo.

¡Bang! ¡Bang! You're deadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora