La historia detrás de los grandes himnos de Guns N' Roses, el gran amor oculto detrás de la banda más peligrosa del mundo, una ficción que es más realidad que fantasía.
Una mujer joven que quiere comerse el mundo y un hombre que todo lo que toca lo...
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Capítulo 27: Blue Jeans
Christina
Salí del baño y vi su maleta en la puerta, mi corazón se estrujo, algo se tranco en mi garganta pero intenté mantenerme fuerte.
Me recosté de nuevo sobre la cama, acaricie mi panza al sentir sus pataditas, sentí como los ojos se me comenzaban a humedecer, saque el libro del primer cajón de mi mesita dejándolo en mis piernas y tomé un sorbo de mi café.
Rambo llegó acostándose a mi lado, lo acaricie viendo la hora.
2:30 am
Escuche unos pasos y luego vi una sombra entrando, me hice la distraída como si estuviese leyendo aunque mi mente no entendía nada, sacó una chaqueta del armario y se la puso. Se dio media vuelta arrastrando su maleta de la manija.
Trague en seco, escuche como respiraba duro y se detenía recargándose contra el marco de la puerta.
De repente se giró mirándome fijamente, sus ojos me atravesaron por completo, llenos de incertidumbre, sus labios formaban una línea recta. —Nena, no quiero irme sin despedirme... —soltó haciendo que mi pulso se acelerará.
Yo tampoco quería que se fuera sin despedirse. Francamente, no quería que se fuera.
Suspiré asintiendo y él se acercó, abrazándome, envolviéndome en sus brazos con fuerza.
—No es para siempre, solo son unos meses, haré lo posible por venir al menos unos días y también quiero que vayas a verme... las voy a extrañar mucho —murmuró nostálgico, beso y acarició el bultito en mi abdomen. —Va a ser extraño saber que después del concierto no podré verte, siempre me gusta tenerte ahí conmigo.
—Ahí estaré, tal vez no en presencia, pero siempre estaré contigo. Siempre estaré deseándote lo mejor, así sea en la distancia.
Lo besé con intensidad, sin tener certeza de cuánto tiempo pasaría para volver a probarlos.
—Buscare la manera de llamarte cada vez que pueda o sino te escribiré, por favor, cuídate, mantente tranquila, no hagas nada en lo posible, si necesitas algo, lo que sea, comunícate con Alan o las oficinas de Geffen.
Asentí.
Tomó mi rostro entre sus manos y dejo un beso en mi frente, —Te amo, nunca lo olvides.
—Y yo a ti.
Me dio un último beso y se levantó saliendo rápidamente, desapareciendo por la puerta. Una lágrima se escapó, bajando por mi mejilla, respire repitiendo que era algo normal, era de esperarse que comenzaran a viajar de un lugar a otro, no podían quedarse tocando toda la vida en los bares de Los Ángeles. Me había despedido de los demás anoche, en la cena que les preparamos entre todas.
