*Narra Jennifer*
Han pasado tres días, tres malditos días desde que esa familia llegó a esta casa y lo único que puedo decir es que han sido los peores tres días de mi vida, lo digo enserio. Resumiendo todo, como siempre, las tres mosqueteras (espero sepan de quienes estoy hablando) hicieron de todo por hacerme sentir mal, si, se lo que están pensando, hicieron mi vida imposible. Estuve a punto de caer al suelo unas cuatro veces, lo bueno que había algún objeto de lo que agarrarme, si no si hubiera caído. Desperdiciaron mi comida dos veces y tiraban cualquier tipo de bebida al suelo para que después yo la limpiara. ¿Y los padres? Durmiendo, viendo la televisión o de compras. Que bonito ¿no les parece? Deseo el fin de semana con todas mis fuerzas, ahora mismo estaba acostada en mi cama mirando el techo. Si, no tenía nada de ganas de levantarme e ir y ser la criada de todos, estaba harta, pero esto fue lo que decidí. Yo misma le pedí a Christian hacer mi servicio cuando ellos estuvieran aquí, pero nunca pensé que llegaran a ser así. Tocaron mi puerta después de un segundo.
-Adelante- dije sentándome en la orilla de la cama. Christian entro recién bañado, oliendo a su colonia favorita y muy peinado.
-Buenos Días princesa- me dijo dándome un beso en la frente.
-Hola cariño- dije bostezando.
-¿Por que no te has levantado? Tu siempre eres de las primeras que esta levantada- dijo mirándome divertido.
-Lo se, solo que no tengo ganas de hacer nada- dije agachando mi cabeza.
-Pues no hagas nada, nadie te lo esta impidiendo- dijo riendo. Sonreí sin mostrar los dientes.
-Vamos, levantate ya, que hoy es un día especial- dijo riendo. Funcí el ceño confundida.
-¿Un día especial?- dije confundida. El asintió con la cabeza.
-Hoy es cumpleaños de Kendall y ya te imaginarás como esta- dijo negando con la cabeza mientras reía.
-Me lo imagino- dije sonriendo. Me levante y caminé hacia mi closet, tomé un conjunto de lencería y caminé hacia el baño para darme una relajante ducha.
-Te espero afuera, ya están arreglando todo- dijo antes de darme un corto beso en los labios y salir por la puerta con una sonrisa en su rostro. Fruncí el ceño confundida, ¿estan arreglando todo? ¿Y porque Christian sonríe tanto? ¿Que esta pasando aquí? Negué con la cabeza y entre al baño, tomé una ducha relajante y muy necesaria, salí y fui hacia mi closet para tomar una ropa cómoda, me decidí por un lindo vestido rosa palo con pequeñas flores moradas como estampado, no quería verme muy arreglada hoy ya que para mi este día no es especial. Tomé unos convers del mismo color y deje mi cabello al natural, me puse un poco de maquillaje en la cara y un poco de rímel en las pestañas y por ultimo un lindo labial color rojo en mis labios. Abrí lentamente la puerta y vi hombres caminar de aquí para allá con sillas, mesas, arreglos, flores, globos, etc. Salí de mi habitación buscando a Christian, hasta que lo encontré hablando con un hombre dándole indicaciones, caminé hacia ellos y espere a que terminaran de hablar. Christian me miro y sonrió. El hombre se fue por el Jardín trasero.
-Hola princesa, pero que hermosa te ves- dijo sonriendo dándome un beso en los labios.
-Gracias- dije tímidamente.
-Primito!- se eschuchó como alguien venía a mis espaldas.
-¿Que pasa Kendall?- dijo Christian mirándola amable.
-Necesito que me ayudes en algo, acompañame- dijo tomándolo de la mano y jalandolo.
-Princesa, ahora regreso- dijo Christian antes de caminar junto a Kendall tomándola de la cintura. Funcí el ceño cruzandome de brazos. Definitivamente Christian estaba demasiado raro.
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¿Sirvienta? ¿Enserio?
Teen Fiction-¿Una sirvienta? ¿Es enserio?- dije demasiado alterado. Que les pasaba? -¿Que tiene de malo hijo? ¿Acaso te da miedo?- dijo mi padre Bah! -Claro que no. Es solo que no necesito que nadie limpie la casa, ni que me haga el desayuno. Yo puedo solo- B...