Revuelto

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Esa misma noche quedamos en la guarida para celebrar no solo el robo de la tarjeta, si no mi gran nota en selectividad, si, no solo aprobé, saque notaza, no me lo creía ni yo.

Tras varias copas nos sentamos en circulo, alrededor de una luz, estábamos los cuatro robofilos y Antonio, que se adapto bastante bien.

-¿Y por qué deberíamos confiar en ti?- Dijo Tres mientras jugaba con la tarjeta robada entre sus dedos- Quiero decir, si, has salvado a Alberto, y le has guardado el secreto, pero ¿como se que a partir de ahora no dirás nada?-

-Bueno, tal y como estamos ahora, o confías, o no, pero ya no hay vuelta atrás- Dijo Antonio

-Bueno viejales, ¿y por qué no quieres unirte a nuestros robos?- Preguntó Uno

-Tal y como yo lo veo, estais como una puta cabra, y yo quiero vivir unos cuantos años más- Rio- Pero gracias por dejar que me quede aquí-

-Bueno, ¿Cómo demonios te hiciste esa fisura en la cabeza?- Me preguntó Tres

-Supongo que cuando salté entre los vagones, me di una buena ostia, pero entre el frenesí no me di ni cuenta-

-No vuelvas a hacerte el héroe eh- Me advirtió Dos

-Bueno, voy a ser un héroe para mi mismo y voy a ir a mear- Me levanté mientras lo decía

Fui a aquel baño improvisado donde estaba la ducha, habían hecho un buen trabajo, pensé en que aún quedaba mucho trabajo por hacer, teníamos la tarjeta, pero había que sacar el dinero.

-Tienes unos huevos muy grandes ¿Verdad?- Dijo de repente Uno al entrar al baño.

-Joder que susto- Le dije mientras seguía meando.

Sin previo aviso me agarró del cuello y me estampó contra la pared, no pude reaccionar ya que no me lo esperaba. Me mantuvo en la pared con el cuello en su mano izquierda.

-¿Te la has tirado verdad?, has tenido los cojones de ser egoísta, a de más de tener novia vas y aun así vienes aquí a joder- Dijo muy cabreado

-¿Qué..?- intenté decir medio ahogado

-¡Yo la vi primero!, yo he estado mas tiempo con ella que tu, no tenias derecho a arrebatármela- Dijo con alguna dificultad debido al alcohol.

-¿Qué tu...? ¿Quién te cres...-

Como pude quite su brazo para que me dejara de ahogar y cuando lo conseguí le di con mi cabeza en toda al frente y se tropezó hacia atrás.

-¿Quien te crees que eres?, si la quieres...díselo, es ella quien decide, no metas cosas que no tienen nada que ver- Le dije cabreado

Se levanto deprisa y me hizo un placaje, era de todo menos una buena pelea, dado el reducido tamaño del baño nadie pudo dar un puñetazo porque no había espacio.

-¿Y tu que? ¿eres el puto amo que se va a quedar con todas?- Me pregunto

intenté reducirle agarrándole las muñecas pero sin conseguirlo.

-No es pescado, no estoy pescando, ¡Son personas!...pedazo de... gilipollas-

-¡Callate!- Me escupió a la cara- Tu no eres el bueno en esta historia-

-¡No!... no lo soy, soy un hijo de puta, que engaña a su novia, roba y miente a todos sus seres queridos- Dije entre dientes- Pero tu no estas enfadado conmigo por eso, estas enfadado conmigo porque tienes que estar enfadado con alguien... -

-¡Estoy enfadado contigo porque eres el centro de todo! ¿Quién te nombro jefe eh?-

-¿A caso sabes por que tu eres Uno?, ¿o crees que lo dije al azar?, ¿Quién crees que se encargaría de esto si yo no estuviera?, ¿Dos? nunca expresa lo que piensa, y Tres esta loca, más que nosotros-

Uno me agarro pero esta vez suavemente.

-¿Por qué te apiadas de mi?, he venido aquí a pegarte, porque estoy borracho y cabreado- Dijo mientras me soltaba- Deberás creer que soy un cabrón-

-Los dos lo somos-

-Anda subete los pantalones y vamos con estos- Dijo Uno avergonzado.

Aún así tenia orgullo y no iba a declarar que se había peleado por nada, asique no me pidió perdón. Al llegar con los demás juntos y magullados todos los de más nos miraron sorprendidos.

-Pues eso- Dijo Antonio




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