La historia detrás de los grandes himnos de Guns N' Roses, el gran amor oculto detrás de la banda más peligrosa del mundo, una ficción que es más realidad que fantasía.
Una mujer joven que quiere comerse el mundo y un hombre que todo lo que toca lo...
"Opuestos: Éramos tan distintos, tan opuestos, tan ajenos y ahí está la conexión, esa era la coincidencia, lo que no teníamos en común."
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Capítulo 40: Born To Die
Christina
Tomé otro sorbo de café, la mirada Angie me atravesaba por completo, Karlie estaba atenta a mi lado siendo cautelosa con el tema.
—¿No le dijiste? —volvió a repetir, en realidad no había obtenido una respuesta así que su insistencia era justificable.
Me encogí de hombros excusándome, —Estábamos arreglando las cosas... estamos muy bien como para arruinarlo.
—¿Y si se entera?
—No tiene porque hacerlo... ustedes son las únicas que saben lo que ocurrió, eso fue algo que pasó, fue una aventura, no es importante, me gusto en ese momento pero ya fue, yo amo a Axl y no lo pienso perder por algo que fue un impulso.
Angie sonrió maliciosamente. —La primera vez que se peca es un error, la segunda ya es con toda la intención.
—Y fue una vez —aclaré. —En Ibiza, lo que sucedió en Brasil fue una cosa de amigos, yo lo admiro y eso es todo, no lo amo, ni me enamore, ni lo voy a ir a buscar, ya fue y dejen de hablar del tema.
Había tomado la decisión de omitir el tema, lo había pensado demasiado, ambos habíamos fallado, directa o indirectamente, yo no podía ni imaginarme cómo reaccionaría él si se enterara, tenía miedo, probablemente perdería la cabeza.
No quería ni pensarlo.
—Bueno, cambiemos de tema —intervine. —¿Te han llamado de alguna otra audición?
Karlie comenzó a contarnos su carrera de modelo que iba en ascenso, logré terminar con ese temita que me martillaba el cráneo cada que pensaba en eso.
Axl pasó a recogerme, se había ofrecido desde que me había traído, ahora tenía chofer privado y como tuvo que ir a Geffen porque tenía una reunión quiso acompañarme. Era una sutil manera de vigilar lo que hacía pero prefería eso a que me siguieran unos detectives de película. Sabía que él estaba loco pero lo había conocido así, me había enamorado sabiendo su condición mental inestable y temperamental, no podía negarlo.
Cuando salí por la puerta tras despedirme vi el auto negro estacionado esperándome al otro lado de la calle, su ventana estaba abajo, tenía su codo recargado y miraba distraído hacia la calle, su perfil era tan fino, la estructura de su cara tan simétricamente perfecta, siempre solía tener su mandíbula tensa, manejaba esa imagen de apatía, a veces parecía antisocial pero resultaba siendo algo maravilloso en el interior, tanto que abrumaba.
