Capítulo 35.

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 Eto iba a golpear a Juuzou, pero yo saque mi kagune con mucha fuerza, lo endurecí y forme un escudo, mi kagune no sufrió daño. Con mis tentáculos forme cuchillas muy afiladas. Saqué mi koukaku y lo hice tan grande como pude, además de afilado.

Tenía el rostro lleno de lágrimas, lágrimas que no paraban de caer y que no pararían. De pronto, Juuzou grito tan fuerte como pudo, se dio cuenta de todo, Eto se dio vuelta y lo miro, yo la mire a ella. Eto, en un movimiento rápido fue donde Juuzou, pero Juuzou, con su quinque le golpeo y le saco uno de sus tantos koukakus, entonces supe, qué si Eto le hacía daño, sería para matarlo. Ella trató de golpearlo, pero el kagune me golpeo a mí, lanzándome con fuerza contras vigas. No sentí nada parecido al dolor, solo sentí, que apenas impacté contra las vigas que tenía que ir y proteger a Juuzou. Me puse de pie y nuevamente, me interpuse en un ataque que le iba a dar Eto a Juuzou, el kagune atravesó el mío, pero nuevamente, no sentí nada. Veía como la sangre salía a chorros, pero también vi que Eto iba a golpear a Juuzou, trate de proteger a Juuzou, Eto nos golpeó a ambos, yo me lleve la peor parte, pero al menos Juuzou estaba bien, Eto se dirigió hacia mí y me enterró, nuevamente uno de sus bikakus, pero en el abdomen, escupí sangre...

-Juuzou... R-Retírate. -Dijo una investigadora.

-¡Vete! -Le grité. No quería que le hicieran daño.

-¡Eso n-nunca! -Dijo débil.

-Ese es el espíritu de un investigador. -Dijo un investigador apareciendo de la nada.

-Vete, onee-san... -Dijo Juuzou mirándome-:... Ellos te matarán.

Cerré los ojos y me fui corriendo, pero cuando me detuve y vi a mi alrededor, no había nada, ni nadie, solo un parque vacío y muchas gotas estrellándose contra el suelo... Y finalmente, colapse. Perdí mi fuerza y caí al suelo. Todo se volvió negro.

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Estaba sentada en el suelo y todo estaba oscuro. De pronto apareció un parque y me vi a mi misma, junto con Juuzou y Shinohara-san en el zoológico. Estábamos conversando.

  -Hija... —Dijo Shinohara-san.

  -Me dijiste que estaríamos bien... —Dije sin tener control de mí.

Todo ese escenario desapareció y ahora estaba en Anteiku. Era de noche y me vi a mi misma dormida sobre una mesa. Eso fue cuando Ayato agarró mi diario y comenzó a leerlo. Kaneki entró de la nada y encendió la luz, fue corriendo en cuanto me vio y luego llamó al jefe, ambos bajaron y me despertaron.

  -Hola, ___ ¿Qué sucedió? ¿Qué haces aquí? —Me preguntó Yoshimura.

  -Me quedé sin casa. -Dije. Yoshimura sonrió.

  -Puedes quedarte a vivir aquí si quieres. —me dijo, yo le sonreí y le abracé.

  -Gracias.

-Yoshimura-san... —Mi voz se quebraba cada vez más—: Irimi... Koma... Hide... Yoshimura... Shinohara-san... Ryoko... —Me llevé la mano a la boca, esta se lleno de lágrimas...

Ahora estaba en la CCG, junto con Shinohara-san y Juuzou nuevamente.

  -Te quiero y feliz cumpleaños, hija. —Dijo Shinohara-san.

  -gracias... Papá.

  -Toma, te traje un regalo. —abrí la caja y vi que era un collar.

Agarré el collar que tenía en el cuello y lo apreté.

-Se fueron... —Parpadee, volviéndome en mí. Mi corazón estaba a mil—: Se fueron...

libérate... [ayato kirishima y tu] •Editada•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora