Llevaba ahí sentado cerca de la boca del metro casi media hora, quería levantarme, debía ir a la guarida y celebrar que todo había salido bien, no podía, no sabia el por qué, pero no podía levantarme.
-¿Disculpe esta bien?- Me preguntó un desconocido.
-Yo...déjame en paz... estoy bien- Respondí, quería que me dejara en paz.
Intento tocarme la cabeza, pero rápidamente con un gran esfuerzo le aparté la mano.
-He dicho que me dejes en paz- Insistí
Con la misma mano con la que le aparte me toque la cabeza y acto seguido la mire, estaba llena de sangre, esto hizo que me mareara.
-Voy a pedir ayuda, espera aquí- Dijo el desconocido.
Se fue un momento, era mi oportunidad de levantarme y salir de ahí, podían pillarme con la ropa en la mochila o a saber como. Desgraciadamente al intentar levantarme caí al suelo, me desmaye. ¿Qué había pasado?.
Me desperté lentamente en la cama de un hospital, mi madre estaba de pie al final de la cama y Vero estaba sentada en una silla, en ese momento no sabía qué, como, ni cuanto había pasado.
-¿Estas despierto?- Preguntó mi madre preocupada- Espera voy a llamar al medico- dijo mientras iba hacia el pasillo.
-¡Alberto!- Grito Vero- Estaba tan...preocupada, ¿Cómo me has podido dar un susto así?- Acto seguido me abrazó.
No dije nada, estaba confundido.
-Has tenido un buen golpe eh- Dijo el médico nada mas entrar-Traumatismo craneal, tenias una buena fisura en la cabeza pero por suerte el cerebro no se ha visto afectado, te hicimos una operación de urgencia, pero todo ha salido bien...-
De repente entró un policía a la habitación, el corazón me dio un vuelco, quería tirarme por la ventana y acabar con mi sufrimiento, así si estaba muerto no tenia que dar explicaciones.
-Perdone, ¿Puedo pasar?- Dijo aquel agente de la ley- Soy el jefe de policía de la ciudad, Pablo Romero, aunque podéis llamarme Pablo sin más- Se puso cómodo cerca de mi, creía que ya sabía todo- Bueno chico...Me han dicho que has tenido un accidente-
Tragué saliva, y no rompí a gritar por muy poco, tan solo dije.
-La verdad es que no recuerdo mucho desde que salí del metro y...- Alargué como pude la frase.
-Tranquilo, el hombre que te encontró nos lo ha contado todo, una furgoneta azul que pasó corriendo por esa calle hizo que te cayeras hacia atrás y te dieras un buen coscorrón contra la acera, esa furgoneta y sus ocupantes están en busca y captura, encontraremos a esos cabrones- Explicó Pablo
-Yo...-Estaba confundido- ¿El hombre que me encontró?- Sentí curiosidad por que había pasado en realidad, el por que.
-Si, tranquilo esta en la sala de espera, iré a buscarle, se alegrara de que estes bien- Me respondió Pablo y fue en su busca.
-¿Por qué me mentiste?- Me preguntó Vero- Dijiste que tenias una cena familiar...-
-Será mejor que os deje a solas- Dijo mi madre mientras se dirigía a la puerta.
-Vero...Yo....- Tenía la boca seca de tragar tanta saliva- Yo no podía contártelo...-
De repente antes de que mi madre saliera, se chocó con ella Dos al entrar.
-Perdone- Dijo Dos educadamente, el cual venia sudando.
-¿Qui...- Intentó preguntar mi madre.