La historia detrás de los grandes himnos de Guns N' Roses, el gran amor oculto detrás de la banda más peligrosa del mundo, una ficción que es más realidad que fantasía.
Una mujer joven que quiere comerse el mundo y un hombre que todo lo que toca lo...
"Esto de olvidar es asunto serio, es cambiar de rutina, es adaptarse, es desprenderse, es cambiar de piel, es tragarse palabras, es morir y renacer. Es pasar la página a regañadientes, es ponerle punto final a la fuerza... es estrujar la historia y arrancarle las lecciones. Es un déja vú continuo." —Mariani Sierra
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Capítulo 54: Take It All
Christina
Desvíe mi mirada a la ventana del salón pensativa. Sentí una mano presionando mi hombro. —Vamos, alégrate un poco... por fin nos graduamos —agregó aliviada, fingí una sonrisa en la esquina de mi boca. —¿Qué no te alegra eso?
Suspiré pesadamente. —Claro que si pero lo que no me entusiasma es tener tanto tiempo libre... ya sabes.
Asintió desvaneciendo su sonrisa.
El timbre sonó, ultima día de clases, la graduación era en dos días, por supuesto me sentía feliz, era un logro que había anhelado por mucho tiempo pero por más que me entusiasmaba mi futuro profesional mi vida estaba hecha un caos muy grande como para poder disfrutar completamente.
Todos celebraban eufóricos, como si fuese el fin de la guerra, la sentenciada victoria, yo solo estaba en la mitad de dicha histeria. Había una gran celebración esta noche, aún no sabía si iría, estaba en dudas porque ya había comprobado en los últimos meses que salir intentando distraerme no resultaba siendo muy positivo cuando todos a mi alrededor irradiaban alegría mientras yo estaba allí como un hongo sintiéndome estúpida y miserable pero luego pensaba en quedarme sola en casa sin poder conciliar el sueño y eso tampoco parecía un panorama muy bueno así que la duda era grande.
Dije que iría para que no estuviesen insistiendo, todo se definiría a último minuto.
Lleve a Sofía hasta su lugar de trabajo, me había quedado con el auto, él probablemente lo hubiese quemado y yo realmente lo necesitaba, al final era mío, yo era la auténtica dueña. Ni la radio ni la televisión eran permitidas para mantener mi salud mental, sabía que él debía estar saliendo con mujeres, haciendo y deshaciendo con su vida personal pero prefería no verlo con mis propios ojos.
Estacioné frente al restaurante y ella se quito el cinturón sonriente. —¿Llegó a tu casa o pasas a la mía?
—Mejor veámonos allá... sabes que soy algo impuntual y no quiero retardarte —invente con agilidad.
Ella sonrió asintiendo, se bajo despidiéndose con la mano y entrando por la puerta de vidrio. Suspiré un poco más aliviada al ver que había logrado engañar a todos, tal vez si no iba a la fiesta esta noche no me hablarían en la graduación pero que más da, obligarme a mi misma a ir a un lugar al que no quiero ir solo por una aceptación social era algo inaceptable para mi. Donde no podía ser yo prefería no estar.
