Capítulo 2.

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-¿Y cuándo cumple 12? –Preguntó Touka.

-En... 2 años, creo.

-Es un año menor que Ayato. -Dijo Touka.

-¿Cómo se llamaba la niña? –Pregunté.

-Sakurai ______.

-¿Y su madre?

-¿Es que ya no te acuerdas de ella, Ayato? -Preguntó mi padre. Le miré.

Flashback.

-Por favor, es un niño sin su madre. -Escuché que dijo mi padre.

-Lo sé y lamento lo de Hikari. -Dijo la voz femenina-: Y Arata, ten más cuidado con los humanos, no esta bien que te metas tanto entre ellos.

-Quiero hacerlo así, Reiko. -Dijo mi padre.

Unos segundos más tarde, entro una mujer con el cabello largo y recogido con una coleta alta. La miré, ella me sonrió y se sentó a mi lado.

-Tu debes ser Ayato, soy Reiko, un gusto, amiga de Arata.

-Hola, sí, soy Ayato. -Dije. Mi padre había hablado exclusivamente con ella para que viniera a hablar conmigo.

-Tu padre me ha dicho muchas cosas de ti.

-Lo escuché. -Dije. Ella rio.

-¿Sabes? Tengo una hija de tu edad, se llama ______, la próxima vez que venga, la traeré conmigo, se llevarán bien.

Fin flashback.

Me desperté. Me había quedado dormido en el sofá ¿Por qué soñ+e con ese recuerdo? Fue hace dos años... Me senté y miré la hora, todavía era temprano, Touka estaba en la escuela y yo tenía toda una tarde libre. Suspiré en mi sitio. Esa estúpida, si sigue así, la asesinarán como a nuestro padre ¡¿Por qué no puede verlo?! Ah, ya sé...

-¡Por qué es una estúpida! -Grité lanzando una revista. La puerta se abrió y entró Yoshimura acompañado de una chica.

-¿No sabes tocar? ¿Eso no te lo enseñaron los humanos, viejo? -Dije sin mirarle.

-Mocoso insolente, jamás esperé eso de ti, Ayato. -Era una voz femenina. Me di vuelta y la miré molesto, pero nada salió de mi boca al verla, era Reiko, la chica de la historia de mi asqueroso padre. Apreté el puño y mis dientes en cuanto la vi.

-¿Qué hace ella aquí? ¿Ah? -No me respondió-: ¡¿Te quedaste mudo ahora, después de meterle toda esa mierda pacifista a mi hermana?!

-Espero que puedas hablar con él, Reiko. -Dijo Yoshimura antes de irse.

-¡Oye, viejo! ¡Respóndeme! ¡¡¡Oi!!! -Y cerró la puerta. Gruñí-: Ese viejo de...

-¡Ayato! -Gritó Reiko y en menos de un segundo, sentí una bofetada que me dejó en el suelo. Miré a la mujer con odio.

-¡¿Quién te crees que eres para golpearme?! -Me puse de pie y saqué mis kakugan.

-¡No me saques tus kakugan, mocoso! ¡Tus padres estarían muy avergonzados de ti! -Gritó ella.

-¡No me interesa lo que digan mis padres! ¡Eran débiles y fueron asesinados por eso por eso! ¡Pero yo seré diferente!

Y esa mujer me abrazó. Quedé quieto en mi lugar... Hace mucho que no me abrazaba alguien...

-¿Qué haría yo si dejara a mi hija sola? -Dijo-: No quiero que seas así, no tienes por qué.

-Los fuertes viven, nuestros padres fueron débiles. -Repetí.

libérate... [ayato kirishima y tu] •Editada•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora