libérate... [ayato kirishima y tu] •Editada•

Capítulo 9.

-Te gusto y se nota. –Ayato puso sus manos en mi cintura.

-¿Qué haces? –Lo empujé molesta.

-Pacifista, hija de humanos. –Me "Insulto" Ayato.

-¿Se supone que debe herirme? Por otro lado ¿Por qué pacifista?

-Porque vas a la escuela, ayudas a los humanos, entre otras cosas ¿No te das cuenta? Ellos están pudriendo este mundo. –Apreté el puño.

-¡Tu pudres este mundo! No solo los humanos, los ghouls como tú. –Le golpee en el pecho con mi dedo índice-: También pudren este mundo.

-Eres débil. –Bufé.

-Niño llorón.

-Pacifista.

-Asesino. –Reaccioné y le miré arrepentida, no pretendía decir eso, solo se me escapó. Ayato me miró sorprendido-: Lo siento, no quise...

-Lo sé. –Dijo casi orgulloso. Quedé helada al escuchar eso.

-Me das asco. –Ayato me miró fijo-: ¿Cómo puedes decirlo de esa manera? ¿Estás orgulloso de haber matado a esas personas? Sean humano o ghouls, ellos tenían una familia ¿Tuviste familia alguna vez? –Su gesto se suavizo y pareció recordar algo-: Esas personas tenían la misma familia que tuviste tú o mejor. No lo sé, pero ahora sus familias están sufriendo.

-...

-No puedo contigo, tu imbecilidad me supera. –Di media vuelta y me fui, pero Ayato corrió a mi lado. Suspiré molesta, mientras no me jodiera, estaba todo bien.

-Mira, la hija de Reiko, es igual a su madre y a Rize. -Dijo un hombre. Me detuve y miré a Ayato, él señalo a un hombre y una mujer que hablaban. Me acerqué a ellos.

-Hola. -Les sonreí-: ¿Ustedes conocían a mi madre?

-¿Qué si la conocíamos? Todo el mundo la conocía. -Dijo. Me acerqué un poco a Ayato temiendo por lo que pudiera escuchar.

-¿Ah, sí? ¿Y qué saben de ella?

-Que era una perra. -Dijo el hombre. Apreté el puño-: Se acostaba con todo el mundo, incluso se rumorea que se acostó con el mismo Kishou Arima cuando era joven. -Mis ojos se abrieron como platos.

-Cálmate, si vas a jugar a la investigadora, métete en el papel. -Me susurró Ayato.

-¿Quién es él? -Preguntó la mujer mirando a Ayato.

-Mi novio. -Dije sin pensar... Ugh, pude haber inventado algo mejor. Ayato sonrió.

-¿Qué más saben de mi suegra? -Preguntó Ayato. Lo voy a matar.

-Que era una horrible superior, era una narcisista, egocéntrica, arrogante y violenta, además de coqueta y provocadora.

-Espera... ¿Q-Qué se acostó con Kishou Arima? -Pregunté analizando eso.

-Cuando era joven, dicen que asistieron a la misma escuela y que ella se le insinuó, que nunca se le despegaba, hasta que un día ella llegó impregnada de su olor y después de eso, no se volvieron a hablar.

-Eso debo preguntarle al papi Arima. -Susurré-: Gracias, eh, vámonos, cariño.

-Yo quiero seguir escuchando. -Dijo Ayato mirándome burlón. Apreté su brazo.

-Nos vamos. -Dije.

-¿Por qué?

-Porque haremos cosas de adultos, ahora vámonos. -Lo jalé del brazo.

-¿Haremos cosas de adultos? Eres igual a tu madre. -Me di vuelta y le di una bofetada bien plantada. Ayato me miró sorprendido.

-No vuelvas a insultarla, aunque sea una zorra, no tienes derecho. -Le di la espalda y me fui a Anteiku. Ayato se quedó allí, en shock. Entré a Anteiku, me puse mi uniforme y comencé a barrer.