Mientras Uno y Tres se colaban en los lugares mas inaccesibles del banco central, Dos y yo desactivábamos la alarma desde una caja de fusibles de fuera, para ser rico tenia una seguridad de mierda, no sabia como no le habían robado antes. decidimos colarnos por una ventana del segundo piso, escalamos hasta ella y rompimos uno de los cristales, se supone que no había nadie asique daba igual, no había nadie para escucharnos.
-Su despacho esta en frente de su habitación- Dijo Dos.
-¿Y su habitación?-
-Nada mas salir seguimos el pasillo a la izquierda hasta el final-
-¿Como consigues esa información?- Pregunte muy intrigado.
-Eso lo averiguó Tres-
Cuando dijo eso le mire mal.
-No se cuales son sus métodos- Terminó aclarando Dos.
Llegamos al final del pasillo y Dos se dispuso a entrar al despacho.
-Voy a mirar su habitación a ver si encuentro unas bragas de Tres o algo- Dije bromeando.
-Centrate- Me respondió
-Tranquilo estoy muy...-
La imagen hizo que casi me atragantara durante la frase, el supuesto jefe de Shell-Tec estaba atado a la cama, en ropa interior, y amordazado...ah e intentaba gritar.
Por un momento pensé que se trataba de alguna amante que le había dejado así, hasta que sentí un escalofrío, no como los que siempre, no como una ventisca en la espalda, esta vez más como... en la nuca... y con forma de cañón de pistola.
-¡Mira hermanito!...NOS HA TOCADO EL PREMIO GORDO- Dijo uno de los desconocidos, el que me estaba apuntando con el arma- ¿Tienes al otro?-
-¡Arriba las manos hijo de puta!- Se escucho a otro, suponía que a su ''hermanito''- ¿Son quien creo que son?-
-¿No seréis los robofilos eh?, lo siento señor pero quiero hablar con ellos a solas- Dijo refiriéndose al jefe en la cama.
Nos llevaron al despacho y nos obligaron a sentarnos en una sillas mientras nos seguían apuntando, aun llevábamos puesto las mascaras.
-Os habéis metido en un lio- Dijo uno de ellos- Estábamos aquí primero.
Me fijé en una de las paredes donde había una caja fuerte a medio forzar, de una forma muy bruta, si, estaban aquí primero, pero no para lo mismo. Sus pintas eran de pandilleros de calle y ni si quiera tenían la cara cubierta.
-Dime señor...Cero...¡Veamos quien se oculta ahí detrás!- Dijo mientras me quitó el pañuelo y las gafas.
Por un momento me miraron, y se quedaron quietos sin decir nada...hasta que.
-¿Quien coño eres?- Dijo sorprendido, debe ser que esperaba encontrarse a alguien conocido, yo que se, como a su abuela.
-Tio es un crio- Dijo el otro, aunque tuviera mas o menos mi edad.
-''Chicos ¿Estais ahí?''- Pregunto de repente Tres por el pinganillo.
No la respondí, solo Dos y yo la escuchábamos, nos miramos pero no dijimos nada, por un momento pensé en decirla que abortase, que al menos se salvaran ellos, y justo cuando se lo iba a decir...
-¡Chicos!- Gritó felizmente Antonio entrando al despacho.
Por un momento nuestros secuestradores se asustaron...pero al verle se relajaron.
-¡An...tonio! menudo cabrón que susto me has pegado- Dijo uno de ellos.
Traicionado, vendido, utilizado...
-Si bueno me he enterado que estabais aquí con algo grande chico- Dijo Antonio
-Si... mira mira, son los robofilos- Dijo el más joven entusiasmado.
-¿Los robofilos?, y ¿de verdad se han dejado capturar tan fácilmente?-
Antonio y yo nos miramos a los ojos... quería pegarle una paliza, sucio traidor... hijo de la gran...
-Chicos... necesito un favor- Dijo Antonio.
-Por ti lo que sea Antoniete- Dijo el mayor
Sin previo aviso, pero meticulosamente preparado al estar en una posición muy favorable, Antonio dio un cabezazo al mayor y le arrebató la pistola, acto seguido, sin que al pequeño le diera tiempo a prepararse, cogió al mayor, le agarro del pelo y le metió el cañón de la pistola por la boca, y este empezó a emitir ruidos ahogados.
-¡Iros de aquí...CAGANDO OSTIAS!- Dijo Antonio muy decidido.
El pequeño no dudo en tirar la pistola y suplicar por la vida de su hermano, el jugó con eso, el pequeño era mas sensible. Tras soltarle salieron corriendo y escaparon de la casa.
-Por un momento crei...-Intente confesar que creía que era un cabrón pero me interrumpió
-Normal- Respondió- Y tranquilo, no creo que vayan a una comisaría a dar un retrato robot-
-¿Cómo sabias...esto?- Pregunto Dos
-Ya os lo contaré- Respondió Antonio- Ahora hay que terminar el trabajo antes de que llegue la pasma.
-Desactivamos la alarma, tranquilo- Le dije
-¿Y crees que esos dos tontos hicieron algo para esquivarla?-