capítulo 28

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han pasado dos días. Dos días en que lo considero como si fuese una eternidad.

Hoy es sábado cuatro de febrero. Contaba los días que faltaban para cumplir cuatro años con William, bueno no días, sino el tiempo, porque aún faltan dos meses.

En esto dos días no hubo novedad, no he visto a Andrew, no he visitado a William, no he ido a su empresa y tampoco hemos tenidos relaciones. Aún estoy enojada y él aparecer no quiere insistir,  ¿qué le sucede?.

Tocan el timbre y camino hasta la puerta, en cuanto abro veo a Jeremy y sonrío.

—Pasa,  Jeremy —invito y me sigue.

—He venido para saber si iras a mi fiesta de cumpleaños.

Abro mi boca por la sorpresa de no recordar que cumple años y que tiene una fiesta.

—¡Por Dios, felicidades! —exclamo abrazándolo y escucho la puerta abrirse.

—Disculpa  si los interrumpí.

Ambos miramos y es Andrew quién interrumpe, lleva una bolsa en cada  mano,  ¿andaba de compras?

—Hola Andrew, ¿qué haces aquí? —le pregunto alejándome de Jeremy y frunce su ceño, tensando su mandíbula.

—Eh..., bueno,  debo irme, pero no me iré sin antes que me des una respuesta Jenny —dice mi vecino y le sonrío.

—Encantada  de ir a tu fiesta, nos vemos mas tarde —respondo y no deja de mirarme con esa sonrisa llamativa. De pronto hace un ademán de despedirse con un beso, pero opta por marcharse pasando por el lado de Andrew.

—Con que piensas irte para esa fiesta, que bien —murmura, me cruzo de brazos y lo miro molesta.

—No es tu asunto,  ¿a que has venido? —cuestiono siguiendo mis paso hasta peludito que ladraba sin parar por escuchar a Andrew.

—Sé que te regalé a peludito,  pero también tengo derecho verlo, es mi chico, bueno nuestro chico,  y  he traído unos regalos a él y a su mami —murmura,  y me giré a él con peludito en mis mambos.

—No te he quitado tu derecho, cuando quieras lo puedes ver, pero no era necesario que me trajeras ningún regalo.

Camino hasta el sofá y me sigue, en cuanto llego me acomodo y se sienta a mi lado. Lo miro y es inevitable no sentir todo los nervios recorrer mi cuerpo, él está tan guapo con su polo negro y ese pantalón ajustado, es definitivamente sexy.

—¿Puedo? —preguntó intentando quitarme a peludito y se lo doy asintiendo—. Hola hermoso, aquí te traje un amiguito.

Él saca un perrito peluche parecido a peludito y enseguida mi cachorro empieza  a ladrar y a morderlo.

—También te traje esta comida; como padre que soy debo mantenerte o si no tu madre me pondrá manutención —dice y sonrío  sin evitarlo. Andrew a veces salta con palabras graciosas.

Él me mira y correspondo su mirada.

—Sabes que no soy tan bruja, mientras yo siga viva peludito tendrá su alimento y todo lo necesario —respondo, el sonríe y acaricia el lomo de mi perrito.

—No lo dudo, este regalo es para ti.

Miro la cajita pequeña color plateada y veo que por encima tiene una cinta color roja.

—P-pero no es necesario — me niego devolviendo su regalo.

—Acéptalo, es un regalo muy especial.

Me toma mis manos  entregando el regalo, yo miro sus manos unidad con las  mía y cierro  mis ojos por unos segundos sintiendo un escalofrío, luego levanto la mirada observándolo.

El amigo de mi novio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora