La historia detrás de los grandes himnos de Guns N' Roses, el gran amor oculto detrás de la banda más peligrosa del mundo, una ficción que es más realidad que fantasía.
Una mujer joven que quiere comerse el mundo y un hombre que todo lo que toca lo...
"Hubiéramos podido cruzarnos por ahí sin vernos, mirando hacia otro lado, distraídos... O haber pasado a diferentes horas por el mismo lugar, o no haber pasado nunca... Tuvo que haber un "algo", un mandato divino, una muy bien estudiada casualidad, para que, entre los cientos de millones de habitantes del mundo, tú y yo coincidiéramos en el mismo lugar, al mismo tiempo." -Andrés Eduardo.
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Capítulo 2: Fire Meet Gasoline
Christina
Sonó la alarma, otra vez, cada mañana era tan agobiante y lo era aún más por el hecho de que debía levantarme temprano casi todos los días de mi vida y aún así, no lograba acostumbrarme y resignarme.
Me desperecé y me senté en la cama, me quede mirando a la nada, hasta que sentí la voz de mi mamá llamándome desde el primer piso, corrí hacia el baño y me duche con calma, cantando como siempre, como cada mañana, me puse el uniforme de la escuela, empaque el primer cuaderno que vi en mi mochila -hoy planeaba hacer todo menos estudiar- y baje las escaleras, me dirigí a la cocina, donde estaba mi madre.
-Ya te sirvo el desayuno -me dijo mi madre mientras me daba una breve mirada y se encaminaba al refrigerador.
-No mamá, no alcanzo. Voy tarde, yo como algo allá -le dije mientras tomaba una manzana del mesón. -Te amo, nos vemos en la tarde... Adiós. -Me acerqué y le di un beso en la mejilla.
Salí caminando de prisa, cruce las calles mientras cantaba mentalmente la última canción que salió en la radio. Me fui hacia una tienda que quedaba justo en frente del colegio y me compre un helado, era la única persona que se antojaba de un helado a estas horas y con este frío, cruce la calle y me perdí entre todos los estudiantes que estaban en la entrada.
Me acerqué a mis dos amigas que estaban ahí, hablando entretenidas.
-¡Hola! -las salude sonriente mientras las rodeaba con mis brazos haciendo que nos uniéramos en un abrazo grupal y a la vez haciendo que se golpeara una con la otra accidentalmente.
-Tonta -rió Mariah soltándose y sobándose la frente.
-¿Por qué tan feliz? -me miró extrañada Angie mientras me quitaba el helado sin previo aviso.
-Ay, -me queje y me lo devolvió, después de lamerlo. -No es nada.
En ese momento sonó el timbre y vimos a Britney corriendo hacia nosotras, sonriente como siempre.
-¿Vamos? No quiero que nos reporten por llegar tarde -dijo con voz agitada después de saludarnos.
Todas comenzaron a caminar hacia la entrada y al ver que no las seguí, me observaron detalladamente.
