La historia detrás de los grandes himnos de Guns N' Roses, el gran amor oculto detrás de la banda más peligrosa del mundo, una ficción que es más realidad que fantasía.
Una mujer joven que quiere comerse el mundo y un hombre que todo lo que toca lo...
"Le dijeron: Existen dos resultados al intentar arreglar a una persona rota, o la reconstruyes o te destruye... quedaron pedazos de ella por todo el suelo."
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Capítulo 46: Walk Away
Christina
Contra su voluntad, salimos hacia la terapia que habíamos programado en el psicólogo, Axl parecía estarse arrepintiendo de su propuesta pero a mi si me cautivó así que lo obligue a que lo hiciéramos, tal vez pudiésemos encontrar una solución a todos nuestros problemas tanto de pareja como personales.
Al entrar al consultorio no nos recibió un hombre o mujer con miles de títulos y demasiada experiencia, fue una simple secretaria que nos pidió llenar unos formularios como de cien hojas. Me dio cierta decepción pero ella nos explicaba que era el proceso regular para poder dar un diagnóstico y así iniciar el proceso personalizado.
—Por favor, deben separarse, cada uno debe llenarlo en una lugar diferente —pidió mirándolo fijamente para que se sentará al fondo del salón.
Se levantó bufando en voz baja pasando hasta uno de los sofás cafés del rincón. —Esto es una estupidez.
Me concentré en las hojas, era un cuestionario, ponían una situación en específico y las opciones a escoger eran las posibles reacciones que se tendrían ante dicha escena, era sencillo pero tedioso con toda la cantidad de preguntas que habían. Habían unas tan absurdas como: ¿qué haría usted si en la tienda donde venden el pan le entregan mal el cambio del dinero? A) Reclamar educadamente. B) Gritarle por el error. C) Irse sin decir nada. D) Asesinarlo. E) Suicidarse.
Incluso me reí abiertamente en unas, parecían hechas por personas del común, veía disimuladamente como Axl trazaba duro el papel con su lápiz a punto de romperlo. Si yo creía que eran ridículas no me imagino lo que pasaba por su cabeza. Al final me harté y termine tachando al azar la que cayera, me iba a quedar dormida si seguía haciéndolo detenidamente.
—¿Ya? —preguntó irritado una vez más.
Sonreí de medio lado, —Ya casi.
Solo me estaba tardando de más para fastidiarlo, no podía negar que me gustaba verlo enojado. Al final me arrancó el paquete de hojas de la mano y lo lanzó sobre el escritorio de la mujer. Salí tras suyo, caminaba molesto, Evan estaba esperándonos en la salida, subimos en silencio, me hice al otro lado mirando por la ventana distraída.
—Nunca había sentido que perdía tanto mi tiempo como aquí... vaya idiotez y tú tanto que jodiste para que viniéramos.
—Es un proceso, ¿qué esperabas? ¿Que te dijeran de lo que sufres y te dieran de paso la cura? —me burlé.
Estaba ofuscado, —¿Acaso no leíste esos ejemplos tan tontos? Parecen un grupo de imbéciles, no de profesionales... deberíamos ir a las otras terapias.
