❝Conocerla fue un accidente, ayudarla fue mi error y amarla es mi dolor. Pero si ella es feliz, es suficiente para mí❞
Kurosaki Ichigo es un joven empresario, dueño de las famosas empresas Shiba-Kurosaki.
Kuchiki Rukia es una joven egresada, herman...
Una antigua leyenda contaba que el Dios Todopoderoso se había enamorado de la Luna Blanca. Al no darse cuenta que ella no lo amaba a él sino al Sol Negro, con ayuda de la Princesa Tejedora lograron separarlos; condenando al Sol al día y a la Luna a la noche.
***
Byakuya condujo alrededor de treinta minutos por la ciudad de Karakura, sus manos apretaban con fuerza el volante del auto, estaba más que enojado pero no debía mostrar emoción alguna cuando estuviera frente a Aizen. Y es que cuando estuvo a punto de irse de la casa de Rukia, ésta le dijo unas palabras que le provocaron un escalofrío al pelinegro: 'Lo haré. Dile a Aizen Sosuke que me convertiré en su esposa.' Realmente el problema no fue la pronunciación de las palabras sino el como las dijo; fuerte, con orgullo y segura de sí misma. Byakuya ya no podía seguir protegiéndola, lo hizo durante demasiados años, Aizen había perdido por completo la paciencia.
Cuando Hisana murió y le encargó a su hermana pequeña Byakuya había pensado en dejar a Rukia con una familia adoptiva ya que con su 'trabajo' le traería muchas preocupaciones, pero al final optó por cumplir la última voluntad de su esposa y crío a la niña como si fuera su hermana.
Rukia tenía quince años cuando conoció a Aizen, pero fue un encuentro fugaz que ella tal vez ya no recordaba hasta ese día. Pero al pelicastaño tan sólo le bastó ese momento para saber que quería a esa elegante mujer como su esposa, y es que había que comprenderlo, él quería una virgen inmaculada, no una mujer interesada y corrompida como sus tres difuntas ex-esposas. Día con día le exigió a Byakuya que se la presentará, incluso cuando cumplió los dieciocho años dijo que se casaría con ella, pero el pelinegro logró retrasar esa 'boda' o 'encuentro' diciendo mentiras tales como: 'No es muy bonita' y 'Sería una pésima esposa', pero al parecer a Aizen nada de eso le importaba.
—No queda más que hacer— masculló Byakuya mientras se bajaba del auto.
Había llegado a una gigantesca mansión a las afueras de la ciudad de Karakura, dejó el auto estacionado enfrente y se acercó a la puerta. Llamó dos veces y la puerta se abrió, un joven no muy alto de aspecto infantil le abrió la puerta, su cabello era rubio y tenían grandes ojos verdes.
—Tú debes ser Yukio, él sobrino de Ginjo— dijo Byakuya.
—Sí, ¿eres, Kuchiki Byakuya-san? Aizen-san te está esperando en la biblioteca. Pasa— respondió, seco, el rubio.
El pelinegro entró a la casa.
—Mi tío dijo que la mercancía está en camino y que no se desespere.
—Gracias, Yukio.
Yukio hizo una ligera reverencia y caminó hasta desaparecer en la cocina. Byakuya soltó un suspiro contenido, deseaba con toda su alma decirle a Aizen que Rukia lo había rechazado pero si hacía eso la muerte del pelinaranja era segura y tal vez esta vez Rukia jamás lo perdonaría, aunque no es que ya lo hubiera perdonado por lo de su senpai.
—Oh, vaya, Kuchiki, si que me haces esperar— dijo una varonil voz, Byakuya elevó la mirada y disimuló su enojo y frustración —. Espero que me traiga buenas noticias, ya suficiente tengo con los problemas de la mercancía en mal estado que llegó hace cuatro semanas, espero que ya hayan arreglado ese problema.
—Aizen-sama, mi hermana dijo que se casaría con usted.
De pronto, Aizen soltó una estruendosa carcajada.
***
Narra Aizen.
No pude evitar soltar una estruendosa carcajada, y es que lo que Kuchiki me había dicho era casi imposible. Accedió con demasiada facilidad, si todo hubiera sido así de sencillo ya me hubiera casado con ella desde hace mucho. Me sujetó el abdomen con mi mano derecha mientras que con la izquierda me aferro con fuerza al pasamanos de las escaleras. Kuchiki no puede ocultar su rostro de sorpresa.
—Perdóname, Kuchiki— me disculpe, recuperándome de mi ataque repentino de risa —. Pero no puedo creer que hubiera sido tan sencillo. ¡La boda será en grande!
Me acomodé el saco y bajé las escaleras. La puerta de la cocina se abrió provocando un rechinido no muy molesto, Gin estaba de pie en un umbral con Tosen siguiéndole de cerca. Pude sentir como mi sonrisa se ensanchaba más, todo estaba saliendo a la perfección. Pronto tendré todo; a una virgen como esposa, las empresas más famosas en el mundo y la mafia más grande del mundo, también. Todo iba de acuerdo con mi plan. Valió la pena esperar tantos años.
Pero lo que nunca me voy a perdonar fue el accidente de hace unas semanas; no haber matado a Kurosaki Ichigo cuando tuve oportunidad. Debió haber parecido un accidente, esa noche era perfecta y no quedaría evidencia de que había sido yo él culpable. Cuando quise arrollarlo con mi auto, Rukia lo lanzó y se puso en su lugar, gracias a Dios que alcancé a pisar el freno, le causé unas cuantas fracturas pero nada que arruinará su perfecta belleza. Ese maldito de Kurosaki Ichigo, tiene la culpa, lo mataré en cuanto haga mía a Kuchiki Rukia.
—Oh, Aizen-san, se le ve muy feliz el día de hoy— musitó Gin.
—Y cómo no voy a estarlo, Gin. Rukia se casará conmigo, tengo un infiltrado en las empresas Shiba-Kurosaki que me mantiene al tanto de sus movimientos y la mafia más grande del mundo— respondí casi eufórico.
—Es bueno verlo de buen humor, Aizen-sama— masculló Tousen.
Primero que nada, me dio un derrame nasal nivel: ||Dios super saiyajin en estado bankai convertido en vasto lorde combinado con un vollstandig|| por ver la imagen de Aizen que está en galería.
He aquí una descripción gráfica:
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Ahora... Todo era plan de Aizen ¡¡¡FUCK!!! ¡¿Qué hará Byakuya?! ¡¿Y lo más importante, cómo reaccionará Ichigo cuando se enteré?! En los próximos capítulos intentaré meter a los Quincy, los amé :3
Bueno eso es todo por hoy, espero que les haya gustado, los amo.
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