Capítulo 13

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Ayato P.O.V

-Mami... Papi... -Escuché a _____ susurrar. Me di vuelta y vi a ______ mirar fijamente la olla, con una lágrima recorrerle la mejilla. La miré sorprendido...

-¿Estás bien? ¿La olla te dijo algo feo? –Ella se secó rápidamente con su manga, la lágrima que se le había escapado y se aclaró la garganta. Mi idea no era burlarme, pero tampoco le iba a preguntar directamente que le pasaba.

-Sí, estoy bien. –Aun tenía sollozos. ______ cerró los ojos y me sonrió. Un rayo de luz entró por la ventana y le iluminó el rostro, haciendo que sus sollozos brillaran y que se viera muy guapa,

 Un rayo de luz entró por la ventana y le iluminó el rostro, haciendo que sus sollozos brillaran y que se viera muy guapa,

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-Oye...

-Estoy bien... No pasa nada. –Dije soltando una pequeña risa. Miré cada una de sus acciones con cuidado, algo que me diera una pista de qué le sucedía-: ¿Quieres... Quieres lasaña?

-Sí... bueno. –Volví a mirar la TV, dándole la espalda. Qué tiene que importarme lo que le ponga en ese estado, son cosas de ella. No es asunto mío, además, mi cabeza me duele demasiado como para sobrecargarla de más cosas.

-Entonces muévete. –Y volvió a ser la de antes.

-Ummm... No, sírveme tú. –No escuché nada más. Seguí mirando la TV ¿De verdad me iba a servir ella? Debe estar muy sensible como para no haberme reclamado.

Algo me golpeo en la cabeza y sentí algo gotear, creo que hablé demasiado pronto. Me llevé la mano y limpié la zona por dónde sentí ese líquido espeso correr. Lo miré, era de color rojo oscuro. Me llevé los dedos a la boca y probé, wow, esto sabe muy bien.

-Esta exquisito. –Dije lamiéndome los dedos. La verdad, no me sorprendía, Ryoko tenía muy buena mano para la cocina. Sonreí.

-Tch... -Agarré el pedazo de lasaña que tenía en la cabeza y se lo tiré en la cara a _____, pero ella lo esquivo, quedando el pedazo de comida pegado en la pared, este comenzó a caer lentamente, dejando un rastro. Ambos reímos.

-Bueno, me voy a dormir. -_____ se encaminó a su habitación, pero se detuvo antes de entrar y me miró-: Oye, en mi habitación hay un colchón, frazadas y una almohada, puedes sacarlas para dormir, si quieres... Y que eso. –Señaló al hurón-: No se meta en mi habitación.

-El pobre hurón no te ha hecho nada. –Me acerqué al hurón para abrazarlo, pero este me mordió la mano-: ¡Agh! ¡Mierda!

-Por eso no quiero que se meta a mi habitación. –Dijo ______ desde se habitación. Me recosté en el sofá, pero _____ apareció nuevamente.

-¿Qué se te perdió?

-... Ayato, hace unos días tenías fiebre ¿Cómo estás ahora? -Ella se sentó a la altura de mi cintura. La miré.

-Estoy bien. -Hice una mueca. _____ posó su mano delicadamente sobre mi frente y cerró los ojos.

-Ayato... Estas ardiendo en fiebre. -Dijo preocupada.

libérate... [ayato kirishima y tu] •Editada•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora