Nuestro Camaleón azul alcanzaba una velocidad de ciento cuarenta kilómetros hora, íbamos con un poco de retraso y debíamos interceptar al blindado lo antes posible. Para mejorar el plan Uno se encargó de bloquear muchas de las entradas a la autopista, dando como resultado a un montón de gente enfadada, pero una autopista casi vacía.
-Bien, cuando Dos nos acople, tu y yo tenemos que manejar esto- Me decía Tres mientras empezaba a montar una especie de cortadora de los talleres, de estas giratorias- Hay que montarla, este lateral de la furgo se abre hacia dentro, por tanto solo tenemos que cortar al furgón blindado-
-¿Como que nos vamos a acoplar?, y ¿Cómo se monta esto?- Pregunté un poco perdido.
-Cuando estemos a la izquierda del furgón nos pegaremos a él y Dos utilizará unos enganches para que no nos separemos mientras hacemos esto- Tres estaba un poco nerviosa- Hay que montar esto porque lo hicimos para que cortara en forma de circulo, mientras tu te fijas que va cortando bien yo le iré dando vueltas ¿ Entiendes?-
-Más o menos, aunque más más que menos, si te sirve de consuelo- La contesté
-Mira...- Empezó a decir Tres
-Eh jefe- Interrumpió de repente Uno desde el asiento del conductor- Han venido tus amigas-
-¿Mis amigas?-Pregunté mientras me acercaba a la parte de delante para poder ver por las ventanas.
Allí estaban, las gemelas García, María conduciendo y Marta preparando la cámara en el asiento del copiloto, habían recibido mi chivatazo, y habían confiado en mi.
-Me sigue sin parecer buena idea lo de esas dos- Dijo Tres.
-Cariño, necesitamos unas asesoras de imagen- La dije convencido
-Estoy con él, al menos dirán la verdad sobre lo que hacemos, no que somos terroristas- Me apoyó Uno
-¡Yo estoy con que estemos atentos a lo que hay que estar!- Dijo de repente Dos desde la ventana del copiloto asomando la cabeza desde arriba.
-Joder que susto, bien todos a trabajar- Dijo Tres
Tres y yo nos pusimos a montar el aparato, mientras nos acercábamos al furgón.
-Dentro solo hay una persona- Afirmó Tres
-¿Una?-
-Si, una sola con un maletín y dentro la tarjeta que buscamos, no hay nada mas en el furgón-
-¿En serio?- La pregunte sorprendido.
-Esa tarjeta es la llave para casi veinte de los grandes-
-¿Veinte mil?-
-No no, de los verdaderos grandes-
Veinte millones pensé, dios, esto es alucinante.
Dos dio dos golpes al techo, estábamos muy cerca, pero ya teníamos todo preparado, de fondo se escuchaba a las gemelas gritar y discutir entre ellas, por lo demás silencio hasta que dije.
-Buena suerte-
No dijeron nada, no hacia falta. Y de repente chocamos contra el furgón blindado.
-¡Ahí vamos!- Gritó Uno
Se escucharon ruidos arriba, Dos estaba colocando los enganches, y tenia que dar tres golpes al estar listo, mientras las gemelas se acercaron y empezaron a grabar, menos mal que teníamos la autopista casi vacía, menuda imagen tenemos que estar dando. Entonces se escucharon los tres golpes.
-Vamos- Dijo Tres
Abrimos la puerta lateral hacia dentro, y colocamos el aparato, ella lo giraba y yo tenia que decirla la velocidad para que la hoja no se rompiera.
-Despacio despacio- La dije
-Cuando el agujero este hecho entraras tu, noquearas al tío de dentro y le quitaras el maletín- Me ordenó Tres
-¿Qué yo que?- La pregunté sorprendido.
-Ya me has oído-
-¿Y como le voy a dejar inconsciente?-
-Se supone que vas al gimnasio ¿no?- Sonrió de forma picara
El conductor del furgón se puso nervioso y empezó a intentar separarse de nuestra furgo, pero solo haciendo que diéramos unos cuantos tumbos. Quedaba poco para que el agujero estuviera hecho.
Pero al abrir y al intentar entrar, el tio de dentro nos empezó a disparar, por suerte me metí dentro de nuestra furgo y nos pusimos de tal forma que no tuviera ángulo.
-¡¿Qué cojones?!- Grite sorprendido- ¿Esto estaba en el plan...?-
Los disparos me cortaron uno detrás de otro y el de dentro gritando.
-¡Vamos hijos de puta, os voy a meter un balazo en la cabeza!-
De repente Tres dejo de estar tensa y suspiró.
-Tres,¿Estas bien?- La pregunté
-Será estúpido... esta disparando con una Colt m1911- Respondió
-¿Y?- Preguntó desde el asiento del conductor Uno.
-Que solo tienen capacidad para siete balas-
-¿Y?- Preguntamos a la vez Uno y yo.
-Que ya no le quedan- Siguió respondiendo Tres
-¿En serio?- La pregunté
-¿No confias en mi?- Me dijo mirándome a los ojos.
Me lancé por el agujero con un grito y al estar enfrente del tio le pegué un puñetazo en la cara, pero aun así no pasó nada, asique le di otro, y se desmayó.
-Tres...la pistola tenia un cargador ampliado, le quedaban cinco balas más- La dije seriamente.
-Ups, error mío, no pensé en ello- Dijo riéndose
-¡Joder!- Dije gritando.
-Vale vale lo siento- Me respondió Tres creyendo que me quejaba de su falta de tacto ante la muerte.
-No, es esto- Señale a que tenía el maletín con unas esposas en su muñeca.
-Ah eso se arregla- Dijo mientras cogía la maquina que habíamos usado para cortar la pared del furgón- Aparta-
-¿Que haces?, no juegues con eso- La dije preocupado
-¡Quereis daros prisa, la poli ya esta avisada!- Grito uno desde el asiento del conductor.
Al final dejé que Tres cortara las esposas con eso, cogimos el maletín y nos metimos en el Camaleón, dimos tres golpes al techo para que Dos nos desenganchara, y cerramos la puerta lateral.
-¿Que tal ha ido?- Preguntó Dos nada mas entrar por la puerta del copiloto.
-Bien, ahora queda lo fácil, salir de aquí- Dije en tono humorístico.
-Tranqui- Respondió Dos- Uno, coge la siguiente salida, y preparaos para pasar calor.
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