40. Gays revolucionados

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Estaba en la cafetería del instituto en la hora del recreo. A última hora tenia un examen de física el cual va a hacer que me suicide. Estaba repasando a la hora del almuerzo, cosa que no suelo hacer pero estaba muy nervioso, si suspendo este examen suspendo la asignatura y no me puedo permitir eso. Es el ultimo y todo depende de él.

-¿Vas a comerte eso?- apunto Mason a la manzana en mi bandeja, negué y la cogió para comérsela. Era incluso incapaz de tragar mi comida.

-¡No se para que voy a utilizar la ley fundamental de la dinámica para explicar el movimiento orbital de diferentes cuerpos como satélites, planetas y galaxias, relacionando el radio y la velocidad orbital con la masa del cuerpo central! -me queje.

-¿Eso lo has dicho de memoria?

-Es que me lo he tenido que aprender.

-Deja de repasar, te lo sabes -toco mi hombro y negué.

Seguí leyendo hasta que note mi móvil vibrar en mi bolsillo derecho. Era un mensaje de Michael.

Michael: Entra en la tercera cabina de los baños de dentro.

¿Que coño? ¿Michael estaba ahí?

Esto es muy raro.

Tenia que ser una broma. Bueno, sinceramente, me lo esperaba de él. Llevamos cerca de una semana sin vernos físicamente (ya que si hablábamos por skype) porque he estado estudiando para el examen y solo tenia tiempo a altas horas de la noche, que era cuando hablábamos por teléfono o vídeo llamada y acababa acostándome súper tarde cosa que no quería. Tampoco quería que me recogiera porque necesitaba mantener mi mente despejada de cualquier distracción, y los labios de mi atractivo novio lo eran.

Llegue a los baños, no había nadie. La gente en el descanso solía ir al de fuera.

Me incline un poco para observar la tercera cabina. Y si, las botas negras desgastadas del teñido estaban allí. Me decidí a entrar y con tan solo abrir la puerta sentí su mano atrapar mi muñeca estampándome contra la pared.

Comenzó a besar mi cuello descontroladamente.

-Michael- solté entre mis fuertes respiraciones ya que comprobé que no había nadie y podía permitirme eso -Michael ¿que haces aquí?

-Me moría por ver a mi novio- al poco tiempo de separase se junto con mi boca y comenzó a besarla.
Yo seguí el beso, realmente necesitaba esto. Pero no podía recuerda Luke, el examen.

Lo separe débilmente, lo conseguí pero el atacó de nuevo a mi cuello.

-Michael, para -en ese momento se separó de mi, quedando a centímetros de mi cara, me dio un pequeño beso antes de parar ya totalmente.

-¿Que pasa? ¿Te molesta que este aquí? -soltó molesto.

-No es eso -acaricie su rostro con suavidad el me dedicó una pequeña y dulce sonrisa al notar mi piel rozar con la de él.

-¿Como has entrado?

-No es la primera vez que me cuelo en este sitio, no preguntes -rió.

-No pregunto porque no tengo tiempo, ahora a ultima tengo el examen y estoy amargado.

-Pero si me dijiste a segunda.

-Si en principio, pero el profesor cambio la hora porque necesitaba un aula mas grande para asegurarse de que no copiasemos y esas tonterías.

-Bueno, ya estoy aquí y voy a aprovechar el momento -dijo mirándome seductoramente, no pude evitar reír ante su expresión.

Ahora fui yo el que me abalance a él fuertemente estampándole contra la pared, lo echaba tanto de menos.

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