capítulo 34

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La foto multimedia representa a algo que pueda pasar más abajo entre Andrew y Jenny.

Hoy creo que descubriremos lo que es reconocer los sentimientos, pero el temor no dejarte avanzar. Espero que intentemos comprender a estos personajes tan difíciles 🙃

.....


Miro  detenidamente  sus gestos, esa seriedad que ahora se le plasma en su rostro,  cada reacción que tiene con la conversación que aún mantenemos. Si, acepto que Andrew me atrae, acepto que con solo mirar sus ojos mi piel se torna roja. Acepto que su cercanía me pone nerviosa. Pero es prohibido. Todo lo que yo sienta lo es.

Mis ojos se dirigen a William, solo veo como mueve sus labios y mis oídos se niegan escuchar sus palabras.

Al terminar la cena me doy cuenta  que tanto Andrew como yo estuvimos en silencio. William no tardó en pedir la cuenta y me lanzó una mirada llena de dudas.

—¿Te ocurre algo? Has estado muy callada, no es normal —dice tomando mi mano y acariciándola.

—No te preocupes, no ocurre nada —respondo en voz baja, me siento mal porque William  tiene una manera de pensar diferente a la mía, es como si nada en común tuviésemos.

—Vámonos, supongo que iremos a un bar  divertido y apropiado para nosotros –murmura Rubí con una mirada de aburrida. Diría Sarah con un acento mexicano: " como chinga esta güera".

Bajo la mirada riendo con disimulo de imaginar aquello.

—Vamos, nena.

William toma mi mano y  con el ánimo por el suelo decido seguirlo.

En el auto nos mantuvimos en total silencio. La abrumadora melodía de un piano  se hace presente. Miro en silencio como las luces de las calles se adentra por este auto. Personas caminando como si buscaran el sentido y la esencia de la vida. Estoy tan aburrida que no dudo que me vuelva una poeta marginada.

—Hemos llegado, amor.

William sale del auto, cuando justo pensé en tomar su mano, me doy cuenta que ha  tomado su teléfono para examinarlo. ¿Donde quedo yo? Quizás en la ultima fila.

Salto  sola por mi propia cuenta, miro a Andrew y en el momento menos esperado Rubí se le lanza para tomarlo de la mano. Siento una profunda tristeza..., si, estoy  realmente triste.

Camino atrás de los dos tórtolos y siento los pasos de William. Él camina  a mi lado, pero se le olvida  que yo soy su novia y que al menos debe tomar mi mano. Me fijo en la en el bar o más bien discoteca, por fuera tiene muchas luces y por lo visto se llama " Luxury". Recuerdo haber leído en una revista que esta discoteca es la mas famosa de Washington, que a su vez mantiene buenas criticas por su calidez y diferencia entre  otras.

Ante de entrar nos recibe  un joven risueño de algunos treinta y cinco años, sobre su mano tiene un papel que parece ser la lista de los que reservaron, pero al mirar a William sus manos temblaron.

—S-Señor William, bienvenido... —lo saluda  estrechando su mano con él.

—Gracias, espero que nos tenga  la mejor mesa reservada —respondió con un tono entre lo divertido y lo exigente.

—Por supuesto, pasen.

Al entrar William toma mi mano, ya era hora, pensé que yo venía sola.

Me quedo sin palabras  al mirar la forma de este lugar. No es una disco como la demás en donde llegas y ya te están pisando los pies o en donde debes estirar los brazos para abrir el paso por la cantidades de personas. No, esta disco está muy ordenada. Es de dos niveles, en la parte de abajo puedo ver dos pistas de bailes,  y en vez de bailar tecno, bailan bolero. En mi opinión es aburrido. Pero lleva una onda cálida; las personas estan conversando normalmente y sentadas  en su mesa.

El amigo de mi novio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora