capítulo 25

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Dentro de la mueblería decidimos ir primero por los muebles, mientras caminamos observamos todas las opciones presentes, a mi me llamó la atención un gran sofá blanco con cojines azules y blancos, lleva otro sofá más y una gran mesita cuadrada, pero es Andrew quien debe elegir, no yo.

—¿Cuál escoges? —pregunté.

—El que tu escojas a mi me va a gustar —respondió mirándome a los ojos, que él me tome en cuenta es muy agradable, pero ya se está pasando.

—Es que tú eres el dueño, eliges tú —le reclamo.

—Tú te encargarás de decorar la casa a tu modo, imaginas que eres una decoradora y te he contratado para que decores mi casa a tu modo, asi que eliges mientras el chico vas marcando lo que deseas.

Me sentí importante y sonreí, espero no llevarme de gusto.

—Me gusta ese sofá —le señalo el que ya he mencionado anteriormente.

—Me sorprende, es exactamente mi gusto, ese color me fascina y has elegido bien —murmura y me hace sentir bien que le guste.

Escogí un plasma, un juego de habitación, un comedor amplio, una nevera moderna color negra, la estufa le hace juego.  Escogí taburetes para la isla americana, un equipo de sonido, los cuadros, envases  de cristales para decorar, en fin, escogí todo lo que se necesita en una casa. Las cortinas de la sala serán azules con blanco, creo que combinaría mucho.

—Uff, al fin terminamos, me ha encantado tu elección —murmura y sonrío.

En cuanto terminamos Andrew se fue a pagar y le dije que tenía hambre, así que iremos a almorzar.

—¿Cuanto fue el total de todo lo que escogimos? —pregunté preocupada, creo que exageré, las cosas que elegí son muy caras.

—No te preocupes, yo pagué con tarjeta de crédito, creo que se fueron algunos treinta  mil dólares.

Se me cae la boca en cuanto me dice eso.

—¿Qué? Por Dios, cuanto lo siento, no debí elegir tantas cosas, oh Dios, esto es mi culpa.

Ahora me siento mal por haberle hecho gastar tanto.

—Descuida, lo importante es que tenemos todo comprado, pero aun falta hacer una compra de comida y cosas necesarias, así aprovecha y le compra la comida a peludito.

.....

En cuanto terminamos de comer le dije que yo pagaría, así que le arrebaté la cuenta para que no insista en pagar. Pero la cuenta hizo cincuenta y cinco dólares, y me sentí mal que solo andaba con sesenta y cinco, así que tuve que darlo todo por la propina y quedarme sin nada.

Dios mío, la próxima ando con más dinero. Es que siempre se me olvida mi tarjeta de crédito.

Después de irnos del restaurante llegamos al super y tomamos dos carritos para echar la comida. Si escogimos dos es porque se supone que él hará una compra aparte y yo otra para mi casa.

Primero entramos por el pasillo de comidas enlatadas. Tomé todo lo necesario.

Tomé todo lo necesario: Vegetales, maiz, arroz, huevos, carne, cerveza, productos higiénicos y por últimos nos quedaba el área de animales.

—Ay mira que lindo traje para peludito —murmuro caminando hasta un traje de perrito color azul, es estilo marinero y hay grande variedades de traje, tomé diez trajes diferentes.

—¿Piensas vestir a peludito con todo eso? —preguntó riendo.

—Si, es mi bebé —respondo sonrojada.

El amigo de mi novio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora