*Narra Jennifer*
Ahora mismo me encontraba en la sala de mi casa, acostada en el sofá, viendo mi serie favorita, comiendo nutella con galletas y alguna que otra lagrima bajando por mis mejillas ¿por qué? Por qué había terminado con mi novio, con mi príncipe, con el padre de mi hijo, con el amor de mi vida y creo que ahora si era definitivo. Mejor no les cuento todo lo que pase ayer en la noche por qué no quiero dar lastima, en resumen, me la pase llorando toda la noche y ahora tengo ojeras debajo de mis ojos y estos están hinchados hasta morir. Literalmente me veía como una bruja recién levantada y eso que eran las 12:30 del medio día. Agradecía que estuviéramos en fin de semana, ya que no quisiera ir así a la escuela.
-Yo voy- dijo mi madre saliendo de la cocina para abrir la puerta de la entrada. Ni siquiera me había dado cuenta que habían tocado, solo por estarles relatando mi ahora jodida vida.
-Señora permítame ver a Jenn, por favor!- escuche la voz de Christian y me alarmé enseguida.
-No Christian, ella está muy mal, no quiere verte!- dijo mi madre tapando la entrada. Me levante del sofá ya que Christian me podría ver y me puse en una esquina.
-No, sé que ella me ama y yo la sigo amando. Jennifer! Jennifer sal por favor! Necesito hablar contigo!- gritaba como loco descontrolado. ¿Y ahora qué hago? ¿Salgo o no salgo? Decidí mejor esperar a que se cansara y se fuera, de verdad quería que él fuera feliz y teniendo problemas con su familia no lo era.
-No Christian!- escuche la voz de mi madre pero Christian ya había entrado a la casa, miro a todos lados hasta que me vio parada en una esquina como un perrito regañado.
-Ahí estás princesa!- dijo y vino hacia mí antes de besarme con efusividad.
-No quiero que te vuelvas a ir nunca ¿entendiste?- dijo mirándome fijamente, no conteste ya que solo me quede en shock. No me había dado cuenta que tenía un smoking color negro, se veía realmente guapo en el.
-Escápate conmigo ¿si? Quiero llevarte a un lugar hermoso, te prometo que regresamos a media noche- dijo tomando mis mejillas y mirando directamente a mis ojos.
-No Christian, no podemos ¿qué pasa con tu padre?- dije mirándolo preocupada.
-Por el ya no te preocupes, me he librado de el, la familia de la chica con la que me iba a casar ya no me quieren y decidí venirme, les deje en claro que no me iba a casar con alguien que no amo, les deje en claro que tú eres el amor de mi vida y que contigo quiero pasar el resto de mi vida- dijo mirándome a los ojos, en ellos veía sinceridad, de verdad él quería estar conmigo el resto de nuestras vidas.
-Vámonos Jenn, escápate conmigo, te prometo que regresaremos en la noche, solo ven conmigo- dijo mirándome con cara de perrito. Rodé los ojos divertida pero al final acepté tomando su mano, esté emocionado me llevó hacia su auto.
-Te veo luego mamá- dije sonriendo, esta nos miró divertida mientras negaba con la cabeza.
-Cuídense muchachos- dijo despidiéndose de nosotros. Christian puso el auto en marcha y salimos de ahí.
-¿A dónde vamos?- dije curiosa, este me miró con ternura y negó con la cabeza.
-Es una sorpresa- dijo y reí bufando.
-Odio tus sorpresas- dije rodando los ojos. Christian me miró dolido.
-¿No te gustan mis sorpresas?- dijo tocándose el pecho simulando que le había roto el corazón.
-No amor, no lo digo en ese sentido, lo digo por qué no se a donde me llevas y eso me pone de nervios- dije riendo.
-Me dijiste amor- dijo mirándome por un segundo antes de mirar de nuevo a la carretera.
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¿Sirvienta? ¿Enserio?
Ficção Adolescente-¿Una sirvienta? ¿Es enserio?- dije demasiado alterado. Que les pasaba? -¿Que tiene de malo hijo? ¿Acaso te da miedo?- dijo mi padre Bah! -Claro que no. Es solo que no necesito que nadie limpie la casa, ni que me haga el desayuno. Yo puedo solo- B...