Al salir de la escuela, vi que ninguno de mis hermanos se había quedado a esperarme. En cambio, allí estaba Stefan junto a su motocicleta. Llevaba una chaqueta de cuero y unos anteojos de sol, parecía un típico adolescente de la época en que Elvis Presley era el máximo ídolo y estaba en sus años dorados.
- ¿Qué haces aquí, Stefan? – dije al llegar junto a él.
- Vine a buscarte, Damon ha llamado.
- ¿Qué te ha dicho? ¿Sabes dónde está? – dije desesperado. Tenía que encontrarlo antes de que llegue al pueblo y así poder evitar lo que Alice había visto.
- Está buscándote. Quiere vengarse antes de que ellos te maten – jamás en mis 150 años había sentido miedo por mi vida.
- ¿Quiénes son ellos?
- Los Volturi, Ian. Supuestamente, ellos saben lo que harás con Emily, o lo que sientes por ella.
- ¡¿Qué?!
Ahora entendía todo, la chica que había dibujado Alice era Emily. Él buscaba venganza por lo que había pasado con Katherine. Debía buscar a Emily y mantenerla cerca de mí lo más posible. No debía perderla de vista.
- Tengo que encontrar a Emily en este momento – empecé a recorrer toda la escuela hasta que encontré a una de sus mejores amigas: Jessica Stanley –. Jessica, ¿sabes si Emily ya se ha ido a su casa?
- No sabría decirte, Ian. No la he visto desde la clase de Matemática. Si no está su automóvil en el aparcamiento, ya se ha ido.
- Muchas gracias, Jess – dije saliendo lo antes posible del establecimiento en busca de su auto.
Busqué por todo el aparcamiento y su camioneta no estaba. Pensé en todos los lugares posibles a los que ella acudiría después de clases: la biblioteca de su madre, la cafetería, el hotel donde estaba su padre y su casa. Tal vez la casa de Jason, pero no lo había visto en clase esta mañana.
- Hola, Emily – dije cuando su contestador respondió a mi llamada –. Necesito que cuando escuches este mensaje me devuelvas la llamada. Es importante.Antes de llegar hasta la biblioteca, vi que su automóvil estaba estacionado frente al hotel de su padre que quedaba a una cuadra de la misma. El alma que había perdido volvió a mi cuerpo y sentí que pude volver a respirar de nuevo. La vi salir tan sonriente del brazo de su padre y cruzar hasta el restaurant que no pude evitar sonreír.
Más tranquilo, me dirigí hasta el estacionamiento de la escuela para retirar mi auto. Ya no quedaba ni uno, solo yo. Llegué hasta la misma y sentí una presencia detrás de mí. Miré para todos lados, no había nadie. Pero aun así sentí que me observaban desde lejos.
Eso era uno de los “trucos” que teníamos los vampiros. Podíamos hacer que nuestras presas se sientan observadas y que el peligro les penetre por los poros.
De pronto una niebla espesa se empezó a extender desde el principio del bosque hasta mis pies y seguía avanzando. Recorrí con la mirada todo el aparcamiento revisando uno por uno los árboles que daban comienzo al bosque. Solo pude ver un cuervo negro como la noche que me observaba. No le di importancia y subí a mi camioneta a toda velocidad.
El pajarraco voló sobre mí hasta que logré perderlo cuando me aventuré dentro del bosque. No confiaba ni siquiera en un pajarraco como esos en estos momentos. Sabía que Damon tenía muchísimos trucos bajo la manga, tenía brujos a su favor que le proporcionaban poderes que ningún vampiro podía tener a no ser que tenga dones como la gran mayoría de mi familia.
- Algo terrible ha pasado – dijo Esme cuando me vio entrar a nuestro hogar –. Stefan ha desaparecido y Alice vio a Damon en la casa de Emily.
- Stefan estaba conmigo hace unos treinta minutos más o menos – dije mientras me dirigía hacia Alice. Esta estaba aterrada, nunca la había visto de esta forma –. Alice, dime lo que has visto por favor.
- Él la amenazaba, estaba en su casa. Ella estaba sola – dijo mirándome con sus ojos llenos de lágrimas –. Luego estabas tú, en el bosque. Él decía que debía matarte antes que ellos te encontraran e hicieran lo mismo. Ian tengo miedo de que algo le pase a los dos.
- Nada nos pasará – dije acariciándola mientras miraba a Jasper tratando de que haga algo para calmarla. Pude leer en su mente que estaba haciendo todo lo posible pero ella estaba tan aterrada que se resistía a sus poderes –. Alice, mírame. Dime si ves dónde está Emily en este momento.
- Está yendo en su automóvil a algún lado. Está sola – hubo un silencio que duró unos segundos pero fueron siglos para mí –. Está viajando hacia su casa, Ian. ¡Ve a su casa! – gritó.Cuenta Emily:
Después de que mi padre me haya llamado para ir a almorzar con él me dirigí a mi casa contentísima. Habíamos hablado de todo lo que no pudimos hablar mientras Deborah, Melissa, Louis y Harry estuvieron presentes. Me confesó que al ver a Alice parte de su corazón la seguía queriendo como antes, pero otra parte no podía abandonar a su nueva “familia”. Me confesó que al volver a Rosewood sintió que lo extrañó pero jamás quiso admitirlo. Estaba tan contento de volver, aunque le gustaría haber vuelto en otras circunstancias. A lo que entendí que prefería volver solo, sin Deborah.
Esta noche se encontraría con sus ex-compañeros de secundaria en la casa de Jason, por lo que me había pedido por favor que lo acompañara. No sé por qué será. Se me ocurrió pensar que Jason había hablado con mi padre y le había pedido que me convenza de ir con él a su casa. Reí al pensarlo.Entré a mi casa y un silencio aterrador reinaba en ella. Alice no había llegado a comer al mediodía, había conseguido salir media hora para comer en nuestra casa tranquila y poder alimentarse de otra cosa que no sea pizzas o hamburguesas del bar.
No había nada que ver en la televisión así que subí hasta mi habitación, pero algo me detuvo en la mitad de la escalera. La puerta trasera de mi casa se había abierto y vuelto a cerrar. Sentí que mi corazón latía con más fuerza y que el pánico estaba extendiéndose por todo mi cuerpo.
- ¿Alice? ¿Eres tú? – dije bajando las escaleras – ¿Mamá? – otro sonido llamó mi atención mientras llegaba hasta el final de la escalera. Provenía del salón de estar – ¿Alice? – ya estaba demasiado preocupada.
- No – dijo alguien detrás de mí. Me asusté al no reconocer esa voz. Era un hombre morocho, con el pelo revuelto y ojos tan claros como el cielo.
- ¿Quién eres y cómo entraste a mi casa? – pregunté tomando valor. ¿Valor? ¡Por Dios! Me sorprendían las estupideces que volaban por mí mente. Está claro que entró por la puerta y que no iba a decirme quién era.
- Soy Damon, tú debes ser la famosa Emily ¿verdad? – quise correr hacia algún otro lugar de mi casa pero al darme cuenta él estaba delante de mí otra vez. O yo era bastante lenta o él era bastante rápido –. No te asustes, lo único que quiero es saber dónde vive tu noviecito Ian.
- No conozco a ningún Ian – mentí. ¿Mi noviecito?
- Sí que lo conoces, puedo sentir su olor en tu ropa – dijo oliéndome –. Tú serás una buena cena si no me dices en este momento dónde vive Ian Hale – me dijo al oído aún oliendo mi ropa y mi cuello. Estaba aterrada.
- ¡No sé dónde vive ese tal Ian! – le grité empujándolo para poder volver a correr hacia algún lugar. Sus ojos se enrojecieron de un momento a otro y su rostro cambió. Debajo de ellos tenía unas líneas que parecían que en cualquier momento su piel se rasgaría.
En ese momento sentí como alguien me sacaba de los brazos de ese tal Damon a toda velocidad. Cuando pude reaccionar, estaba en medio del bosque. Todo parecía una historia de ficción, una película
- ¡Suéltame! – grité.
- ¡Cálmate, Em! Soy yo, Ian – dijo mirándome a los ojos. Lo abracé con fuerza, estaba totalmente aterrada.
- ¡Pero qué hermosa escena! – dijo ese tal Damon aplaudiendo mientras salía detrás de un árbol. No sé cómo había llegado ahí en tan poco tiempo, al igual que yo –. Odio que me mientan, cielo – ninguno de los dos pronunció algo. Ian me puso detrás de él, tratando de defenderme con su cuerpo –. Ian querido – dijo después de un silencio –, ¿cómo has estado tanto tiempo? Estaba buscándote, gracias a Dios que te encontré antes que ellos. Sabes que si ellos lo hacían primero te matarían tan lentamente que desearías nunca haber nacido. En cambio yo puedo hacerlo rápido y sin dolor.Estaba doblemente aterrada, abrazaba el brazo de Ian con una fuerza que ni yo conocía. ¿Por qué querían hacerle eso a Ian? ¿Quién quería matarlo? No dejaría que nadie le hiciera daño, pero ¿cómo podía evitarlo? Era obvio que la fuerza que yo tenía no era ni un grano de arena de la fuerza que ese Damon tenía. Me mataría a mí en solo un segundo y luego acabaría con lo más importante en mi vida: Ian.
El final se acerca...
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La oveja y el león
FanficNo hay cuerpo ni alma que aguante "para siempre", dijo Emily, sin saber que su "para siempre" sería real.