Capítulo 9 ✝ Tensión ✝

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El aire entraba a través de la ventana abierta, agitando las cortinas. Cuando ____ recobró el conocimiento, lo primero que vio fue el ventilador del techo girando levemente.

-___-san.

Se le escapó un jadeo al descubrir que L estaba a su lado, preocupado como nunca le había visto antes.

"Watari no mintió está vez." Pensó. Pero ¿Era su imaginación o el pelinegro no llevaba camiseta?

-¿Cómo te encuentras?- preguntó él. Tenía el torso y el pantalón de mezclilla empapados.

____ tragó saliva, mientras los recuerdos iban regresando a su memoria. L la había sacado de la bañera y en algún momento D perdió el conocimiento. Eso significaba que...

-M-Mi ropa.- la voz de la chica sonó estrangulada.

El detective retrocedió contra el respaldo de su silla.

-Toda había caído dentro de la bañera. Lo siento, ___-san. No podías tomar aire. No me detuve a pensar demasiado.

-¿E-El resto del equipo me vio desnuda?- susurró D a media voz, a poco de entrar en pánico de nuevo.

-No, no. Te coloqué mi camiseta antes de sacarte de ahí.

Por un momento, ___ asintió, aliviada de comprobar que era cierto que bajo las sábanas llevaba dicha camiseta. Hasta que reparó en que para habersela colocado el pelinegro debió de...

-T-Tu me viste des... ¿desnuda?-

-Lo siento. No era como si pudiera llamar a Aizawa o a Mori para ordenarles que te vistieran antes de hacer algo por tu ataque de pánico. Al fin y al cabo, se supone que yo soy tu marido. Las parejas suelen... conocerse a ese grado.

_____ se llevó las sábanas hasta el cuello, de pronto notando que la única prenda de ropa que cubría su cuerpo olía a él. Tuvo que evitar hundir la nariz en la camiseta, pues llevaba años soñado con ese aroma tan familiar, a café, a azúcar y a L.

-Siento haberte mirado sin tu consentimiento. No tuve alternativa.- dijo él con sinceridad, evitando mirarla.

-N-No soy una niña.- ___ tragó saliva. -Yo solo... Agradezco que me sacaras de ahí. Y que me prestaras tu camiseta. Sería mucho más vergonzoso si no hubiese sido así.

Se abrazó las rodillas bajo las sábanas y un silencio cargado de tensión se levantó entre ambos.

-____-san- comenzó el pelinegro -¿Esto ha sucedido por lo que te dije hace rato? Sobre que no podías tenerme. ¿Fue esto alguna clase de treta para hacerme cambiar de opinión?

-Tu también crees que soy un monstruo.- dijo la chica, como si acabara de drenarle toda la energía. -Crees que soy capaz de fingir un ataque de pánico de este grado solo para manipularte .

L arrugó el entrecejo.

-No, no es eso, aunque siempre quedaba la posibilidad. Solo quería que supieras que, si habías hecho esto de forma premeditada, no tendrías que darme un susto así de nuevo. Cualquier cosa que desees, te la daré. Pero me volveré loco si vuelves a hacerme pasar por esto. Perderte... Casi me destruyó la primera vez.- una melancolica sonrisa se adivinó en sus comisuras. -Prefiero rendirme.

-No lo entiendo.

-¿Hay algo que desees, ___-san?

-Fuiste muy claro antes. Lo único que deseo no puedo tenerlo.

L suspiró, resignado y complaciente a partes iguales.

-Ambos sabemos que eso no es cierto.

____ separó los labios con sorpresa. ¿Acaso Ryuzaki estaba diciendo lo que creía que decía?

-Te quiero de vuelta.- confesó ella, temiendo haber malinterpretado todo. La expresión en el rostro del detective era indescifrable. Se sentía como si caminara en una delgada capa de hielo. -Quiero todo de ti. Cómo era antes. Soy... Soy una egoísta sin remedio ¿No es cierto?

-Lo eres.- dijo L. -Está bien. Tendrás todo. Te lo doy. Las cosas volverán a como eran antes. Seré tu amigo, tu confidente, tu compañero en el crímen.

Aún cuando eso era lo que más temía Watari, al mirar a la chica esta no parecía satisfecha. Aferraba los dedos a las sábanas, contrariada, como si tratara de resolver una encrucijada.

-¿Hay algo más que quieras?

-¿Sería tan horrible?- miró a los ojos al detective, suplicante. -¿Sería tan horrible que estar casado conmigo no fuera una farsa?

-¿Que dices?

-Yo solo...- su valor pareció esfumarse de pronto. -Yo solo... Desde que firmé esos papeles, tú no dejas de decirle al equipo que no es real. Que solo lo hemos hecho por conveniencia. Que en cuanto el caso termine nos separaremos. Es... Es... Es humillante. ¿En verdad te parece tan terrible que alguien pueda siquiera confundirnos con un esposo y una esposa? Quiero decir... Esa vez TÚ me besaste. Debió de haber al menos un pequeño incentivo para querer hacerlo... ¿O no?- se llevó una mano a la frente, contrariada. -Estoy diciendo estupideces ¿Verdad? ¿Estoy siendo egocéntrica por pensar que algo de mi pudo atraerte? Cielos. Tal ves deberías irte. Yo... Yo tiendo a hablar demasiado.

Por primera vez, el detective no encontraba palabras para responder a eso. Al cabo de un rato, contraatacó con su propia pregunta.

-¿Por qué te pusiste ese camisón?

-¿Eh?

-Cuando te vi vestida de blanco esa noche, por un momento creí que lo hiciste con la intención de parecer una novia con su vestido de bodas.- reveló y luego habló con sarcasmo, en un tono que parecía un ataque directo contra si mismo -Como si tú pudieras sentirte orgullosa de contraer nupcias con alguien como yo, bajo esas circunstancias tan apresuradas, prácticamente estando obligada a hacerlo. Te besé sin considerar nada de esto. Y en cuanto me di cuenta de la realidad, me aparte. Te obligué a firmar esa acta, pero no te obligaría a ser afectuosa conmigo ni a asumir el papel de una esposa, siendo que nunca pediste nada de ello.

-¡No es que lo odiara! ¡Te dije que estaba confundida! ¡Después de que nos casaramos apenas me miraste! ¿Que podía yo interpretar de eso? ¡Por supuesto que quería sentirme como una novia y por eso me puse ese estúpido camisón! ¡Todos actuaban como si no tuviera importancia! Siempre imaginé que mi boda contigo sería dis...- deseó haberse mordido la lengua para evitar soltar aquella última frase, pero era demasiado tarde. -N-No es que e-estuviera segura de que alguna vez lo pedirías... B-Bueno, éramos solo niños, e-era natural que se me ocurrieron ideas disparatadas cómo esa.

L se había quedado muy quieto ante dicha revelación, como si sus sistemas informáticos estuvieran congelados.

-¡Ugh! ¡Debí de callarme hace rato!- dijo ___ roja como un granate - Solo pretende que no oíste na...

El detective interrumpió las disertaciones de la chica con un beso. Sin dejar que el tiempo se le fuera de las manos, empujó su lengua dentro de su boca, como si estuviera hambriento de ella, saboreando cada rincón. Sin darse cuenta, ____ colocó sus manos sobre el pecho de L, sintiendo el veloz latido de su corazón debajo.

-Espera...

L tardó unos instantes en obedecer. Solo quería seguir besándola por el resto de la eternidad. Olvidarse de todo. No podía resistirse a lo encantadora que era y había creído que el sentimiento de ___ respecto a él, si bien no podía ser igual de fuerte, al menos era parecido. ¿Se había equivocado? ¿Entonces por qué volvía a apartarse?

-Lo lamento, ___-san. Debo haber malinterpretado todo.

-N-No, no es eso. E-Es solo que... - su nerviosa mirada bajo hasta detenerse en el cuerpo semidesnudo del pelinegro y en la delgada camiseta que ella llevaba en lugar de ropa. -S-Si sigues besándome así en estas condiciones... Creo que mi corazón va a estallar.

¡Bang! ¡Bang! You're deadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora