La historia detrás de los grandes himnos de Guns N' Roses, el gran amor oculto detrás de la banda más peligrosa del mundo, una ficción que es más realidad que fantasía.
Una mujer joven que quiere comerse el mundo y un hombre que todo lo que toca lo...
"El más terrible de los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza perdida." —Federico García Lorca
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Capítulo 28: Bring Me To Life
Christina
Sentía como si estuviese viajando en un auto, con la ventana abierta, mis ojos sintieron el sol sobre mi, no podía verlo pero podía sentirlo.
Escuchaba unos ruidos a lo lejos, podrían ser los pitos de los autos o la radio, quién sabe.
Parecía como si alguien hubiese quitado la venda de mis ojos y mi boca, vi un fondo blanco, me quede unos segundos observándolo, hasta que algo se movía a mi lado, tocando mi brazo, me giré asustada viendo a una enfermera.
Sentía que había dormido una larga larga siesta en la que había soñado y sentido sensaciones muy extrañas, jamás, en toda mi vida, me había sucedido algo similar.
No me sentía yo, de alguna extraña manera.
La enfermera seguía moviéndose, parecía estar ajustando algunos cables que seguían hasta el interior de mi piel. Cuando vi que se acercaba con una aguja me levanté de un brinco, ella salto asustada también, se alarmó al verme y salió gritando, llamando aparentemente a alguien.
Me senté acomodando mi cabello que estaba seco y para nada sedoso, miré a mi alrededor, estaba en una habitación de un hospital bastante amplía, iluminada por el sol que entraba por la inmensa ventana, tenía una bata blanca con pepas azules cubriéndome, de repente sentí ese vacío en mi estómago, en mi abdomen, eso que había sentido en uno de los sueños, no se iba, tal vez era hambre.
La puerta se abrió de par en par y apareció la doctora junto con Angie. Esta última se quedó en la puerta mirándome sin poder creérselo, fruncí el ceño confundida, la doctora Lindsay que siempre había estado al pendiente de mi embarazo, se acercó despacio, sigilosa.
—Christina —me llamó y yo la miré fijamente. Más aliviada me pregunto amable, —¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes?
No sabía que decir, por primera vez en la vida no sabía cómo me sentía. Me encogí de hombros, —Bien... creo.
Asintió, —¿Sabes por qué estás aquí?
—Tuve un accidente, recuerdo que estaba en un taxi y se estrelló contra... creo que era un camión.
—Así es —aceptó pidiéndole a Angie con la mirada que se acercara. Ella lo hizo nerviosa. —¿Sabes quien es ella?
Asentí segura sonriendo de lado. —Angelina.
Sus facciones se relajaron aún más. No sé por qué había tanto misterio alrededor de ellas.
—Perfecto. Quiero revisar tus sentidos, si me dejas, para cerciorarme que todo está bien.
