California, 2011:
Era un día soleado en California, hacía 25°C y había una pequeña brisa que refrescaba el calor.
La brisa se convertía en viento en el flamante descapotable de mi padre que yo conducía libremente. Un día antes había sacado mi licencia de conducir falsa y me sentía realmente una persona grande; pero apenas tenía quince años.
Llegué a una esquina y sin mirar a ninguno de los lados aceleré sin darme cuenta... Gracias a Dios llevaba puesto el cinturón de seguridad ya que otro auto que iba en las mismas condiciones que yo, me impactó desde la izquierda.
Bajé del descapotable casi tambaleándome sintiendo que el suelo se movía cada vez más fuerte y rápido. La figura de un chico con pelo castaño enrulado bajó rápidamente del otro auto involucrado en el choque y se acercó a mí. Yo sentía miedo, ya que no sabía qué me diría éste. Quizás me llevaría con mi padre y tendría un grandísimo problema triple. Tenía licencia de conducir falsa, era menor de edad, y había chocado un auto.
- ¿Estás bien? – dijo el chico. Tenía una voz dulce, casi angelical. De cerca tenía unos ojos celestes casi verdes maravillosos.
- Más o menos – respondí. Divisé el auto negro aboyado frente al descapotable rojo, también aboyado, y quise que la tierra me trague –. ¡¿Qué he hecho?! Perdóname. ¿Estás bien? ¿Has sufrido alguna fractura? – dije preocupada.
- Estoy bien – tenía una sonrisa hermosa –. ¿Cuántos años tienes? – me temblaban las piernas y sentí como un líquido espeso llegaba hasta mi frente –. ¡Te has lastimado! Ven, no te preocupes por el auto, yo me encargaré. ¿Cómo te llamas?
- Emily… Emily Swan – respondí asombrada por la preocupación que había en su rostro. Rápidamente me subió del lado del acompañante en su auto y me llevó al hospital más cercano.
Cuando llegamos allí, un médico rubio, alto y muy guapo me atendió rápidamente. Al mismo tiempo, el chico de los rulos hizo una llamada desde su teléfono celular y caminó hacia mí con una sonrisa tan hermosa como sus ojos.
- No te preocupes por tu auto, yo me haré cargo de todo. Gracias Carlisle, te debo un favor una vez más – le dijo al médico que estaba a mi lado.
- ¿Cómo es eso de que no tengo que preocuparme y que tú te harás cargo de mi auto? – pregunté cuando salíamos del hospital.
- Sí, tú eres menor y tu licencia de conducir es falsa. Además creo que tu padre no está al tanto de todo esto ¿o me equivoco?
- No – dije mirándolo a los ojos y sonriendo tontamente –, si se entera es capaz de enviarme a Pennsylvania con mi madre. Y realmente no quiero irme de aquí, al menos por ahora.
- Es muy lejos eso... No te preocupes por nada, ni por dinero siquiera. Solo tienes que prometerme algo...
- ¿Qué? – dije un poco sorprendida.
- Que no dejaremos de vernos.Rosewood, 2013:
- Y así nos conocimos. Él pagó el arreglo del auto de mi padre, él estaba de viaje y entonces no se enteró. Y para ese entonces yo estaba completamente enamorada de él. Tenía quince años, era todo una niña. Jamás me había enamorado de nadie. Tampoco me habían hablado, ayudado y preocupado por mí de esa manera. Para mí era totalmente perfecto.
- ¿Y lo sigue siendo? – me interrumpió.
- No lo sé. Supongo que no. Hace un año que no lo veía, pensé que las cosas habían cambiado y que todo volvía a la normalidad después de que él se fue de California. Ahora sé a dónde se había ido – reí.
- ¿Cuánto tiempo estuvieron juntos?
- Casi un año. Un año que se convirtió en siglos para los dos. Éramos muy unidos. Solo nos separábamos para ir a clases, él es un año mayor que yo.
- ¿Por qué decidieron separarse si eran tan unidos como dices?
- Porque él se "equivocó", me falló.California, 2011:
Hoy por la noche se celebraría el gran baile anual de fin de año. La única condición que tenía la fiesta para entrar era ir vestidos totalmente de blanco y con algo de alcohol. Así pagabas tu entrada. No importaba la edad, si tenías catorce, quince o dieciséis años (como yo), solo tenías que llevar alcohol y vestirte de blanco.
Harry me había prohibido ir porque él supuestamente no iría ya que su abuela estaba enferma y tendría que cuidarla esa noche. Él sabía perfectamente que si iba quizás probaría un poco del alcohol de mi entrada y perdería el control de mi mente y mis acciones.
Decidí no hacerle caso, era mi primera fiesta de fin de año. Además, las pocas "amigas" que tenía de la escuela y la zona donde estaba mi casa irían y querían que vaya con ellas. De todos modos, Harry no se enteraría, tampoco probaría el alcohol para lograr lo dicho antes y que todo salga a la perfección.
- ¡Esta va a ser la mejor noche de nuestras vidas! – gritó Bella, una de mis amigas.
- Prueba esto, Emily – dijo Susan acercándome su vaso lleno de un líquido verde. Del mismo desprendía un olor tan dulce que embriagaba con tan solo olerlo.
- Dije que no tomaría ni un poco de alcohol. Nunca he tomado y perderé el control rápidamente. ¡Harry no se puede enterar de esto!
- Harry, Harry. ¡Olvídate de Harry! ¡Vive el presente! – gritaba Bella mientras bailaba y tomaba como loca.
Así pasaron unas dos o tres horas quizás. Bailamos un rato más y decidimos con Ashley y Lucy ir a sentarnos para descansar un poco de la música, las luces y los ebrios.Ahí fue que lo vi. Estaba él sentado con una chica sobre sus piernas besándose desenfrenadamente. Su camisa estaba abierta dejando su pecho al aire. Sus manos se posaban sobre la cintura de la chica e iban bajando por su espalda lentamente hasta llegar a su trasero.
Mi corazón empezó a latir con más fuerza, mis ojos se llenaron de lágrimas y mis manos empezaron a sudar. Sentí como mis dos amigas me agarraban cada una de un brazo intentando moverme de mi posición de estatua para sacarme de ese lugar. Pero mis pies estaban clavados al piso y mis ojos seguían mirando esa horrible imagen.
- Harry – dije acercándome. Él abrió los ojos y al verme sacó a la chica de sobre sus piernas –. ¿Ésta era tu abuela enferma?
- ¿Qué haces aquí Emily? – dijo parándose y acercándose a mí. Puso sus manos sobre mis brazos para alejarme del lugar donde estaba con la chica, pero las quité rápidamente.
- ¡¿Qué rayos importa que yo esté aquí?! Lo que importa es lo que acabo de ver. Hermosa escena, Harry. ¿Necesitaba aire la chica? ¿Estabas examinando su dentadura?
- Espera, Emmy. Te puedo explicar todo.
- ¡¿Qué quieres explicarme, Harry?! No hay nada que explicar aquí. Tendré dieciséis años, pero no soy estúpida. Sé lo que acabas de hacer. Me has mentido, me has traicionado, me has fallado. Esto se ha terminado aquí, Harry Aucic – jamás soné más segura en mi vida.Regresé a mi casa con los ojos rojos de tanto llorar. Solo quería recostarme en mi cama y seguir llorando. Lo amaba, en serio, lo amaba. Pero me había traicionado. ¿Dónde había quedado el Harry que me había jurado fidelidad por siempre? ¿Dónde había quedado el Harry que todo el tiempo me decía que me amaba mirándome a los ojos? ¿Dónde quedó esa persona que me hacía sonreír con tan solo una mirada? ¿Dónde quedó aquél que no paraba de molestarme si estaba triste? ¿Dónde quedó aquella persona que tanto amaba? En esa fiesta, en ese último llamado repleto de mentiras, en ese último beso que nos dimos esta tarde. Quedó en la nada.
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La oveja y el león
FanficNo hay cuerpo ni alma que aguante "para siempre", dijo Emily, sin saber que su "para siempre" sería real.