Capitulo Dedicado a: Fabii (hermosa, quiero agradecerte todo el apoyo que me has brindado:') Gracias)
*Narra Jennifer*
Llegamos a ese dichoso parque, encontramos una banca vacía y nos sentamos ahí mientras mirábamos a los niños jugar de aquí para allá. Miré a Christian que se veía muy emocionado viendo a los niños jugar y mi mente se transportó a un momento muy agradable, imaginando a Christian jugando en el Jardín de nuestra casa con nuestros hijos mientras yo los veía sonriendo. Eso seria perfecto.
-¿Jenn?- oí la voz de Christian a mi lado llamarme. Lo mire al instante.
-¿Si?- dije sonriendo sin mostrar los dientes.
-Te estaba hablando pero parecía que estuvieras en otro lado- dijo sonriendo viéndome divertido.
-Oh, si, lo siento. ¿Que me decías?- le dije poniéndome de lado para verlo mejor.
-Te decía que pronto entraremos a la Universidad- dijo mirando de nuevo a los niños.
-Oh, si, la Universidad- dije asintiendo no muy centrada en la conversación.
-¿Entraras?- dijo mirándome fijamente.
-Tengo que seguir mis estudios ¿no?- dije encogiendome de hombros. Asintió con la cabeza de acuerdo.
-¿Volveras a trabajar en mi casa?- me miro suplicante.
-Creo que si ¿por que?- dije sonriendo. Miro a otro lado mientras reía.
-¿De que te ríes?- dije frunciendo el ceño.
-Es que hoy en la mañana quería hacer mi desayuno, pero todo se quemó-dijo mirándome divertido. No tardo mucho para que soltara una fuerte carcajada estallando en risas.
-¿Me lo juras?- dije mientras seguía riendo.
-No tengo la culpa que no sepa cocinar! Por eso te necesito de nuevo en mi casa- dijo mirándome con una sonrisa mientras yo seguía riendo como loca, respire profundo antes de calmar mi risa.
-No es gracioso- dijo Christian mirándome serio. Estalle de nuevo en risas al imaginarme a Christian cocinando mientras toda la cocina esta llena de humo y oliendo a quemado.
-Si lo es- dije sonriendo ya un poco mas calmada.
-Te iba a invitar un helado pero ahora no por que te burlaste de mi, ya no te quiero- dijo Christian mientras se cruzaba de brazos y hacia un puchero con sus labios haciendo que se viera tan malditamente tierno. Me acerqué a el aun riendo.
-Aww, cariño sabes que te quiero demasiado, es solo que me dio mucha risa- dije dándole besos desde el lado derecho del cuello pasando luego por su mejilla y llegando a sus labios para después darle un beso suave y lento. El no movía sus labios fingiendo estar enojado, pero yo tomé su labio entre mis dientes y lo mordí haciendo que se quejara, me separé y lo mire divertida, el me miro y trataba de ocultar su sonrisa mirando a otro lado.
-¿Estas seguro que ya no me quieres?- dije susurrando en su oído mientras daba pequeños besos mojados alrededor de su oreja. Sabia que esto a los hombres los ponía al cien.
-Si- dijo con la voz entre cortada. Sonreí y baje a su cuello ahora para hacer la misma acción, su mandíbula se apretó y su manzana de Adán bajaba y subía repetidas veces.
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¿Sirvienta? ¿Enserio?
Roman pour Adolescents-¿Una sirvienta? ¿Es enserio?- dije demasiado alterado. Que les pasaba? -¿Que tiene de malo hijo? ¿Acaso te da miedo?- dijo mi padre Bah! -Claro que no. Es solo que no necesito que nadie limpie la casa, ni que me haga el desayuno. Yo puedo solo- B...