Octavo mandamiento(Carolina Romero)

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Me había salido fuera a fumar... todo esto me estaba estresando...estaba deseando dejar la carga del liderazgo a Albero de una vez... el lo haría todo mucho mejor... estaba segura.

-¿Puedo sentarme?- Preguntó Antonio el cual se acercó sin que le oyera.

-Claro-Respondí

-¿Que tal estas?- Me preguntó.

-Estresada-

-Lo estas haciendo muy bien...- Me animó-¿Qué tal estas con tu padre?-

-Bien... bueno... no se cuando esta con nosotros y cuando no, esto tiene que ser muy difícil para él- Respondí

-Bueno... si fuera por mi no confiaría en él... a de más que sería ¿Diez?- Dijo riéndose.

-Se que has tenido tus peleas con él... pero es un buen hombre- Le dije

-¿Y lo de Verónica que tal lo llevas?- Me preguntó.

-Bien... es una buena chica... le quiere mucho- Dije refiriéndome a Alberto.

-¿A caso vais a compartirlo?-

-Ay Antonio... no lo sé, creo que todo se arreglará cuando lo saquemos... y todo será mejor- LE respondí un poco cabreada.

-Perdón por entrometerme- Se disculpó

-No pasa nada... aquí has sido como el padre de todos, es normal que te preocupes, los demás solo somos jóvenes alocados-

-Ya no tan jóvenes...- Me recordó.

Tenía razón, había pasado tanto tiempo desde que iniciamos esto...

-Carol... estate segura de todo lo que vayas a hacer...-

-¿Por?, ¿A que te refieres?- Le pregunté.

-A decirle o no a tu padre que vamos a por Alberto ya...- Me respondió

-Lo sé, se puede ir todo a la mierda si cambia de opinión... tranquilo no se lo diré...- Le dije con pesar.

Después de eso no dijimos nada más, me apoyé en su hombro y nos quedamos en silencio. Era un momento clave... y mi padre no hacia gana de ayudar...

Puede que no todo se arregle con él... lo de Verónica...  que ahora seamos tantos... quizás no he sido la mejor líder... pero hemos asaltado un tren en marcha y eso fue divertido... espero que cuando él vuelva podamos seguir haciendo las macarradas de siempre.

Unas horas después me desperté, al final nos quedamos allí todos dormidos, silenciosamente me acerque al baño y liberé al juez...

-¿Por qué?- Me preguntó.

-Sal ahí fuera... y dile a todo el mundo... que los Robófilos están para quedarse- Le ordené.

Se fue corriendo, dejaría que los chicos durmieran diez minutos más y nos iríamos... era hora de prepararlo todo.

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