Capítulo 3.

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- ¿Vienes o no?

-Sí, idiota. –Repetí lo que me dijo momentos atrás. Ella detuvo su marcha y me miró molesta.

- ¿A quién llamas idiota? Idiota. –Caminó molesta hacía mí.

-pues, a ti, no veo a nadie más idiota que tú. –Me acerqué a ella molesto.

- ¿Idiota? ¿Yo? Oye, como sea que te llames, dime que soy idiota, cuando TÚ, de verdad te lo creas. –Se puse de puntitas.

-Entonces, idiota, listo, ya me lo creí, no fue muy difícil, idiota. –Me incliné para alcanzar su altura.

-No eres nadie como para insultarme... Además, no voy a competir contigo para ver quién es el idiota, porque claramente, tú perderías. –Levantó su cabeza. Su mirada era firme y su ceño estaba fruncido.

-Paren los dos. –Nos detuvo Amber.

-Él/Ella empezó. -_____ se inclinó hacia atrás y entro al edificio, fui detrás de ella y Amber detrás de mí. A penas la conozco y me insulta, tsk. _____ se detuvo frente al ascensor y apretó el botón con fuerza, para abrir la puerta del ascensor, pero lo hizo con tanta fuerza que el botón se hundió y se rompió, ella al ver que rompió el botón, trato de arreglarlo, pero no pudo y se alejó unos pasos del botón. Ja, di una pequeña carcajada y sonreí, al ver su reacción.

- ¿Por qué sonríes? Oh, ya veo, estas mirando a _____.

- ¿Por qué sonreiría por mirarla?

-Porque rompí el botón del maldito ascensor. –Dijo ____.

Entramos al ascensor y la puerta se cerró. Estábamos subiendo, pero el ascensor de detuvo... Aun no habíamos llegado al piso 18 y el ascensor no marcaba el piso, no puede ser... estamos atrapados.

-... Mierda... ¿esto no podría ser peor? –Maldijo _____, pero cuando dijo eso, la luz del ascensor se apagó.

-Yo y mi bocota.

-Ayúdenme, hay una puerta arriba, ustedes me suben y yo pido ayuda.

Agarramos a Amber por las caderas y la subimos, ella abrió la escotilla, subió y se fue.

- ¿Por qué pasa esto? –Preguntó.

-Porque rompiste el botón del ascensor. –Dije. _____ comenzó a reír, luego de unos segundos, comencé a reír con ella. Su risa era contagiosa.

-Creo que le di muy fuerte. –Dijo, pero puso cara rara y volvimos a reír.

- ¿Cómo te llamabas? –Le pregunté sonriendo.

-______ ¿Y tú? -¿Dónde eh escuchado ese nombre antes?

-Ayato... –Volví gradualmente a mi frialdad.

-Ah... Perdón por lo de antes, ya sabes, por llamarte idiota.

-No importa... Igual... me disculpo. -Se formó un silencio incómodo-: Creo que va a tardar. –Me senté en el suelo, rompiendo el silencio.

-Tienes razón –Se sentó a mi lado.

(...)

Aun seguíamos esperando, ______ tenía su cabeza en mis piernas y yo tenía mi espalda afirmada en la pared. Llevábamos una hora esperando a Amber. Me empecé a aburrir mucho y se notaba que _____ también, porque empezó a hacer figuras con la sombra de sus manos. Se me hacía extrañamente conocida... Mi celular comenzó a sonar. Miré y era una llamada de Banjo. Atendí.

-¿Qué quieres? -Dije con mi típica voz. _____ me miró atentamente.

-S-Señor A...to... ¿Q-Qué...? Y... -No sé escuchaba nada.

libérate... [ayato kirishima y tu] •Editada•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora