Maratón 3/3
*Narra Christian*Como siempre, los malditos rayos de sol golpearon mi cara haciendo que me quejara, abrí mis ojos y una punzada llego a mi cabeza.
-Ahg! Mier*da!- me quejé y tome está entre mis manos. Después de que pasara el dolor, abrí mis ojos completamente y me di cuenta que seguía en el cuarto de juegos, tenia mi celular en la mano derecha y una cerveza en la mano izquierda, Chaz estaba enfrente de mí con muchas cervezas encima de él. A regañadientes me levante y me sentí mareado, mier*da que cruda tengo.
-Chaz, levántate- dije con voz ronca, esa era mi voz de todas las mañanas, ronca. Moví a Chaz con la mano y este se quejó.
-No madre, cinco minutos más- dijo y se volvió a acurrucar.
-Chaz! No estás en tu casa- dije riendo y Chaz se levantó en seguida, me miró y su cara se volvió roja de vergüenza, negué con la cabeza.
-Eres un idiota- dije riendo mientras caminaba hacia la puerta, salí de esta y un rico olor a hotcakes llegó a mis fosas nasales, camine hacia la cocina y estaba mi madre preparando unos ricos hotcakes. Me acerqué y la abrace por atrás.
-¿Cómo amaneció la reina más hermosa que conozco?- dije y esta se sonrojó.
-Hola mi amor- dijo dándome un beso en la mejilla. Sonreí cariñoso y la abrace.
-Hey, espera, espera, ni creas que con esto me vas a contentar, van a recoger todo el tiradero que hicieron en la sala de juegos- dijo mirándome mal. Hice un puchero.
-Pensé que no te darías cuenta- dije mirando el suelo.
-Oh claro que me di cuenta, si hasta acá se escuchaban los ronquidos de Chaz- dijo mirando por mi hombro. Mire a Chaz y este estaba rojo de la vergüenza.
-Lo siento señora- dijo y mi madre y yo reímos.
-Lo digo en broma cariño- dijo mi madre y le dio un beso en la mejilla. La jale del brazo atrayéndola a mi.
-Hey, cuidado que es solo mía ¿okey?- dije mirando a Chaz. Este alzó los brazos en forma de rendición.
-Yo nunca dije que no lo fuera- dijo riendo. Los tres nos sentamos en el comedor para desayunar unos ricos hotcakes.
-No quiero que te vayas, tengo que hacer algo muy importante hoy y me tienes que ayudar- le dije a Chaz y este asintió. Después de desayunar me fui a bañar y me cambie de ropa a una más formal, no quería verme como un completo idiota enfrente de Jenn, arregle mi cabello hasta el punto de que estuviera perfecto y me puse loción para hombre. Estando listo baje y mi madre con Chaz me estaban esperando.
-¿Listo? Venga vamos- dijo mi madre y todos fuimos hacia el auto. Nos subimos en este y pusimos marcha hacia la casa de Jenn. Cuando llegamos mi madre estaciono.
-Esperen aquí, entraré por la parte trasera, tengo que asegurarme que no este- dije y estos asintieron. Me baje del auto y corrí hacia el Jardín trasero, por suerte tenían la puerta entreabierta, entre y la señora Ana estaba haciendo el desayuno. Me acerqué y esta me miró, e iba a hablar pero hice un ademán con mi mano para que no dijera nada.
-¿Está Jennifer?- susurré y esta negó, suspire profundamente y me acerqué para saludarla.
-Lo siento señora, es que pensé que estaba Jenn- dije riendo y la abrace.
-No te preocupes Christian- dijo besando mi mejilla.
-Mire, entre así por qué, le tengo una sorpresa a Jenn, fui un completo idiota con ella y quiero recompensarlo- dije y esta me miró con ternura.
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¿Sirvienta? ¿Enserio?
Roman pour Adolescents-¿Una sirvienta? ¿Es enserio?- dije demasiado alterado. Que les pasaba? -¿Que tiene de malo hijo? ¿Acaso te da miedo?- dijo mi padre Bah! -Claro que no. Es solo que no necesito que nadie limpie la casa, ni que me haga el desayuno. Yo puedo solo- B...