*Narra Christian*
Vi el auto alejarse mientras Jenn me miraba con lágrimas en los ojos por la ventana de atrás.
-¿Por qué me dejaste Jenn? ¿Por qué?- dije y me arrodillé en medio de la calle, ahora mismo no me importaba si venía algún auto, solo quería llorar y llorar como un idiota.
-Hola, oye ¿estás bien?- escuche una dulce voz hablarme a un lado de mi y después una pequeña mano tomo mi hombro. Fui levantando la mirada hasta toparme con una cara muy bonita, era una chica, jamás la había visto por aquí, esta me sonrió con una sonrisa cálida.
-¿Estás bien? ¿Por qué estás aquí?- dijo frunciendo el ceño.
-Yo...lo siento- dije con voz entre cortada.
-No te disculpes, cada quien es libre de hacer lo que quiere- dijo riendo, su risa era muy suave y muy contagiosa. Me levante poco a poco, no tenía ganas de hacer nada, solo ir a mi casa y dormir.
-¿Vives por aquí? Nunca te había visto- dijo y asentí aún cayendo lágrimas por mis ojos. La chica me miraba, pero prefería callar sin preguntar nada y lo agradecía, ahora mismo no quería hablar con nadie.
-Bien, Hmm, ¿te acompaño a tu casa?- dijo y asentí de nuevo sin dejar de mirar el suelo. Comenzamos a caminar y sentía que estaba nerviosa.
-¿Cómo te llamas?- dije para no verme como un patán, ella me está ofreciendo su ayuda y yo me comporto como un idiota.
-Mi nombre es Ashley- dijo sonrojada.
-Christian, un gusto- dije limpiando algunas lágrimas que se salían de mis ojos. Pronto llegamos a mi casa ya que solo corrí como una cuadra.
-Bien, está es mi casa, si ocupas algo aquí estaré para servirte- dije sonriendo a medias. Ahora no estaba de humor para hacer amigos.
-Claro, gracias, Hmm, yo vivo a dos casas de aquí, si miras, es la casa de color verde, esa es mi casa- dijo apuntando a una casa color verde y asentí mirándola.
-Gracias y un gusto conocerte- dije antes de dar media vuelta y abrir mi puerta.
-Igualmente Christian- dijo sonrojada y se fue. Fruncí el ceño, y subí a mi habitación. ¿Mis padres? No sé dónde estaban y no me importaba, por mi padre pasó esto, todo fue su maldita culpa y las iba a pagar. Entre a esta y me lancé a mi cama, ¿y ahora que haré con Jenn? Me preguntaba, ¿ahora cómo le pido disculpas? Ella dijo claramente que la dejara en paz, no quería que la volviera a molestar, pero por Dios, está esperando un hijo mío, no importa todo lo que tenga que hacer, tengo que luchar por ella y por su amor, esto no tiene que ser nuestro fin, simplemente no lo tiene que ser.
*Narra Jennifer*
Baje del taxi no sin antes pagarle, mis lágrimas no podían parar bajando por mis mejillas. Entre a mi casa como pude y estaba mi madre en la cocina, está me miró y rápidamente dejó todo lo que estaba haciendo para venir hacia mi.
-Hija! ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras?- dijo y simplemente la abrace, no quería decir nada, solo quería desahogarme llorando.
-Ya, calma- dijo acariciando mi cabello, sollozaba fuertemente. Después de un rato de estar así, ya un poco más calmada me sentó en el sofá mientras ella preparaba un té para mí.
-¿Quieres contarme? Si no quieres lo entiendo- dijo mi madre trayendo mi taza con el té adentro. Asentí lentamente con la cabeza.
-Madre, yo...termine con Christian- dije volviendo a sollozar.
-¿Qué? Pero...¿por qué?- dijo mirándome horrorizada.
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¿Sirvienta? ¿Enserio?
Fiksi Remaja-¿Una sirvienta? ¿Es enserio?- dije demasiado alterado. Que les pasaba? -¿Que tiene de malo hijo? ¿Acaso te da miedo?- dijo mi padre Bah! -Claro que no. Es solo que no necesito que nadie limpie la casa, ni que me haga el desayuno. Yo puedo solo- B...