*Narra Christian*
Pronto se había hecho de noche, veía un programa en la televisión mientras estaba acostado en mi cama. No había bajado para nada, ni había hablado con Jennifer después de lo que paso, no quería hablar con ella, estaba enojado y tenía todo el derecho de estarlo ya que ella no me quiere decir que es lo que tiene, y por mas que le ruego no me lo dice, así que es su problema si no me lo quiere decir. Yo ya no le rogare mas, me levante de mi cama y salí de mi habitación, mi estomago rugía pidiendo comida, baje a la cocina y Jenn estaba en esta. Bufe y tome un vaso, camine hacia la nevera y saque la leche.
-Christian- escuche a Jenn hablar pero no le conteste.
-Christian perdón, yo...no te quise hablar así hace un rato, perdóname- dijo y suspire, serví la leche en el vaso y volví a guardar la leche en la nevera.
-Christian, no te enojes conmigo, por favor- dijo y me abrazo por atrás.
-Déjame en paz Jennifer- dije y esta me soltó al instante. La mire por ultima vez y me fui de ahí. No iba a caer, hasta que no me lo dijera no le iba a hablar, se lo merece. Subí de nuevo a mi habitación, me tome la leche mientras veía una película, me sentía solo, estaba tan acostumbrado a estar siempre con Jennifer que ahora la extrañaba demasiado, pero tenía que resistirme. Apague la televisión y espere a que el sueño me invadiera. Pero este nomas no venia, tome una almohada y la abrace para simular que fuera Jennifer y así solo pude quedarme dormido.
*Narra Jennifer*
Al día siguiente me levante por el maldito vomito que regreso por mi esófago, fui corriendo hasta el baño y vomite todo lo que tenía. Después lave mi cara y mis dientes y me di una ducha rápida. Hoy era Jueves e iría a visitar a mi madre saliendo de la escuela, espero poder encontrarla ya que a veces va a comprar cosas que le faltan para la cocina en el supermercado y ella se tarda horas. Me asome a la ventana y el cielo seguía nublado y hacia mucho frío, así que decidí ponerme unos Jeans con unas botas de cuero negras, una blusa negra, mas aparte un gran abrigo. Deje que mi pelo se secara y comencé a alisarlo, después de unos cuarenta minutos ya estaba lista. Tome mi mochila, mi celular y las llaves de repuesto y fui hacia la cocina a desayunar algo. Por suerte solo estaba la madre de Christian.
-Hola Jennifer, ¿como amaneciste?- dijo mirándome con ternura.
-Buenos Días señora, y amanecí muy bien gracias- dije sonriendo y saque un yogurt de beber sabor fresa de la nevera, era mi favorito. Me lo tome de golpe y después tome una manzana, decidí irme caminando a la escuela ya que obviamente no me iría con Christian, el esta demasiado enojado conmigo como para hablarme o incluso llevarme a la escuela.
-Bueno señora, me tengo que ir, el estudio me llama- dije bromeando y la abrace.
-Cuídate hermosa, te esperamos aquí para la comida- dijo y recordé que hoy iría con mi madre.
-Hmm, yo pensaba visitar a mi madre hoy ya que no la he visto por un buen tiempo, ¿podría ir?- dije esperando un si por respuesta. Que no se me olvide que todavía trabajo aquí.
-Oh Jenn, no me pidas permiso, claro que puedes ir, por el trabajo ya ni te preocupes, ahora eres la novia de mi hijo y eso se respeta- dijo riendo y tomo un sorbo de su café.
-Gracias señora, la aprecio mucho- dije y me acerqué para darle un beso en la mejilla. Escuchamos pasos venir hacia acá y rápidamente me puse recta.
-Buenos Días- escuche la voz de Christian y mi corazón se encogió. Este me miro sin ninguna expresión y se sirvió un plato de cereal.
-Hola mi pequeño- la madre de Christian le dio un beso en la mejilla.
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¿Sirvienta? ¿Enserio?
Teen Fiction-¿Una sirvienta? ¿Es enserio?- dije demasiado alterado. Que les pasaba? -¿Que tiene de malo hijo? ¿Acaso te da miedo?- dijo mi padre Bah! -Claro que no. Es solo que no necesito que nadie limpie la casa, ni que me haga el desayuno. Yo puedo solo- B...