Capítulo 29.

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 -Oye... No te escondas, todavía no empieza el juego. —Dije sádicamente. Comencé a buscarla, pero no estaba por ningún lado. De pronto escuche algo cayéndose, me di vuelta automáticamente y olfatee; es ella, comencé a seguir el olor hasta dar donde estaba Hikari, sonreí y la agarre con mis tentáculos de los pies, dejándola colgando, todos miraban asombrados.

-¡Bájame! —ordeno ella.

-¿Quién fue la que inicio la pelea y la que sacó el kagune? Asume las consecuencias... Tu kagune no tiene mucho tiempo. —Afilé mi koukaku. Hikari se escabulló y comenzó a correr como una rata. La miré quieta y con mis rinkakus la atrape—: Te atrape. —Dije divertida, mientras le sonreía, pero ella se impulsó con su kagune, haciendo un efecto rosrté que la hizo volar a quien sabe donde.

-¡Hi-Ka-Ri! —La llamé hasta que la encontré—: Te volví a encontrar, eres tan aburrida, no sabes jugar. —Dije con simpleza, pero luego la miré completamente. La envolví con mis rinkakus para que no pudiera ocupar su kagune y la arrastré a donde estaban todos.

-Déjame.... Por favor. —Me suplicó. La dejé delante de todos y deshice mis kakuhous y el resto de mis kagunes. Ella suspiró aliviada. Todos miraban con atención.

-Fin de la pelea. —Me hinqué al lado de ella—: No soy mala como para matarte o dañarte de gravedad. —Me puse de pie. Los que apostaron a que Hikari iba a ganar, le dieron el dinero a Arima.

-Eres una... —Me di vuelta y la golpee en la entrepierna. Todos hicieron un ruido de dolor.

-Si vuelves a insultarme, si te haré daño. —Miré a Ayato, luego a Eto y asentí con la cabeza a modo de "todo termino", Eto me sonrío.

-Sakurai, Kirishima, espérenme en mi oficina. —Dijo antes de irse.

-______, quiero hablar contigo. —Dijo Ayato agarrándome de la mano y llevándome a la oficina de Eto a tirones.

-Ayato, detente. —Le dije.

Ayato abrió la puerta y me hizo entrar con fuerza, casi empujándome. Cerró la puerta con fuerza detrás de él y se giró hacia mí.

-Quiero que me expliques qué fue eso. —Dijo metiendo sus manos a sus bolsillos.

-Te gusta soñar ¿No? —Dije dándole la espalda—: Mejor vete con Hikari. —Susurré y me di vuelta para mirar a Ayato, este tenía las manos en sus bolsillos y me miraba con una sonrisa.

-¿Por qué me miras así? ¿Tengo monos en la cara acaso? —Ayato negó con la cabeza, todavía con su sonrisa.

-Otra vez... Estás celosa otra vez. —Dijo acercándose a mí a paso lento.

-Claro que no. —Retrocedí unos pasos, hasta que mi espalda tocó la pared. Maldecí por lo bajo.

-¿Te das cuenta que estamos otra vez en la oficina de Eto? —Levantó su pie y lo apoyó en la pared, a mi lado, con fuerza, haciéndome sobresaltar.

-¿Y qué con eso?

Tranquilízate _____, calma, no va a pasar nada ¡Maldita sea, corazón, deja de latir tan rápido!

-¿No recuerdas lo qué pasó la última vez que estuvimos aquí? —Ahora afirmó su mano en la pared, acercándose más a mí. Le miré y sonreí, coquetamente, Ayato me correspondió la sonrisa. Puse mi mano en la pierna que estaba en su pared y comencé a deslizar mi mano hasta llegar a su muslo.

-¿Y por qué no quitas su pierna y me devuelves mi espacio personal, mejor? —Quité mi mano. Ayato soltó una carcajada y flexionó su pierna, acercándose más a mí.

-¿Por qué te molesta tanto qué las chicas se me acerquen?

-No me molesta.

-¿Y por qué te molestaste después de la misión de nueces? —Al recordar eso, sentí una sensación muy extraña en mi estómago. Fruncí el ceño.

libérate... [ayato kirishima y tu] •Editada•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora