El hombre y la arena (Antonio Melendro)

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Calor...es lo primero que pense nada más recobrar el conocimiento y poco despues apareció un perro.

El chucho empezó a lamerme las gafas de esqui, al estar medio enterrado en la arena me costó levantarle para apartarlo de mi.

-Eh coleguita aparta-Dije al perro mientras me levantaba.

Dije coleguita, aunque era un perro bastante grande, creo que era un doberman, se quedó sentado y quieto esperando a algo.

Me levanté y miré al horizonte, al estar encima de una duna tenía una buena posición, pero en todos los horizontes había lo mismo, un desierto interminable.

-¿Que miras?- Pregunte al perro que se me había quedado mirando sentado en la arena- Ah...eh... ¿gracias?-

Al agradecerle que me había despertado se levantó feliz y empezó a babear.

Empecé a pensar, debería ir hacía el pueblo que iba a ser bombardeado...supongo que es lo más cercano... y creo que es hacia el este.

-Vale chico vamos a movernos... al este hay un pueblo en...-Empecé a decir al perro.

Pero cuando le miré estaba ya andando, pero en dirección contraria.

-Eh señor perro... o señora, ¿a donde vas?-

El perro ni se inmuto y siguió su camino.

Empece a pensar que ni si quiera existia y que solo era producto de una alucinación debido a el calor.

Tras refunfuñar decidí seguirle... me fiaba más del instinto de ese perro que del mio.

Empezamos la travesía, pasaron minutos... luego horas... la deshidratación empezó a hacerme efecto... había sobrevivido a la caída desde un avión, a una tormenta de arena... y ¿iba a morir asi? No lo iba a permitir...seguiría a ese perro...hasta el fin... de este infierno.

Al fondo vi unos edificios... moviéndose por el calor... me alegré y luego caí... nunca había tenido tanta sed, hambre si... muchas veces desde que perdí a mi familia... pero esta sed...

-!Alberto!... !Alberto!- Oí antes de desmayarme.

Alberto...espero que les vaya bien.

Recuerdo a mi familia... mi mujer... mi hija... también recuerdo el día qué los perdí...Mi mujer estaba muy rara desde que nació nuestra hija... pero nunca pensé en esos extremos... la llamé la atención varias veces ya que cuando la niña lloraba muchas veces la apretaba contra su pecho medio ahogadola para que se callara...pero nunca pensé...

Desperté.

Me encontraba en una casa hecha de adobe...típica de por aquí hecha de cerámica...paja... y mierda.

-¿Donde estoy?-Pregunté exhausto.

-Tranquilo... no te levantes...- Dijo una mujer acercándose a la cama donde me encontraba.

Se acercó y me puso un paño mojado en la cabeza.

-Seguro que piensas que te has desmayado por deshidratación, pero en realidad ha sido un golpe de calor...- Me explicó- Por suerte Alberto te ha encontrado-

-¿Alberto?- Pregunté extrañado.

Justo al decirlo el perro se acercó a mi esperando instrucciones.

-Si, este perrito tan mono, ya llevo con él unos años- Dijo acariciandolo.

-Que casualidad...espera, ¿hablas mi idioma?- Dije al darme cuenta

-Si bueno, te oí hablar en sueños... también es casualidad, me fui del país hace ya... ¿seis años?, termine mal una relación... me deprimi y viaje...- Explicó aquella mujer.

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