*Narra Jennifer*
-Hija, despierta que han llegado por ti- escuche la voz de mi madre en mi oído y abrí mis ojos lentamente, estaba en el sofá de mi sala con una cobija encima.
-¿Qué pasó?- dije bostezando, mi madre sonrío cariñosa.
-Que ya vinieron por ti, Alice y un amigo- dijo y abrí los ojos.
-Oh cierto! Se me había olvidado completamente- dije y me levante de repente, corrí escaleras arriba y entre a mi cuarto, seguía con mi ropa de la mañana así que solo me puse un poco de loción, arregle mi cabello un poco, tome una pequeña bolsa donde guarde mi celular y las llaves y salí de mi cuarto.
-Ya me voy mama- dije dándole un beso en la mejilla.
-Cuídense- dijo y asentí antes de salir por la puerta viendo a Alice y Sam esperándome en el auto de ella.
-Hola chicos- dije sonriendo, ellos me saludaron y pusimos marcha hacia el centro comercial. Al llegar estacionamos y al entrar decidimos ir por una nieve. Después de pedirla caminamos por todo el lugar mientras reíamos de cualquier cosa, la verdad me la estaba pasando muy bien, me hacía bien salir.
-Chicas iré al baño, en un momento regreso- dijo Sam y Alice y yo asentimos al mismo tiempo.
-¿Qué ha pasado con Christian? ¿Nuevas noticias?- dijo Alice cuando Sam se había ido. Odie a Alice en ese momento por tener que recordarme al idiota de hombre que tengo como padre de mi hijo.
-Hmm, el, si está bien- dije con una mueca mirando el suelo. Alice me miró mal.
-Yo no pregunte cómo estaba- dijo rodando los ojos. -Sabes a lo que me refiero- agregó. La mire triste y esta capto mi estado de ánimo.
-El...me mando literalmente a la Mier*da- dije y vi cómo Alice se iba poniendo roja de la furia.
-¿Qué él hizo que?- dijo y sus puños se cerraron.
-Hijo de la gran pu*ta- dijo ahora enojada.
-¿Qué pasa? Alice ¿qué tienes?- llego Sam a nuestro lado preocupado. Mire a Alice advirtiéndole que no abriera la boca.
-Nada, es solo que me enfadé por algo que vi hace un momento- dijo Alice mirándome, le sonreí agradecida.
-Bueno, ¿que tal si vamos a otra tienda?- dije sonriendo, los dos asintieron y fuimos hacia la siguiente tienda. Al final del día, estábamos demasiado cansados, habíamos recorrido todo el centro comercial tienda por tienda, Alice y yo llevábamos mucha ropa y zapatos, y Sam solo un esmoquin ya que iría a una boda este fin de semana.
-Santo Dios, estoy cansada hasta los pies!- dijo Alice sentándose en el asintió de piloto.
-Lo sé, yo también- dije quejándome y me senté en el asiento de copiloto.
-Y yo, aunque solo haya comprado una cosa ustedes me traían de tienda en tienda y cargando sus cosas- dijo Sam bufando y se acostó en los asientos traseros. Alice y yo reímos antes de que Alice pusiera el auto en marcha. En el camino íbamos escuchando un montón de canciones mientras las cantábamos a todo pulmón, Sam se tapaba los oídos diciendo que cantábamos muy mal. Por un momento eso me hizo recordar a Christian el día que fuimos con él al mismo centro comercial, pero decidí ignorarlo así como él lo hizo conmigo, esto no me iba a afectar en nada.
-¿Se quedan a cenar?- dije amablemente cuando habíamos llegado a mi casa.
-Claro! Me gustaría saludar a tu mamá- dijo Alice sonriendo.
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¿Sirvienta? ¿Enserio?
Teen Fiction-¿Una sirvienta? ¿Es enserio?- dije demasiado alterado. Que les pasaba? -¿Que tiene de malo hijo? ¿Acaso te da miedo?- dijo mi padre Bah! -Claro que no. Es solo que no necesito que nadie limpie la casa, ni que me haga el desayuno. Yo puedo solo- B...