Romper las reglas

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Me dirigía hacia la guarida escuchando música con mis cascos, y seré sincero, la policía llevaba tres días siguiéndome, no fue difícil darme cuenta. Llevaba en una mano una garrafa de plástico, de las que se usan para el agua, pero no estaba llena de agua.

Nunca mentiras a tus compañeros... pensaba, había roto un mandamiento que había escrito yo, avisé a los Robófilos que debía verlos en un descampado, al lado de un árbol, y que necesitaba que llevaran el Camaleón, en el árbol puse una nota... ''He faltado a mi palabra y os he mentido, ya no soy un Robófilo, y ya tampoco hace falta que lo seais vosotros''.

Dolía, todo por lo que habíamos luchado... dolía mucho... pero necesitaba que la policía supiera que no iba a ver más Robófilo, no más ataques...

Entre en la guarida y me di prisa, la policía no tardaría en tomar posiciones y entrar a la fuerza al sospechar que era nuestro escondite, asique empecé a vaciar la garrafa por toda la guarida, la habitación de Antonio, el baño, el garaje donde estaba el Camaleón, la mesa de trabajo, los archivos de nuestros robos... todo... Por ultimo cogí una de las pistolas que utilizamos en nuestro primer robo, aunque para aquel entonces usamos balas de fogueo, esta vez serian de verdad... es gracioso como de fácil es conseguir una bala de verdad.

Prendí la gasolina que había dentro de la garrafa, y todo empezó a arder... todo empezó a convertirse en ceniza y humo... y volar al olvido... y ahora me tocaba a mi.

Sentía no haberme podido despedir de ellos... no podía o los delataría... Tres...te quiero... pensaba una y otra vez... Cargué el arma con la única bala que tenía, y me apunté a mi cabeza con mi mano derecha, seria rápido e indoloro, o eso esperaba... me recordó a la escena de mi profesora de filosofía Rebeca... ¿Qué habrá sido de ella? , quizás ahora la entiendo, el no querer vivir cuando ya no tienes lo que te hacía sentir vivo... ya no me parece algo tan raro...

Le quité el seguro al arma mientras todo se llenaba de humo, tanto que me costaba respirar... quería dejar la mente en blanco, ningún recuerdo triste que llevarme a la tumba pensé...¿Tendré huevos a hacerlo?, pronto lo averiguaré...

Y lo último que oí fue un disparo... fuerte, doloroso...Y hasta aquí mi historia pensé... una historia de libro, trágica y cómica... se podría hacer una obra de teatro... o una película, aunque nunca conseguirían a un actor como yo... pensé... que injusta es la vida... y todo lo justa que me hubiera gustado hacer... pensé... los artistas mueren jóvenes... debo de ser un artista...pensé...pensé... y pensé... y me di cuenta de que si me había volado la cabeza no debería estar pensando...

Tras el disparo sentí dolor, pero no en la cabeza, en el hombro, sentí como ya no había hueso ni musculo que sujetara mi brazo, solo carne que se estiraba intentando que no cayera al suelo, haciéndome sentir el mayor dolor jamás sentido por mi cuerpo, sentí como mi brazo derecho cedía ante la gravedad y se separaba de mi cuerpo para caer al suelo... sentí...sentí...y sentí... y me di cuenta de que si estaba muerto... no debía sentir.

No fue mi arma lo que se disparó... no fue mi bala la que atravesó mi cuerpo, fue una bala de francotirador... afilada como una flecha... enorme...tanto como para romperme una articulación y desmebrarme... provino de fuera, atravesó una ventana...

-Hay que sacarlo de ahí... lo necesitamos vivo...-

Es lo ultimo que oí antes de desmayarme...

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-Y lo de más ya lo saben... señoría... me detuvieron e intentaron interrogarme, en vano, no pensaba romper ningún mandamiento más... y al final confieso ¿Por qué? porque es un trato, confieso cada uno de mis delitos... y vosotros dejais de buscar a mis compañeros y a de más... me reducis diez años la condena...yupi... y por cierto... fin-

-Nos ha hecho una autobiografía, solo queríamos una confesión- Se quejó el juez

-Bueno, quería contarlo todo-

-Bien, ya que llevamos horas aquí levantaremos la sesión... mañana será la ultima vista y el jurado deliberará- Añadió el juez- Y espero por favor señor Ramírez que no intente defender a su cliente después de haber confesado-

-¿Por que clase de abogado me toma?-

El juez farfullo algo por lo bajo.

-Bien... se levanta la sesión... hasta mañana- Dijo por ultimo el juez


RobófiloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora