Notas

18 3 0
                                    

Había recibido mis notas, este ultimo trimestre había bajado mucho, aun así mi nota media estaba bien, aunque mi madre se preocupó por mi, dijo que debía esforzarme para selectividad...que mi futuro dependía de ello...¿Mi futuro? o sea que mi futuro no depende de mi, ni de todo lo que he hecho, si no de el corrector de turno que decida ponerme una nota o otra.

La vida es injusta, decidí dar un paseo a solas, no quería hablar ni con mi madre ni con mi hermana, la cual saco notaza en selectividad. Solo quería pasear, no pensar en nada. De repente ahí la vi sentada, a mi profesora de filosofía, decidí acercarme y sentarme con ella ya que estaba sola.

-Hola Alberto- Me dijo secamente, la pasaba algo.

-Hola, ¿Qué tal?- La dije de forma agradable

-Bueno, bastante mal, ya que no vamos a ser profesor y alumno más te lo contaré si te interesa-

-Claro, por favor-

-Me voy, no estaba fija en este instituto, he de irme a otro, muy...lejos- Se calló un momento, y trago saliva- Y mi pareja no quiere venir conmigo, se queda por el trabajo, y porque le gusta vivir aquí-

-¿Y no puedes pedir un puesto fijo aquí?- La pregunté preocupado

-No, ya da igual-

-Intentelo... no pierde nada si...-

-Él me ha dejado Alberto...-

No entiendo la mente humana, creo que la gente en este tipo de entornos, tan sociales, tan cerrados... El ser humano no es el mismo que cuando en las calles no había luces, y llevar capa y espada estaba a la orden del día, que somos hoy, una generación perdida, hacemos montañas de arena, y nos entristece, maridos y mujeres se suicidan por que su pareja les ha sido infiel, o directamente se convierten en asesinos, ¿Sabeis por que?, porque no hay más, nadie tiene nada más, y su excusa para levantarse por las mañanas es esa, decir que se levanta por que tiene familia, tiene trabajo... o estudios que hacer. Seamos sinceros, nadie quiere levantarse, nadie quiere despertar de un sueño, nadie quiere volver a estar encadenado al suelo y a su gravedad, a tu jefe, a tu mujer...¿Hijos?, somos felices pensando en que ellos lo harán mejor, en que ellos conseguirán lo que nosotros no, ser felices sin depender de nada...

-Familia...amigos... no hay nada...- Dijo mi profesora mientras sacaba un revolver de su bolso y se apuntaba a su propia cabeza- No hay nada, la vida, no es nada...-

La miré a los ojos, no se quería suicidar ahí, delante de todo el mundo, que por cierto ni se habían inmutado, tan solo por que su pareja le haya dejado, ella estuvo embarazada, estoy casi seguro de ello, lo ha perdido, y no es la primera vez, ya he estado con ella vario años, lo sé, lo he notado, y quizás solo lo sabia yo y el jefe de estudios, su pareja la ha dejado porque no puede tener una familia, y ella se siente inútil.

No hace mas que mirarme, quizás le da vergüenza apretar el gatillo si la miro, ¿Da igual lo que la diga?, ¿Debería intentarlo?, si la detengo, la impido hacer lo que quiere, pero ¿y si en realidad no quiere?

-No lo haga Rebeca- La dije, como si fuera el final de una escena de cine, pero aquí no había telón que bajar.

Rompió a llorar y apretó el gatillo cinco veces. Robar a alguien que intenta no ver lo que tiene, que intenta concentrarse en el café que se esta tomando más que en la pistola que lleva en el bolso es fácil, la mayoría de las mujeres además siempre se dejan el bolso abierto si esta encima de una mesa, ni siquiera se dio cuenta cuando cogí el revolver y lo puse debajo de la mesa y quité bala por bala mientras hablaba, para que no se escuchara absolutamente nada. Quité solo cinco ¿Sabes por qué?, porque aun dudaba de si de verdad ella quería morir, era un prueba, no podía dejar que muriera por una simple pataleta con la vida, no siguió disparando, y se notó, como cada vez que volvía a disparar dejaba mas tiempo, mas miedo, miedo a la muerte, a lo desconocido.

Se dejó el revolver un momento en la cabeza y se pensó mucho si disparar o no, al final no lo hizo, rápidamente cogió el revolver y abrió el barril y vio que solo había una bala, llorando me miró.

-¿Como lo has hecho?- Me preguntó incrédula.

Me levante y me fui sin decir nada.

Hubiera muerto si yo no hubiera hecho eso, pero no me importaba, no tuve noticia de que la pasara algo después de eso, asique intente no preocuparme de ello, hasta que llego una nota a casa diciendo que mi nota de filosofía había sido corregida.

Me quitó cuatro decimas, tenia un siete con seis, en vez de un ocho, supongo que porque aún tengo las balas que la quité, la vida de una persona por cuatro decimas...¿Veis lo que intento decir? Incluso los que están en la lista de espera para un trasplante están en una lista numerada.

Y si, puede que ella solo me haya hecho una broma final, o mortal, quien sabe, puede que este enfadada o agradecida, pero esta viva, ¿No es lo que importa? más que la bronca que me echó mi madre al ver que me bajaron la nota.





RobófiloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora