Capítulo 39.

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-Oh, Kaneki —Un par de lágrimas salieron. Haise quedo inmóvil, pero luego me devolvió el abrazo.

-... _____-san. —dijo Juuzou.

-Es... Broma... -Escuché una voz fría a mis espaldas. Haise y Mutsuki hicieron una reverencia. Me di vuelta y vi a Hirako.

-... Hirako-kun...

-... Cuanto tiempo sin verte... -Dijo. Fui corriendo y le abracé-: Mucho tiempo sin tus grandiosas entradas.

-Mírate, has crecido, pero sigues siendo el mismo amargado de siempre. -Dije.

-¡S-Señorita, no debe insultarlo! -Dijo Mutsuki.

-Está bien, nivel 3. -Dijo Hirako.

-¿Y el papi Arima? -Pregunté.

-Ya no trabajamos juntos. -Dijo.

-Oh... Bueno. Me tengo que ir.

Salí corriendo a Aogiri. Cuando entré, como siempre, al primero que vi fue a Ayato, que estaba con Hinami, se estaban abrazando y besuqueando.

-¡Tú! —Grité—: ¡¡¡Kirishima!!! —Ayato me miró extrañado y asustado.

-¡¿Quién la despertó?! ¡Dije que nunca tenían que joderla cuando estaba durmiendo o tenía sueño! —Ayato se puso de pie.

Agarre a Ayato del brazo y a tirones me lo lleve lejos de Hinami. Ya en un lugar en donde no había nadie, lo solté.

-¿Qué te pasa? —Preguntó Ayato molesto.

-Lo sabías todo, por eso sabias tanto de ese investigador, Haise Sasaki —Susurré para que Hinami no escuchara—: ¡Lo sabías todo y no me dijiste! ¡Sabías que era mi amigo!

-____... —Le abofetee muy fuerte, él se llevó la mano a su mejilla y se acercó a mí.

-¡Aléjate! —Ayato puso su mano detrás de mi cabeza y me empujó hacía él, rodeando con sus brazos fuertemente. Mis ojos se abrieron como platos... Pero, maldita sea, como lo necesitaba. Le devolví el abrazo.

-Por eso sabías tanto de Haise Sasaki. —Susurré. Me aleje de él.

-______...

-¡Maldita sea, Ayato!

-¡Cálmate! —Puso sus manos en mis hombros—: No quería decirte porque pasaría esto.

-¡Es mi maldito amigo!

-¡Y deja de culparme! —Le miré y no dije nada—: Tú misma me dijiste que no había que culpar a los demás, que nadie tenía la culpa.

-Lo recuerdas... Fue hace mucho tiempo...

-Oh, dios... Que boba eres. —Volvió a abrazarme.

-¿Quién eres y qué hiciste con el Ayato que conocía? —Me alejé un poco.

-_____. —Dijo Hinami mi nombre. Retrocedí un paso y puse mis manos en mi cadera, como jarra.

-¿Qué paso, Hinami? —Pregunté.

-¿Estás bien? —Miré a Ayato.

-Sí, estoy bien, gracias. —Le sonreí.

-¡______! —Era el hermano mayor Bin—: Oh... Hola...

-¡Bin-san!

Me lancé a sus brazos y le abracé, pegándome lo más que pude a él. Bin puso una mano en mi cadera y otra en mi cabello.

-No deberían demostrar tanto cariño, los subordinados se aprovecharán de eso. —Dijo Ayato un poco enojado.

Me separé de Bin.

libérate... [ayato kirishima y tu] •Editada•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora