La historia detrás de los grandes himnos de Guns N' Roses, el gran amor oculto detrás de la banda más peligrosa del mundo, una ficción que es más realidad que fantasía.
Una mujer joven que quiere comerse el mundo y un hombre que todo lo que toca lo...
"Él se fue esperando que ella lo detuviera. Ella lo dejó ir esperando que él regresara."
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Capítulo 55: Still Loving You
Axl
Me quedé mirándolo aún incrédulo, por más que le daba vueltas para mi no tenía el mayor sentido, ella no era así, no sería capaz... o realmente ya no lo sabía. Yo lo haría, por vengarme de ella, no podía negarlo, la diferencia es que sus amigas a pesar de ser muy lindas son muy leales y están involucradas con los tipos a mi alrededor así que eso jamás sería posible. Tal vez busco a Mason intentando restregarme en la cara su rencor.
Además él hablaba con demasiada seriedad, sabía que no me mentiría en algo así.
—Te lo dije, ella solo era una maldita traidora, siempre te dejó a ti por sus amigos, por todos los demás, te humillo, te está apuñalando por la espalda, si lo hizo conmigo que sabe que soy tu gran amigo imagínate lo que ha hecho con los demás, deberías agradecer que yo soy leal y rechace sus insinuaciones.
Asentí dándole un trago al vaso, este tema me estaba dando jaqueca.
—Si tú supieras como llegó a buscarme a la casa y...
—Ya, suficiente, no quiero saber más, ella ya no está en mi vida, no me importa lo que haga, agradezco que la rechazarás y me comentaras lo sucedido pero dejemos hasta aquí ésta charla.
Me levanté bufando caminando hacia el balcón, busque entre mis bolsillos la caja de cigarrillos, encendí uno mandando a la mierda el compromiso que había hecho conmigo mismo de dejarlo, no podía, en una situación así era lo que más necesitaba.
Me giré en un impulso y me sorprendí al ver una gran sonrisa en su rostro, entre por la puerta corrediza, su cara se contrajo un tanto. —¿De qué te ríes?
—Recordé un chiste —soltó levantándose. —Nada importante, bueno, debo irme, nos vemos hermano —palmoteó mi hombro y salió sin decir más.
Sentí una corazonada extraña pero simplemente no quería seguir pensando en eso, ya había sido suficiente, debía olvidarla, seguir, así no lo quisiera del todo, debía hacerlo, de algo estaba seguro, ambos estábamos mejor alejados el uno del otro. Tomé mi chaqueta y salí del departamento, le indique a Evan que fuésemos al restaurante donde tenía la cita a la que por cierto iba sumamente retrasado, llegué al lujoso restaurante ubicado justo frente al mar, entre sin presentarme, ya no era muy necesario hacerlo, le pedí a un mesero que me indicara la mesa reservada, seguí sus indicaciones y encontré a Marissa al otro extremo, justo al gran ventanal con vista a la playa.
Carraspeé cuando estuve justo a su lado, su mirada perdida en el océano se deslizó hasta mi, su cabello castaño estaba recogido en una coleta alta, sus ojos color miel brillaban y tenía sus labios pintados de un rojo fuerte, como siempre, recordé instantáneamente cuando este quedaba marcado en mi cuerpo manchando mi piel.
