Underage Marriage [Justin Bieber y Tú]

Capítulo 39

Me desperté por un fuerte ruido que provenía del baño seguido de un gemido, un gemido que transmitía dolor.

Fruncí el ceño cuando me di cuenta de que Justin no estaba a mi lado y supuse que era el quien estaba en el baño.

«No, estúpida. ¿Quien iba a ser?»

Rodee los ojos y me sobresalté cuando Justin gritó.

─¡Pagarás por esto y te costará un ojo de la cara!─lo oí maldecir unos instantes y otra vez oí ese desagradable ruido que era como si expulsases algo que lo tenías detenido desde hace bastante tiempo.

Me estire en la cama y miré la hora en mi móvil, las siete de la mañana, aún era temprano, para despertarse un sábado. Observe a mi alrededor y sonreí al ver el vestido y el esmoquin de Justin que íbamos a ocupar hoy en la boda colgados en una percha con una bolsa que los cubría a ambos.

Un quejido salió de mis labios cuando bostece y sentí una punzada en mi mentón. Me levanté y camine hasta el espejo para ver mi herida causada por una estúpida caída. Esta estaba cubierta por una tirita que la quite con cuidado, mira la herida que era una abertura que se estaba sanando poco a poco, cerrándose despacio.

Me giré cuando escuche la puerta del baño abrirse y cerrarse bruscamente, un Bieber salió de allí con mala cara, con una mano que acariciaba su barriga.

Su mirada se dirigió hacia mi y acto seguido me apunto con su dedo largo y su mirada enfadada.

─¡Tú!─Gritó, acercándose hacia mi─. Tú provocaste esto.

Fruncí el ceño y lo miré confundida ¿Yo qué?

─Por culpa de tu asquerosa cena de ayer, me dio una fuerte diarrea.─Gritó a centímetros de mi rostro escupiendo sin querer saliva en esta.

Cerré los ojos y me limpie con la manga del pijama.

Vaya manera de despertar.

─Justin tampoco es para tanto, solo era el pescado de la semana pasada con unos cuantos ingredientes, nada más.─Me encogí de hombros y me senté en la cama─. Ah y un pequeño escupitajo de tu querida esposa.

Sonreí hacia el nerviosa, mientras agarraba mi camisa por el borde.

Observe su cara que se encontraba tan roja que en cualquier momento creía que iba a explotar.

Antes de que se pusiera como un desquiciado me levante rápidamente y fui hacia el para agarrar con mis manos sus mejillas y a traerlo más a mi.

─Justin ¿lo siento, si? Solo fue una broma de mal gusto y admito que me pase un poquito.─Hice mi mejor puchero para evitar una discusión a esta hora de la mañana.

Pero el esta vez, no coopero.

Me empujo, echándome para atrás y lo mire con temor cuando se acercó hacia mi, reviviendo los recuerdos de la primera vez que le di una bofetada y los hechos que sucedieron después, un escalofrío me recorrió la columna vertebral.

─¿Un poquito? Y una mierda, llevo desde las seis de la mañana sentado en ese inodoro vaciando toda la mierda que estaba en mi estómago como si estuviese orinando, ¿Y me dices que fue una pequeña broma?─Inhalo para después agarrarme de los hombros y levantarme─.Broma pequeña será para ti cuando me canse de tus estupideces y me decida metértela hasta por la oreja.

Abrí los ojos por su lenguaje violento y me separé de el para salir de la habitación, pero su mano me detuvo agarrándome por la cintura y dándome una brusca vuelta para estar pegada a su cuerpo.

─¿A donde crees que vas y me dejas aquí solo con colitis?─Susurró apretando su agarre.

─Suéltame cerdo asqueroso, me haces daño imbécil.─Murmure, intentando separarme de él.

Chasqueo la lengua y negó con la cabeza.

─Empezamos mal con la apuesta, no me está gustando tu comportamiento de niña estúpida.

─¿Sabes qué? Me importa un comino ahora mismo esa estúpida apuesta, solo aparta tus asquerosas manos de mi.

─¿Con que eso amanecimos eh? Te arrepentirás de lo dicho, te haré el día imposible, recuérdalo.─ Dicho eso me soltó y fue nuevamente hacia el baño maldiciendo el día que acepto este contrato.

Salí de la habitación y cerrar la puerta fuertemente, oí un gruñido de su parte pero lo ignoré y caminé hasta la siguiente habitación para descansar al menos las pocas horas que quedaban de la mañana.

Cerré la puerta y camine hasta la ventana para bajar un poco la persiana, acto seguido, me adentré en la solitaria y fría cama para terminar mi sueño por lo menos, unas dos horas más sin los gritos de Justin aún que había probabilidades de que viniera a molestarme más tarde, quien sabe, Justin es una persona que traer muchas sorpresas consigo mismo...

[...]

Me desperté nuevamente pero esta vez con un grito que salió de lo más profundo de mi alma, asustada, miré a mis lados para ver a Justin quien ahora me miraba riéndose a carcajadas mientras en su mano agarraba una bocina pequeña, las que emiten un fuerte ruido.

Empece a llorar por el susto que me dio y cogí las almohadas que estaban en la cama para tirarlas hacia él.

«Estúpido mi corazón, idiota» Gritó mi conciencia.

─¡Te odio, te odio, te odio!─Lloré mientras le tiraba la última almohada.

Mientras que yo lloraba, el idiota se estaba secando las lagrimas de la risa.

─¡No le veo la gracia!

─Tenias que haber visto tu cara─Rió nuevamente.

Lo fulmine con la mirada y me levanté de la cama secándome las lagrimas de susto.

Dejó la bocina en la mesita de la noche y subió la persiana mientras aún tenia esa estúpida sonrisa en su cara.

Aguanté las ganas de escupirle en su bonita cara y golpear su parte baja. .

Este se acercó rápidamente hacia mi sin que me dejara reaccionar, se agacho y agarró mis piernas para cargarme y empezó a caminar hacia nuestra habitación.

Mis ojos estaban tan abiertos por la sorpresa que ni pude hacer ningún movimiento, ni tampoco quejarme o gritarle.

Cerró la puerta como pudo con llave y caminó para después tirarme a la cama sin cuidado y en un abrir y cerrar ojos estaba arriba mio, sus manos en cada costado y sus rodillas igual.

─No lo volveré a repetir dos veces así que escucha atentamente─Me miró seriamente haciendo que temblara abajo de él─. La apuesta sigue en pie, obedecerás y harás lo que diga sin ningún berrinche y escúchame bien, si haces alguna cosa, tan sólo un movimiento que no me guste despídete de tu virginidad y esta vez no tendré piedad en ti no me importa que tengas pánico como si te quedas toda la vida traumatizada, pudiste reírte de mi pero cariño, el que ríe el último ríe mejor.