~Capítulo Cincuenta y Tres: Destino~

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Si se puede decir que el corazón es inmutable, entonces eso es la fuerza.

***

[5 años después. . .]

[Tokio, Japón]

Narra Ichigo.

      Ha pasado mucho tiempo desde que hice algo divertido. Desde aquel día en que mis esperanzas de saber que Rukia seguía con vida todo se volvió gris, ¿por qué ella no había vuelto a mí? Después de todo lo que pasamos, ¿por qué sólo me dejó esas notas? 

       Todo ha sido preguntas sin respuestas. He pasado cada día de estos últimos cinco años entrenando hasta que mi piel se desgarraba, hasta que mi cuerpo no podía más y me desplomaba en el suelo sin la menor idea de lo que había pasado. Aún me dedicaba al negocio de la mafia, las drogas y el trafico de armas, pero Grimmjow era quien intervenía en mi nombre. Yo sólo me dedico a exterminar a aquellos que buscan problemas con los hombres y mujeres que trabajan para mí, también me encargo de los soplones y traidores. 

         El tiempo ha pasado demasiado rápido, a veces pierdo la noción de lo que pasa a mi alrededor. He sido paciente, no sólo porque mi amor por ella sigue igual de ardiente que el primer día, sino también porque busco respuestas ya que. . . desde hace cinco años. . . la lluvia no ha cesado. . .

—Oye, Shinigami— me llamó Grimmjow.

          Me encontraba demasiado inmerso en pensamientos mundanos y recuerdos del pasado que no me había dado cuenta cuando mi compañero había entrado a mi habitación. Yo estaba sentado en una silla metálica frente a la ventana, con mi rifle de francotirador apoyado a un costado y la mirada clava en el cielo gris que amenazaba con dejar caer una gran tormenta esa noche. Miré al peliazul, quien no lucía contento.

          Chasqueó la lengua.

—Enserio, tienes una cara de imbécil que me molesta demasiado— suspiró —. Alguien quiere llamar tu atención.

          Dejó caer los papeles que llevaba en la mano sobre la mesa de madera que se encontraba a escasos dos metros de mí, los miré por el rabillo del ojo. Entre esos papales había algunas fotos de varios de mis hombres desmayados con un mensaje pintado en su pecho: ''Quiero a Kurosaki Ichigo''. Algo muy común en esta época que la cocaína se vende como pan caliente; mi competencia no estaba contenta. Pero había algo inusual en estas amenazas, mis hombres no había sido heridos de ninguna forma, tan sólo les habían inyectado un sedante y los había marcado con pintura roja, la cual ni siquiera era tóxica. 

          Grimmjow me miró. Él sabía que yo debía intervenir, aunque no se había derramado sangre, estas amenazas resultaban molestas.

— ¿En dónde fue el último ataque y que mensaje llevaba?— pregunté, volviendo la mirada al frente.

—Fue en una zona pública; al pie de la Torre de Tokio, cerca de la media noche. La víctima fue Giriko Kutsuzawa, el mensaje fue: ''Y el Sol dará la vuelta por la Luna''.

— ¿Eh? ¿Qué se supone que significa eso?

—Esperaba que tu me lo dijeras.

         Lo miré sobre mi hombro, su rostro era serio.

— ¿Cómo se supone que lo sepa?— pregunté.

          Él deslizó la mano dentro del bolsillo de su pantalón, con mucho cuidado extrajo lo que parecía ser una fotografía bastante arrugada pero muy nítida. Me la ofreció y yo la tomé sin rechistar. 

☽TSUKINOME☾ || ❣IchiRuki❣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora