Capítulo 25

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Si dijera que había dormido profundamente, mentiría. Como mucho, había dormido una hora y media pero no tan cómoda.

Después de que Justin saliera del baño me ignoro y era lo mejor porque yo también pase de él.

Me desperté a las cuatro de la madrugada por qué me había dado cólicos y dolor de cabeza.

Hice una mueca y aparte las cobijas de mi, me incorporé sentándome. Miré hacia Justin que dormía plácidamente y tuve envidia de él, dormía tan tranquilo sin ninguna preocupación por medio, sin nada.

Me puse de pie y observe el colchón envuelto en una sabana blanca si había una mancha o algo, pero no había nada de que me preocupara. Camine hasta la cómoda y agarre mi cartera donde contenía una caja de pastillas y cogí una. Se me escapó un sollozo ya que el dolor era agudo y bastante doloroso pero aguanté mientras me tomaba la pastilla en el baño con un vaso de plástico que encontré por allí. 

Supongo que era para enjugar.

Devuelta a la cama, me senté observando mi marido dormir de lado mientras que una mano estaba debajo de la almohada y la otra descansaba arriba de la sabana, estirada. Aparte su mano despacio y con temor de que despertará y me lleve el susto del año cuando se movió para acomodarse mejor.

Suspire de alivio y me dispongo a tumbarme para intentar coincidir en el sueño, si es que por lo menos lo conseguía. Gire dándole la espalda y cerré los ojos.

Minutos después, olí una olor. Justin se había tirado un gas.

[...]

Me levante estirándome, no había dormido des de que desperté por la madrugada.

Voltee hacia la ventana y mire el sol pasar por la cortina dando un poco de luz a la habitación. Justin no había bajado la persiana por la noche.

Bostece por la falta de sueño y camine hasta el lavabo, hice mis necesidades, eche agua a mi rostro y lave mis manos mientras cepillaba mis dientes.
Dejé el cabello revuelto y salí después de apagar la luz. Desvíe mi móvil en el tocador y camine hasta el para luego, verificar la hora.

Las ocho y media de la mañana.

Alce mi cabeza hacia el espejo y contemple mis ojeras de un tono casi negro. Bajé la mirada hasta mi cuello y mordí el labio para evitar soltar una maldición.

Habían tomado más color pero de los llamativos.

Si alguien viera esto, pensaría que soy una fiera en la cama.

Y es totalmente al revés, no sé nada y soy una miedosa. Seguramente el día que tenga sexo con alguien, me saque a patadas de la cama. Y no mencionaré a Justin. El no es el indicado.

«¿Piensas tener relaciones con alguien que no sea tu esposo? Chica, estas loca. ¿Que pensarán de ti luego?» habló seria mi subconsciencia. 

Me encogí de hombros, ¿que más da lo que piensen los demás? Lo tengo decidido, no tendré ningún contacto con Justin en la cama.

Hablando del rey de roma este me tenía que dar la llave de la suite antes de que llegase el personal.

─Eh Justin, despierta.─me senté a su lado. 

Moví suavemente su brazo pero este parecía estar en coma.

─¡Justin!

Nada.

─¡Justin despierta carajo!─grité mientras lo movía un poco más fuerte.

Gruñó mientras se giraba a encararme.

─Nunca he visto una esposa que despierte a su querido a gritos.─se acomodó el pelo.

Underage Marriage [Justin Bieber y Tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora