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Inmediatamente, Lola percibió los ojos grises de Norman oscurecerse de ira. A la rubia ni si quiera le dio tiempo de ocultarse, puesto que él ya la tenía sujetada de un brazo y la arrastraba fuera de la habitación. Empero ella no luchó sola contra él, sino que las dos chicas la ayudaron a zafarse. Norman se enfureció todavía más.

—¡Ustedes no se metan, par de zorras! —espetó él, lleno de cólera. Lola temió más por la vida de ellas que de la suya.

—Tienes miedo ahora, ¿no? Norman. Ahora el imbécil que morirá serás tú—se burló Harper.

—Cállate, perra albina—lanzó un rugido y volvió a sujetar a Lola rudamente. Al final de cuentas, él terminó por apoderarse completamente de ella y empujó al par de chicas al suelo. Lola apenas y respiraba de la impresión. Sintió las manos de Norman en su espalda al tiempo que la arrastraba fuera de aquella habitación. Él, con los ojos cerrados por la exasperación, la empujó con fuerza a la pared en un sitio apartado y colocó ambas manos a cada lado de su cabeza, acorralándola—dime, por favor, que esa zorra albina ha mentido—carraspeó con los dientes apretados—dime que no es verdad.

Es verdad.

—¿Estás loca o qué te pasa? ¿Sabes el problema en el que me has metido? —siseó, mirándola con odio, pero Lola sonrió con orgullo.

—La venganza divina ha llegado. Así que te vas a poder ir al infierno.

—Cállate—le dio una bofetada con tal fuerza que Lola miró todo negro y casi perdió el equilibrio, pero él la volvió a estampar contra la pared. Ella se sujetó la cara, reprimiendo las lágrimas—no te pongas a llorar. Tenemos que solucionar esto—señaló con los ojos el estómago de Lola.

—No pienso abortar para salvar tu trasero.

—Lo harás, aunque yo me muera, ese niño no va a nacer.

—¿Por qué no?

—Porque no y punto.

—No es una respuesta coherente.

—Escucha, Calvin, yo nunca en mi vida pensé en dejarte embarazada ni de lejos, así que no pienso morir solo por un asqueroso feto que hay dentro de ti. O buscamos la solución juntos o yo mismo te meto la mano y saco el producto sin importar que mueras y que se me pudra la extremidad. decides.

—Le tocas un cabello a la chica y te meto esto por donde más te quepa, Norman—ambos volvieron el rostro a Roxanne, quién sujetaba un rifle cargado y detrás de ella estaba Harper sonriendo. El rubio puso los ojos en blanco.

—Tengo una charla pendiente con Marlon, continuaré más tarde contigo—la amenazó Norman y se apartó de Lola. Miró a las chicas y suspiró—a ustedes les hace falta sexo.

Dicho eso, las pasó empujando con el hombro. Cuando por fin lo perdieron de vista, ambas muchachas fueron a auxiliar a Lola. La rubia temblaba de pies a cabeza. La ayudaron a levantarse y la introdujeron de nuevo al dormitorio.

—Norman está más demente que nunca—gruñó Roxanne—pásame un chocolate que está guardado en la nevera y después prepara la bañera.

Harper le pasó el chocolate frío y entró al baño a arreglarlo. Lola le dio un mordisco a la tableta de chocolate y miró a la chica con aire dubitativo.

—¿Cómo saben hablar inglés?

—No soy de este apestoso país, cariño, soy de Florida. Y no hablo alemán, solo un poco.

—¿Y Harper?

—Ella es de Francia, pero domina perfecto el inglés, alemán, ruso e incluso el español y el sueco.

Dark Beauty © Libro 1. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora