La historia detrás de los grandes himnos de Guns N' Roses, el gran amor oculto detrás de la banda más peligrosa del mundo, una ficción que es más realidad que fantasía.
Una mujer joven que quiere comerse el mundo y un hombre que todo lo que toca lo...
"Quiero lo mejor de ti, pero también lo peor. En realidad lo quiero todo. Lo que te hace soñar, lo que te hace sentir, lo que te hace vibrar y hasta lo que te hace insoportablemente tú. Lo quiero todo porque vive en ti, en ese remolino de luz que alimenta tu alma." -Brando
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Capítulo 12: Fly Away From Here
Christina
Me desperté asustada al sentirme espichada por dos cuerpos a mis lados, me giré y los vi durmiendo plácidamente por lo que no quise despertarlos, me levante con cuidado de la improvisada cama que habíamos armado en la sala para poder dormir todos, así solíamos hacerlo de pequeños, era nuestra forma de acampar solo que ahora todo medían como treinta metros más que la última vez que lo hicimos por eso había quedado en el limbo entre una manada de focas durmientes.
Tuve que subir al baño ya que el de abajo estaba ocupado por Josh.
Ellos se habían quedado en casa, la noche de la fiesta tras la incómoda y estúpida pelea, seguimos celebrando.
Me convencí que no podía sentirme culpable si no había hecho nada malo, aparte mis mejores amigos habían vuelto, estábamos todos juntos como antes y no me iba a arruinar una noche con las personas más especiales de mi vida solo por un berrinche de Axl.
Yo solía sobrellevar las cosas con él, buscaba entenderlo y ceder en ciertas cosas para evitarnos peleas sin sentido, de esas que a él le encantaba formar con facilidad pero esto era otra cuestión muy distinta. Ellos eran mis amigos, mis mejores amigos, casi como mis hermanos y era tan absurdo para mi que me celará con ellos como si lo hiciera con Joe.
Era ridículo.
Salí después de reflexionar sobre mi vida en el baño, como todas las mañanas.
Entre a mi cuarto buscando la agenda telefónica, tenía ganas de llamarlo pero algo en el interior me lo impedía, sin hacer mucho ruido, abrí el primer cajón de la mesita y saque la agenda de tapa rosa, allí tenía su número anotado.
Me debatía internamente entre llamarlo o no.
-¿Qué haces? -preguntó una cabeza con rulos asomándose por el borde de la cama.
Pegué un brinco que me hizo caer de cola sentada, él se rió divertido.
-Solo buscaba mi agenda...
Adivino, -¿Lo vas a llamar?
Me conocía tan bien que sería estúpido intentar negarlo.