Lunes

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La gente odia los lunes, yo solo odiaba este, no soporto cuando van a ocurrir cosas que escapan a mi control, o que no puedo predecir.

Este lunes iba a volver a ver a Vero, y no sabia que iba a pasar. Aun así conseguí distraerme con un objetivo un poco... utópico. El banco central de la ciudad  es enorme, y tiene muchísimo dinero tras sus muros.
-Alberto- Me despertó una compañera de mi sueño lucido.
-¿Qué, que pasa?- Pregunté
-La clase ya ha terminado, es el recreo- Se rio de mi y se fue


Ya era el recreo y empecé a buscar a Vero, no tardé mucho, ella también me buscaba a mi, no la había visto, en mis tres primeras clases no estaba con ella.
Me pregunté si primero nos besaríamos y luego hablaríamos, desgraciadamente no fue así, haciendo todo mucho mas incomodo. La conversación empezó, con ella describiéndome borracho en su habitación.


-¿Asique te dije que estaba enamorado de ti?- La pregunté.
-Antes de hacerlo, mientras lo hacíamos y tras hacerlo- No paraba de reírse de mi
-¿Y por que no te creo?-
-Bueno, es normal que lo dijeras, fue muy bonito...Tu primera vez...mi primera vez...contigo-
-¿Vas a parar de vacilarme?-
-No- Me besó
Largo, como si se lo estuviera guardando.
-¿Entonces somos...?- La duda aun me reconcomía
-Dos personas que se besan-


Tenia una sensación de inferioridad con ella, como si fuera yo un niño y ella adulta, como si ella creyera que soy tan simple como para controlarme. Pero como cualquier joven tenemos unas ganas locas de procrear, asique no me quejo y la sigo besando.


Era raro, el entretenimiento con ella hacia que dejara de pensar en robar, en dejar de pensar en lo que soy, en mi hobby, en lo que me hace sentir bien, no sabia hasta donde eso era lo correcto.
Dejando a parte toda la gente del instituto que hablaba de mi, y cotilleaba sobre como habíamos acabado juntos ella y yo, no dejaba de darle vueltas a algo más importante, esa mañana robé todas y cada una de las llaves de los baños del instituto, y estaba atento a cada uno de los pobres alumnos que se movían de forma robótica, al tener la vejiga llena, iban a donde podían a mear y los profesores estaban como locos, fue divertido.

Pero ese día mejoró, acompañé a Vero a su casa y me comentó que su padre trabajaba en un banco,  me contó algo de lo más interesante.



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