Acababa de ponerme el esmoquin, era la primera vez en mi vida que me ponía pajarita, estaba ridículamente ''formal''... era necesario, la fiesta que daba el Alcalde era de gala, en su propia casa... había que aparentar.
Mi madre entró en mi habitación.
-Hay cariño, ¡que elegante vas!- Dijo mientras me abrochaba la chaqueta-¿Estas nervioso?
-¿Por qué?, ¿Por no saber bailar o por ir a robar al Alcalde sin mascara ni nada?- La pregunté
Si, mi madre lo sabía todo, no se los demás pero yo a ella no podía ocultárselo, tal y como es... lo aceptó e incluso me animó.
-Es vuestra primera misión sin Alberto...- Dijo apenada
-Lo sé...nos irá bien- Me convencí a mi mismo
Alberto tampoco era el mejor líder... no tenia buenas ideas... no era un modelo a seguir, pero tenía algo que siempre hacía que confiáramos en él plenamente.
-Mañana no hace falta que vengas a trabajar a la pastelería, puede que termines tarde, no quiero hacerte madrugar- Me dijo mi madre mientras me sacudía el hombro.
-Gracias mamá- La sonreí, era la mejor.
Justo oí a la limusina tocar la bocina, le di un beso a mi madre y bajé corriendo las escaleras sonriente, pero al llegar a la puerta resoplé y puse cara seria, y justo salí.
Desde la ventana de la limusina me empezó a hablar Carol.
-Mírale con su cara sepia de siempre, ¡Pero que mono vas!, a ver si sonríes un poco- Dijo con tono burlón
¿Por qué no sonrío?, porque quizás así soy el único del grupo que da la sensación que tiene los pies en el suelo, aunque quizás sea el que más ganas de volar tenga.
Entré en la limusina y allí estaban todos, Luis... el gran Uno con pajarita y zapatos caros, aunque le estaba todo un poco grande debido a su tamaño, Carolina con un vestido rojo, ceñido por la parte del pecho pero suelto a partir de la cintura con una falda larga y un corte en un lado haciendo que se la viera la pierna izquierda y dándola mas movilidad, por ultimo Verónica con un vestido blanco, estilo princesa, falda corta pero no mucho...
Hubiera deseado ver a Alberto también con nosotros... o a Antonio... hemos perdido tanto...
-¡Eh despierta!- Me gritó Luis- Tenemos que repartirnos a estas dos para que sean nuestras parejas-
Justo al decir eso Carol le puso su tacón rojo a juego con su vestido en la cara metiéndole la mitad en la boca e impidiéndole hablar, todo esto mientras se intentaba tapar para que no se viera nada por su falda.
-¡O quizás también podríamos decidir nosotras, ¿No crees?- Evidentemente Carol preguntó eso de forma claramente retórica, aunque no es que Luis no fuera a responder, es que ni siquiera podía.
-Ya que no le aguantas puedo ir yo con él y tu vas con Javier- Dijo Verónica mirándome.
Como no tenía nada en contra acepté asintiendo con la cabeza.
-Vale, pero mantén las manos quietas- Dijo Carol a Luis tirándole al suelo de la limusina.
El conductor de la limusina bajo el cristal tintado que separaba nuestra zona con la suya y dijo que ya estábamos llegando, luego subió esa ventanita nada más terminar.
Luis se volvió a sentar refunfuñando.
-¿Te ha salido muy cara la limusina Carol?- La pregunté
-No, es más, el conductor decía que tenía hoy una oferta especial, fue bastante majo- Aseguró
-¿Quien estará en la fiesta?- Preguntó Verónica