31. Tengo miedo

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Me encontraba concentrado jugando a un vídeo juego en la habitación de Michael con su pequeño gato dormido junto a mi en el sofá. El estaba sentado en su escritorio haciendo los deberes que le mandaron en el instituto. Siempre esperaba al ultimo momento para hacerlos.

A veces me paraba a mirarlo aunque estuviese a espaldas de mi. Se frotaba la cabeza de vez en cuando o oía como mordía en boli con frustración. Le ofrecía mi ayuda pero es quería hacerlo solo. Yo seguía con mi vídeo juego.

-Que asco de instituto -dijo rodando su silla del escritora hasta colocarse detrás mía en el pequeño sofá de su habitación. Beso mi nuca haciendo que mis pelos se erizasen.

Pude notar como se levantaba, no mire ya que estaba llegando al final para pasarme una de las partes del animado juego de acción con el que me encontraba enganchado.

Un flash me ilumino la cara.

-¿Me acabas de hacer un foto? -solté de repente parando el juego haciendo que Michael pegase un pequeño salto sujetando la foto que salia de la cámara.

-Tienes un perfil demasiado bonito, no me cansaría nunca de hacerte fotos y tu pelo hoy esta extraño, mola mucho -dijo estirándose para revolverlo.

-¿Que mola? Me he tenido que presentar con esto pelos en el instituto porque no nos dejan llevar nada en la cabeza -me queje. Michael negó riendose quitandose de su posición actual. Se movió hacia un gran tablón para poner la foto en el con una chincheta, junto a otras fotos que teníamos que nos habíamos hecho juntos o que el me había hecho a mi.

Me gustaría poder hacer eso en mi habitación, poder poner fotos de mi pequeño gatito y sacar una sonrisas cada vez que las viese. Por desgracia, era arriesgarse mucho.

Michael se volvió a sentar detrás mía con su silla de escritorio para no molestar a su gato que dormía tranquilamente en el otro lado del sofá. Poso su cabeza en mi hombro observando como jugaba.

-Si quieres te puedo dejar el juego, así te lo pasas en tu casa y pasas tiempo conmigo ahora ¿si? -beso mi mejilla.

-Eres tu el que me ha ofrecido jugar, ahora te aguantas, por no hacer tus deberes antes de quedar -dije sin soltar el control.

-Se me había olvidado -se quejo -¿Te apetece salir y tomamos algo? -se volvió a incorporar recto en sus silla, solté el mando y coloque mi cabeza hacia atrás para ver a Michael boca abajo.

-Lo que tu quieras, a mi me da igual, yo estoy bien aquí y eso -al termina me dio un pequeño beso.

-Pues salgamos.

-También nos podemos quedar y seguir jugando y eso.

-Acabas de decir que te da igual y yo prefiero salir.

-Si bueno -dije con voz chillona -no me puedo creer que me estés intentando convencer para salir en vez de quedarse en casa jugando a vídeo juegos.

-Yo tampoco me lo creo -rió -pero queda poco para que acabe el invierno y quiero aprovechar el frío que queda -se puso de rodillas enfrente mía encajamdo sus manos en mis muslos.

-Vale -bese su nariz -pero me tienes que dejar un gorro yo no salgo con estos pelos.

-En alguno de los cajones de la cómoda tiene que haber alguno, busca.

Apague el juego -¿Me lo puedo llevar entonces? -le pregunte al sacarlo de la carátula -Realmente me engancho.

-Claro que te lo puedes llevar -dijo sonriente.

Me dirigí a la cómoda y tuve la suerte se que sus gorros y garras estaban en el primer cajón que abrir. Cogí un gorro de lana gris, del mismo color de mi jersey. Me coloque frente al espejo para acomodarlo dejando asomar algunos pelos de mi flequillo.

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