El amigo de mi novio

capitulo 1

"Querida doctora del amor, mi nombre es Jennifer Hamilton;  le escribo este mensaje con la esperanza de que puedas  aconsejarme. Soy una gran lectora de sus libros y siempre que tengo tiempo leo cada publicación de su blog.

Tengo una gran duda que me atormenta, tengo tres años y nueves meses juntos a mi novio William; en los dos primero años él me trataba súper bien, pero desde que está trabajando en la empresa de su tío, ya no es el mismo, no me dedica tiempo. Siempre me dice que está ocupado, y los único días que puedo verlo son los sábado y domingo. Me siento fatal junto a él, ya él no trata con  el amor que tanto anhelo; ya no es el mismo. Siempre he pensado que quizá él tenga otra mujer, pero un investigador me demostró que no tiene otra mujer aparte de mí, que solo se has enfocado en su trabajo.

Necesito de su consejo, espero que pueda ayudarme."

Envié el mensaje con la certeza de que pueda responderlo. No entiendo porqué rayos debo recurrir a esto...Quizás no me darían un buen consejo;  y todo es por culpa de william, si tan solo fuera como antes, quizás no tuviese quejas de él.

Hoy estoy tan enojada, hoy precisamente hoy, mi enojo se has hecho notar;  todo porque a william se le ocurrió irse de parranda con sus amigos. Pensé que podríamos estar junto y tener una noche placentera.  No recuerdo cuando fue la última vez que estuvimos juntos como pareja. 

¿Y ya qué? Si me he  estado acostumbrando a esta rutina que poco a poco me lleva a la decepción.

Los minutos pasan,  y al mirar mi reloj por quinta vez, puedo notar que son las diez de la noche. ¿Qué hago ahora? ¿Lo llamo o no? La verdad creo que no lo haré;  pero lo extraño como nunca. En este momento él debe estar feliz con sus amigos;  siempre me han dado mala espina, son de los tipo de amigos que solo te buscan cuando tienes dinero, pero cuando lo necesitas no están.

Mi celular suena sin parar;  miro en la pantalla y es William quién me llama, ¿contesto o no? ¡Rayos! ¿por qué soy tan indecisa?

Tomaré su llamada.

—Hola, amor ¿qué haces?— preguntó con una voz tranquila. 

De verdad que no logro entenderlo, hace unas horas era alguien muy diferente, habíamos discutido y ahora me dice 'amor'.

—Pues aquí estoy en mi casa, ¿y tú?— con mis dedos hago circulito entres mi pijama mientras espero su respuesta.

—Pues que quiero Verte. Hoy  estoy tan feliz,  quiero decirte la razón de mi felicidad;  pero solo en persona— yo frunzo  el ceño, apostaría todo lo que tengo en que la razón de su felicidad no es por nuestra relación, quizás sea sobre un ascenso o contrato de su trabajo. Pero como siempre,  soy la comprensiva; no me quedará de otra que aceptar que venga.

—Pues aquí te espero en mi casa, y escucho las razones de tu "felicidad"— le respondo con un tono sarcástico.

—Me parece bien. En diez minutos estoy en tu casa— colgó la llamada.

Rápidamente me dirigí hasta  el tocador, y  me miré en el espejo.

—Estoy horrible, quien me ve de esta manera no creería que tenga 23 años —me dije a mi misma al mirarme.  Busqué mi maquillaje y me retoqué un poco,  agregando a mis mejillas rubor, mis labios los pinté color rosa; solté mi largo cabello negro y cambié mi pijama larga por una pijama que solo tiene una blusa y una  braga color negra.

Me miro de nuevo al espejo y me siento mejor con lo que veo. Espero que William también refleje mi belleza y pueda admirarla;  porque desde haces mucho tiempo  no me dice palabras bonitas: «'que soy hermosa' 'Que esa ropa me queda linda...'», ya no es detallista.